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Primera publicación el domingo, 24 de enero de 2010, 9:43 en alemán en www.letztercountdown.org

Por mucho tiempo vacilé en comenzar este sitio web y publicarlo en el Internet. Desde el año 2005 discutí las cosas que creo haber descubierto a través de la observación de los eventos mundiales y profundos estudios bíblicos, particularmente de la profecía, con los hermanos y hermanas de nuestra iglesia. Mis estudios estaban mostrando, que ya había llegado la última hora de la preparación para el fuerte clamor y salir de las ciudades. Pero la respuesta generalmente fue “Oh sí, eso es muy interesante. Bueno, ya veremos si tienes razón.”

Y eso es todo, lo que la mayoría tenía como respuesta. Nadie respondió, nadie comprendió, que todo lo que se había predicado desde 1844 estaba ocurriendo inminentemente ante nuestros ojos como Adventistas del Séptimo Día y ante el mundo entero. Las “vírgenes” se quedaron dormidas, como se ilustra impresionantemente en la parábola de Jesús. En realidad, solo unos pocos quisieron saber dónde estábamos en el flujo del tiempo profético y había solo unos pocos hermanos en Canadá que estudiaron diligentemente y desarrollaron un detallado itinerario de los últimos eventos, que, sin embargo, tenía una pequeña desventaja. Este itinerario comienza exactamente 295 días antes de que sea proclamada la ley dominical en los EE. UU. y no era muy útil, si alguien quisiera saber cuándo realmente vendrían las leyes dominicales, porque, desde luego, se desconoce también cuándo estos 295 días comenzarían. De todos modos, la mayoría considera, que cálculos de esta clase serían antibíblicos y contradictorios al Espíritu de Profecía de Elena G. de White, sin cuestionar si hubiese alguna verdad en ellos.

¿Qué ha pasado con los adventistas? Cuando fui bautizado como Adventista del Séptimo Día en el año 2003, estaba feliz de haber encontrado finalmente la iglesia, en la cual podía encontrar todo el conocimiento profético que estuve buscando en vano durante 25 años. Inicialmente, fui afortunado de estar con algunos hermanos en un pequeño pueblo en España que tenían un profundo conocimiento de los escritos del Espíritu de Profecía. Ellos me respondieron muchas preguntas satisfactoriamente. Pero pronto me di cuenta, que muchos habían parado o nunca habían comenzado a buscar las señales del cumplimiento de las profecías en sus alrededores, en la política, en la ciencia, y especialmente alrededor del trono de las bestias de Apocalipsis 13 y 17. Después, me fui a América del Sur al campo misionero y mis malos presentimientos sobre la vigilancia de la iglesia fueron confirmados ahí. Mis hermanos aquí están completamente satisfechos con lo que saben, que algún día la ley dominical se proclamaría en los Estados Unidos, que recién en este momento enfrentaríamos algunos tiempos duros, que recién en este tiempo deberíamos ser vasos limpios para el derramamiento del Espíritu Santo, que es la lluvia tardía, y que sin embargo Cristo vendría luego muy pronto a llevarnos a las moradas celestiales. La inmensa mayoría, sin embargo, ni siquiera conoce los escritos del Espíritu de Profecía, y repetidamente, congregaciones enteras me miraban con escepticismo cuando prediqué acerca de la aproximación de las leyes dominicales, de las cuales nunca habían escuchado nada por medio de sus pastores encargados.

¿Cómo podemos explicar esta apatía? La preparación para los eventos de los últimos días debe estar enfocada particularmente en la “santificación” de las vidas de nosotros mismos y de nuestras familias y en la proclamación del mensaje de los tres ángeles (Apocalipsis 14). Pero en mi país sur americano, ni se conoce la reforma pro-salud en una base amplia, que Elena G. de White había conectado inseparablemente con el mensaje del tercer ángel, ni tenían los hermanos una idea acerca de las dificultades que se aproximan para la Iglesia y el mundo. Comencé a hablar con varios líderes y pastores y cada vez más me enfrenté con una gran falta de comprensión. Me dijeron claramente, que no es asunto nuestro conocer el futuro y que nadie podría interpretar la profecía correctamente. ¡Algunos de ellos incluso predicaron que nunca más ocurriría una persecución de los remanentes, que todo ya tuvo su cumplimiento con la destrucción de Jerusalén y que nunca pasaría de nuevo!

Cuanto más observé a la Iglesia, tanto más tuve que admitir que mis hermanos realmente no se gozaban sobre el hecho de que Jesús regresaría pronto. Lo que en España estaba subliminalmente visible, ya se había manifestado en América del Sur a lo largo de la Iglesia entera. La repugnancia de mis hermanos de permitir a Cristo que Él limpie sus propias vidas en el juicio investigador desde 1844 y el esfuerzo necesario de vivir una vida santa ANTES del derramamiento de la lluvia tardía y del fuerte pregón, eran demasiado grandes. Los esfuerzos de cooperar con Cristo, para que Él pueda eliminar los defectos restantes del carácter, se habían percibido por la mayoría como demasiado perturbadores para que uno empezara a ocuparse seriamente con estos asuntos. Los lemas de la vida de mis hermanos son la conveniencia de permanecer amando el propio ego y el “Quiero-seguir-tal-cual-estoy”. De modo que yo podía escuchar declaraciones desde el púlpito como, “Oh, ¿el ayuno de Cristo en el desierto? ¡Nosotros no debemos malinterpretar esto! La Biblia fue escrita por hombres, y, de hecho, los autores usaron lenguaje humano e imaginaciones personales. ¡Ninguno puede sobrevivir cuarenta días sin comer! En el desierto donde Jesús estuvo, por supuesto, creció mucha fruta. ¡Aquí una piña y allá una banana! ¡El ayuno de Jesús solo se refería a la carne, y ésa ya era una prueba horrible de fe, así como también lo sería para nosotros! Pero nosotros no somos Cristo, y por eso nosotros no tenemos que tomar la reforma pro-salud muy en serio aquí en Sur América, porque nuestros animales todavía son saludables. ¡Todavía no existe alguna enfermedad como la de la vaca loca! Y si somos invitados a un lugar de los no creyentes, claro, ¡nosotros podemos comer aún carne de cerdo para no ofenderlos! ¡Ni siquiera Cristo ha tomado las cosas tan en serio! ¡Y, sin embargo, Dios es amor y no quiere que sus hijos sufran!” Aún puedo relatar sobre eventos donde fui testigo que algunos pastores ordenados traen y comen carne de cerdo en público en el sábado después del culto en lugares donde Adventistas del Séptimo Día comparten con sus invitados.

¡Tales declaraciones y conducta son antibíblicas, anti-adventistas y altamente peligrosas! Realmente podía darme cuenta de que nuestros hermanos y hermanas no estaban interesados en la santificación de sus vidas, porque el Espíritu de Profecía había desaparecido de toda predicación en el púlpito. ¿O qué piensas tú? ¿Es correcto que nosotros debamos predicar simplemente el amor de Dios y nada más?

Sin embargo, comencé a preguntarme, por qué la Biblia nos describe con tanta precisión y detalladamente los últimos eventos, y por qué evidentemente estos no les interesaban a nuestros hermanos y hermanas. De acuerdo con Elena G. de White, incluso los profetas del Antiguo Testamento escribieron menos para su propio tiempo que para los “últimos días”. Y leyendo muchos libros del Espíritu de Profecía de Elena G. de White que bendecida por Dios había recibido miles de visiones en su vida, que contienen, entre muchas otras cosas, declaraciones proféticas, noté que somos muy poco capaces de conectarlas directamente con la Biblia. Ella siempre dijo, que ella sería simplemente una “luz menor”, que dirigiría nuestro estudio a la “gran luz”, la Biblia, y que si nosotros realmente estuviéramos estudiando la Biblia como debemos no habría sido necesario que Dios la hubiese enviado.

La realidad es, que la mayoría de los adventistas tienen increíbles dificultades para encontrar aun la ley dominical en la Biblia. Si, por supuesto, ellos saben que la marca de la bestia es la observancia del domingo. Pero si eso es tan importante y Elena G. de White escribió acerca de eso vez tras vez, ¿dónde está registrada en la Biblia la promulgación de la Ley Dominical? ¿Entonces, quién puede decírmelo? ¿Difícil? O, ¿dónde están los grandes desastres, de los cuales el Espíritu de Profecía nos habló, si ya se han cumplido proféticamente todas las trompetas y sellos antes de 1844? OK, entonces solo quedan Mateo 24 y Lucas 21. ¿Pero muestran estos capítulos la sucesión exacta de los eventos? O más difícil: ¿Dónde encontramos “la ruina nacional de los Estados Unidos” después de la ley dominical? ¿O cómo podemos demostrar bíblicamente la subsecuente formación del Gobierno Mundial con el papa a la cabeza siguiendo una cronología profética?

Oh”, podrías decir, “¿es todo esto tan importante?” Si el Espíritu de Profecía ha señalado centenares de veces que nosotros tenemos que estudiar ciertos pasajes, libros y capítulos de la Biblia antes que el fin venga, y si el propio Jesús también ha enfatizado en numerosas ocasiones que nosotros debemos estudiar ciertos libros, debe ser posible para nosotros mostrar todas esas cosas en la Biblia. ¡De hecho es importante para nosotros porque Dios no indica cosas que no son importantes!

Pero ¿por qué es importante? ¿Por qué Dios se molesta en comunicarnos tantos detalles de los últimos eventos? Jesús mismo responde esas preguntas:

Y ahora os lo he dicho antes que suceda, para que cuando suceda, creáis. (Juan 14:29)

La profecía bíblica, dada por Dios, tiene un solo propósito: Es facilitar dos oportunidades para aquéllos que entienden la profecía correctamente. Primero rescatar sus propias vidas y luego en advertir a otros y exhortarlos a que ellos también acepten el regalo misericordioso del Señor. La última gran advertencia que todos los adventistas que serán sellados darán a la humanidad se llama en la nomenclatura adventista: “¡El fuerte pregón!” Y este Fuerte Pregón sonará poco antes del cierre del tiempo de la gracia bajo muy difíciles circunstancias para los sellados, a quienes nosotros llamamos según la Biblia los 144.000. Bajo la persecución de un gobierno mundial controlado por el papado, bajo la presión de leyes seculares que se opondrán a las leyes de Dios, será casi imposible para los “santos que guardan los mandamientos de Dios” amenazados por sanciones y aun muerte, ser fieles a Dios sin transgredir las leyes del hombre siendo tratados como “criminales”. Bajo esas terribles circunstancias, la gran comisión de Mateo 28:18-20 va a ser cumplida y el verdadero evangelio de Jesús será predicado por última vez al mundo entero. Y entonces el fin vendrá.

Para cumplir esta tarea de dar el Fuerte Pregón, el pueblo adventista debe estar preparado. Y eso significa, sobre todo, estar listo para recibir el Espíritu Santo, la “Lluvia Tardía”. Nadie que no ha aprendido a vivir una vida santa, recibirá el “refrigerio” del Espíritu Santo que solo será derramado en “vasos puros”. El juicio investigador terminará después que los 144.000 quienes trabajaban junto con Jesús purificando sus caracteres, hayan sido todos sellados por el Espíritu Santo y hayan dado la última gran advertencia al mundo.

¡Pero no es solo eso! Estas son las personas que han obtenido una relación tan íntima con Jesús, a través del estudio de la Biblia y de la oración constante, que ellos serán semejantes a su Maestro en todo. Jesús fue el Gran Maestro y Él conocía las Escrituras como ningún otro. Después de Su resurrección, Él interpretó a sus discípulos que iban camino a Emaús, todo lo que estaba profetizado en el Antiguo Testamento de Él, de Su venida, y de Su obra. ¡Él era un experto extraordinario en la profecía del Antiguo Testamento! Después de todo, la Biblia habla desde la primera hasta la última página de Jesús, el Creador del universo, y del plan de salvación que Él había preparado para un mundo perdido aun antes de su creación. Las profecías incumplidas del Antiguo y Nuevo Testamentos muy pronto serán cumplidas ante nuestros ojos y muchas de las profecías incluso se repetirán de manera literal que previamente habían sido cumplidas simbólicamente en el curso de la historia. Nosotros ya estamos en medio de esos últimos y rápidos eventos, y todavía muchos han cerrado sus ojos, en lugar de prepararse para actuar en el Fuerte Pregón como instructores bíblicos, como su Gran Maestro antes.

Nosotros como adventistas reconocemos que somos como el tercero Elías. El primero fue el profeta mismo, el segundo, Juan el Bautista, había anunciado la primera venida de Jesús y nosotros somos el tercero que anuncia la segunda venida de Jesús. Y esto encuentra su culminación en el Fuerte Pregón. ¿No deberíamos estar capacitados de mostrar a otros todo lo que está profetizado acerca de la segunda venida de Jesús en la Biblia? La declaración de Jesús en Apocalipsis 10:11 es válida para el período después del Gran Chasco de 1844 hasta el fin del tiempo de la gracia, y dice:

Y él me dijo: Es necesario que profetices otra vez sobre muchos pueblos, naciones, lenguas y reyes. (Apocalipsis 10:11)

La palabra griega prophēteuō que se usa aquí, significa: “profetizar” o “predecir eventos”. Jesús, por consiguiente, dio énfasis a la profecía y ¡no solo a la predicación general! Las personas en los últimos días de la historia humana se endurecerán de tal manera que Dios tendrá que usar los últimos medios que Él tiene en Su tesoro de medidas, para traer a muchos en el último momento a la conversión y arrepentimiento: guerra, hambres, pandemias, y muerte por las muchedumbres enloquecidas debido al miedo y aflicción, que no tienen ninguna explicación o tienen una incorrecta comprensión de los eventos terribles que están aguardándonos muy pronto.

Sin embargo, muchos adventistas creen que las personas comenzarán a despertarse cuando nosotros prediquemos diligentemente, que una ley dominical se proclamará en los Estados Unidos y como consecuencia vendrá la ruina nacional en los EE. UU., y pronto esta ley dominical se extendería al mundo entero. Esto es conocimiento profético concentrado, pero esas predicciones se han dado a los adventistas por los escritos de Elena G. de White, y quienquiera que no crea en el Espíritu de Profecía de Elena G. de White – y en esto (desgraciadamente) nadie cree excepto el propio pueblo adventista – no se convertirán, aun cuando estas profecías “extrabíblicas” se cumplan ante sus ojos. Ni yo me reconvertiría en católico, aunque las profecías dadas en las apariciones de María se estén cumpliendo. ¿Por qué no? Porque entiendo el contexto global y sé que estas profecías son antibíblicas y por consiguiente falsas, y que solo puedo confiar en la Biblia que es la Palabra de Dios.

Yo entiendo muy bien después de haber leído y comparado, que la obra de Elena G. de White es absolutamente válida bíblicamente y constituye una bendición, y que ella nunca ha dicho o escrito algo que contradiga a la Biblia. Pero los no-adventistas no tienen esta comprensión más profunda. Ellos solo pueden llegar a conclusiones que permiten su incompleto entendimiento de la Biblia y no van más allá. Si el Fuerte Pregón se escucha bajo persecución, no habrá más tiempo para largos e intensos estudios bíblicos y comparaciones con el Espíritu de Profecía. Ninguno será convertido por leer uno o varios libros con 800 páginas. Ninguno tendrá la paciencia de sentarse y estudiar el “Gran Conflicto” debido a las calamidades que estarán visitando nuestro planeta. ¡Esto pasará muy rápidamente y el sufrimiento será grande!

El tiempo del Fuerte Pregón involucrará solo una pregunta específica: ¿Quién es culpable por la miseria y los horribles eventos en nuestro planeta, que no tienen explicación científica?

Y habrá dos respuestas y explicaciones diferentes dadas por dos grupos diferentes de personas:

  1. El primer grupo dirá: “Aquellos son culpables, los que se oponen al movimiento de paz y seguridad en el mundo entero y que guardan el sábado de la Biblia, en lugar del día universalmente reconocido de descanso, el día de paz y de la familia, el domingo. Ellos están conjurando la ira de Jesús que ya no puede mitigarse ni por María ni por los santos ni dioses.”
  2. El segundo grupo dirá: “Aquellos son culpables, quienes guardan el domingo como día de descanso, en contra del cuarto mandamiento de Dios y están persiguiendo una pequeña minoría de cristianos, que quieren guardar los originales Diez Mandamientos de Dios, incluyendo el sábado. Y por consiguiente ellos están conjurando la ira de Dios, porque ellos están tocando ‘la niña de los ojos de Dios’, Su pueblo.”

Ambos grupos creerán que tienen razón. Pero solo un grupo perseguirá al otro grupo. La gran diferencia entre los grupos es, que un grupo apenas se estará defendiendo, mientras el otro estará reprimiendo y castigando. Un grupo tendrá todo el poder de la Tierra y usará los poderes legislativos, judiciales y ejecutivos del gobierno para silenciar y exterminar al otro grupo.

Solo un grupo será verdaderamente pacífico y no dañará a nadie, pero será culpado por los otros de todo sufrimiento en la Tierra: Los 144.000 que se reclutarán de los fieles adventistas y aquellos que habrán salido de Babilonia en el último minuto. Me referiré a este grupo más tarde de forma separada, porque la falta de entendimiento en general en relación con este asunto es increíblemente grande y hay una gran cantidad de predicaciones erróneas al respecto. Solo existirá un grupo pequeño de personas, quienes tendrán la verdad, y sufrirán persecución y muerte debido a esa verdad como siglos antes Su Señor, Jesucristo. Pero aquellos que entienden todo esto, antes de que todos esos eventos inicien, eventualmente verán a cuál grupo unirse antes que la puerta de la gracia se cierre, si quieren ser salvos también. Este es el Fuerte Pregón, que habrá un grupo perseguido de personas amantes de la paz que solo quieren hacer simplemente una cosa: Obedecer a su Dios, cueste lo que cueste incluso sus propias vidas. Lo que no se ha logrado totalmente en 2000 años de predicar el evangelio, se logrará finalmente por este grupo pequeño de personas. La decisión final de cada individuo, si quiere pertenecer a este grupo o no, será hecha: perseguidor o perseguido. ¡Y entonces el fin vendrá!

De nuevo, ¡todo pasará como fue profetizado! Habrá persecución debido a las leyes dominicales, pero el despertar de las personas no vendrá a través de las leyes dominicales, sino a través de la persecución y sufrimiento de la pequeña minoría de personas que solamente quieren obedecer y ser fieles a su Dios y Señor.

Por eso debe demostrarse anteriormente, que la Biblia vez tras vez apunta a una persecución de una minoría de fieles testigos de Jesús y debe ser mostrado que la Biblia está explicando exactamente, cómo las estructuras de poder evolucionarán durante los últimos días y quién estará al timón del gobierno mundial y unirá los tres poderes gubernamentales como un emperador romano o un tirano a sí mismo. Si pudiéramos encontrar todo eso en la Biblia y mostrar que todo esto está cumpliéndose ante nuestros ojos, y quién está detrás de todo esto, entonces, muchos comprenderían realmente cuál grupo será culpable de todas las miserias: el grupo que conseguirá el dominio mundial e intentará destruir al otro grupo. El grupo que tenga el poder por un tiempo cortó de perseguir a los hijos de Dios y matarlos tendrá la culpa.

Por consiguiente, la pregunta es: ¿Quién está planeando un gobierno mundial actualmente y quiénes son los poderes principales detrás de él? Y más importante: ¿Hasta dónde han progresado sus planes? ¿Cuánto tiempo tomará antes de que todo esto sea cumplido?

Nosotros los adventistas sabemos de la Biblia y del Espíritu de Profecía, quienes son estos poderes principales: El papado y los Estados Unidos, que animarán a todas las naciones de la tierra a que elijan al papa como su líder “ético (o moral)”. Pero nosotros no sabemos cuánto han progresado los preparativos del enemigo, porque la mayoría de nosotros estamos esperando estoicamente la “luz verde”: La Ley Dominical en los Estados Unidos. Pero yo diría: Entonces será demasiado tarde para explicar (o para profetizar) a las personas que una minoría perseguida tendrá la verdad. Porque si nosotros estuviéramos ya sufriendo persecución, la declaración del poder persecutor sería que simplemente somos miembros de un “culto criminal” que viola leyes nacionales o internacionales. Y solo muy pocos escucharán en aquel entonces lo que nosotros tenemos que decir.

La llave al éxito queda en la bellamente simple declaración de Cristo:

Y ahora os lo he dicho antes que suceda, para que cuando suceda, creáis. (Juan 14:29)

Me gustaría citar un artículo escrito por Elena G. de White en tiempos de crisis para la iglesia. Estoy consciente que no se está refiriendo a la Ley Dominical de forma directa. No obstante, los métodos mencionados aquí, de cómo actuar en tiempos de peligro para la iglesia, son los mismos para todos los ataques del enemigo:

¡Un iceberg! “Hazle frente”

Poco después de que envié los testimonios acerca de los esfuerzos del enemigo para socavar el fundamento de nuestra fe mediante la diseminación de teorías engañosas, leí un incidente acerca de un barco que hizo frente a un iceberg en una neblina. Dormí poco durante varias noches. Me parecía estar aplastada como un carro bajo las gavillas. Una noche fue presentada claramente una escena delante de mí. Navegaba un barco en medio de una densa neblina. De pronto el vigía exclamó: “¡Iceberg a la vista!” Allí, como una elevada torre por encima del barco, estaba un gigantesco iceberg. Una voz autorizada exclamó: “¡Hazle frente!” No hubo un momento de vacilación. Se demandaba acción instantánea. El maquinista dio marcha a todo vapor y el timonel dirigió el barco directamente contra el iceberg. Con un crujido golpeó el témpano. Hubo una terrible sacudida, y el iceberg se rompió en muchos pedazos que cayeron sobre la cubierta con un estruendo semejante al trueno. Los pasajeros fueron violentamente sacudidos por la fuerza de la colisión, pero no se perdieron vidas. El navío se dañó, pero no sin remedio. Rebotó por el contacto, temblando de proa a popa como una criatura viviente. Entonces siguió adelante en su camino.

Bien sabía yo el significado de esta visión. Había recibido mis órdenes. Había oído las palabras, como una voz de nuestro Capitán: “¡Hazle frente!” Sabía cuál era mi deber y que no había un momento que perder. Había llegado el tiempo de una acción decidida. Sin demora, debía obedecer la orden: “¡Hazle frente!”

Esa noche estaba en pie a la una, escribiendo a toda la velocidad con que mi mano podía correr sobre el papel. Durante los pocos días subsiguientes trabajé desde temprano hasta tarde, preparando para nuestros hermanos las instrucciones que me fueron dadas acerca de los errores que estaban introduciéndose entre nosotros.

He estado esperando que hubiera una reforma cabal y que se mantuvieran los principios por los cuales luchamos en los primeros días, y que fueron presentados con el poder del Espíritu Santo. {Mensajes Selectos Tomo 1 – p. 239, 240}

Primero, me gustaría que ustedes noten que ella “envió los testimonios acerca de los esfuerzos del enemigo”. Muchos adventistas defienden que no es nuestra tarea el observar lo que el enemigo hace. Pero yo estoy de acuerdo con Elena G. de White que de hecho es también (!) necesario “predecir icebergs” en las vías de navegación. Y el más gigantesco iceberg que nos espera es probablemente la Ley Dominical Nacional en los Estados Unidos, porque entonces nosotros sabríamos que nuestro tiempo de preparación llegará a su fin. ¿No sería bueno para nosotros “espiar” rápidamente ese iceberg un poco más temprano para recuperar ahora el tiempo que hemos perdido?

Segundo, estoy de acuerdo con Elena G. de White que no hay ninguna manera de evitar el iceberg. Esto llevaría – como en el caso del Titanic – solamente a la destrucción del barco (de la iglesia) y causaría su hundimiento. ¡Los compromisos con esos poderes son imposibles! ¡La única oportunidad es, ir delante a toda marcha hacia el iceberg! Y yo intento hacer esto con este sitio de web tanto como mis pequeños fondos me lo permitan. Yo divisé la Ley Dominical, y otro “iceberg”, la llegada del falso Cristo, de la vigía y ahora hago sonar la campana y toco la trompeta, que nosotros podamos dar todo vapor a las máquinas y hacer frente directamente contra los obstáculos.

¿O ya hemos chocado con un iceberg sin darnos cuenta y nuestro “Titanic” se rasgó de proa a popa y está a punto de hundirse en el silencio eterno del mar, y nosotros teníamos demasiada confianza en los diseñadores y pensábamos que nos encontramos en una nave insumergible? Esto sería un terrible descubrimiento e indicaría que nosotros tendríamos que abandonar la nave mientras aún quede espacio en los pocos botes salvavidas pues ni siquiera en los del Titanic había suficiente espacio para todos los pasajeros.

Cuando el 10 de Julio de 2009 recibí una prueba más sobre la exactitud de mis estudios anteriores, yo ya no vacilé más, y comencé a trabajar en este sitio web. Yo sé que es muy tarde, pero nuestra iglesia no es una iglesia que diera fácilmente la bienvenida a la “nueva luz”. Y por eso casi cuatro años pasaron antes de que yo comenzara este sitio. Mediante esto no quiero pretender tener “nueva luz”, pero simplemente divisé peligros conocidos, y pienso que sé en cuál distancia estamos de la colisión. Pero debo decir también que nadie de nuestros hermanos me apoyó a llegar a la decisión de publicar mis descubrimientos aquí. Es una decisión basada solamente en la oración y fe en Dios. Cualquiera, quien quiere criticar lo que él leerá aquí, por favor critíquenme personalmente, y dejen en paz el pueblo remanente de Dios, porque yo no actúo según su consentimiento o por su aprobación, aunque yo no ataco, corrijo o cuestiono cualquier previo conocimiento que constituye oficialmente los pilares de la verdad presente. Por el contrario, el lector notará que ese antiguo conocimiento forma la base para todo el “nuevo conocimiento” y el nuevo simplemente confirma el antiguo.

Al principio mis descubrimientos no eran tan nuevos como no lo es el hecho de que existen los icebergs. La única pregunta era: ¿Cuándo acontecerá la colisión o ya ha pasado y no ha sido detectada? Si nosotros como iglesia tenemos el Espíritu de Profecía, entonces, ¿no deberíamos, como Elena G. de White lo hizo, usar día y noche para advertir a la iglesia y el mundo de estas amenazas que vienen en nuestro camino a todo vapor?

Estudié diligentemente y observé mi entorno. Las condiciones de nuestra iglesia en Suramérica pronto me impelieron a que ya no pudiera identificarme más con ella. No quiero presentar aquí lo que experimenté, porque sé que hay muchos hermanos y hermanas sinceros a quienes no quiero herir. Pero simplemente no podía comprender cuánto pecado público es permitido, especialmente entre los líderes de la IASD. Al parecer todos fueron heridos de ceguera. Pedí a Dios clarificación. Oré día y noche por muchos meses, por no decir años. Y entonces el Señor abrió la puerta lentamente a los estudios presentes que finalmente me llevaron al estudio del Reloj de Dios. Primero, comprendí qué está pasando detrás de las líneas enemigas y que los siete sellos según el modelo de “Jericó” se están repitiendo de hecho desde 1844, y así las siete iglesias, como Elena G. de White frecuentemente había declarado que la historia se repite.

Comprendí que el segundo y el tercer sello en su repetición representan claramente las dos grandes guerras mundiales, que también se mencionan en Mateo 24 y Lucas 21. ¿Pero dónde estaban los mártires de Esmirna en nuestras filas en estos períodos que habían muerto por su fe guardando los Diez Mandamientos correspondiendo al primer ciclo de los sellos? Ésta y otras preguntas similares me inquietaron. Comencé a estudiar la historia de la Iglesia Adventista. ¡Y tuve que descubrir hechos terribles! ¡Los fundamentos de mi fe fueron conmovidos y pienso que también pasará lo mismo a muchos de ustedes cuando lean lo que Dios quiere mostrarnos, y, sobre todo, mis estimados hermanos, en qué manera grandiosa Él lo hace!

Encontré advertencias extrañas de Elena G. de White en sus testimonios como este:

El quinto capítulo del Apocalipsis debe estudiarse detenidamente. Es de la mayor importancia para los que han de desempeñar una parte en la obra de Dios en estos últimos días. Algunos están engañados. No se percatan de lo que está por suceder en la tierra. Son víctimas de un error fatal los que se han dejado confundir en lo que concierne a la naturaleza del pecado. A menos que hagan un cambio decisivo, serán encontrados faltos cuando Dios pronuncie sus sentencias sobre los hijos de los hombres. Habiendo transgredido la ley y quebrantado el pacto eterno, recibirán un galardón correspondiente a sus obras. {Testimonios para la Iglesia, Tomo 9, p. 213.2}

Elena G. de White hablaba sobre un grupo de personas que están engañadas. ¿Quién está en este grupo? Esas líneas se dirigen a nosotros los Adventistas del Séptimo Día. ¿Podría ser que algunos de nosotros estemos engañados? Y siendo así, ¿Quién? ¿Hay alguien, que entienda el contenido de este extraño mensaje? Este sitio web nos dará las respuestas y oro que tú pertenezcas a aquellos “que gimen y claman a causa de todas las abominaciones que se hacen en medio de ella [nuestra iglesia]”, porque solo ellos y nadie más recibirá el sello de Dios. (Lea el capítulo 9 de Ezequiel.)

Espero que tú, estimado hermano, hermana o estimado visitante de este sitio, estudies con oración lo que he publicado aquí. Todos somos responsables por nosotros mismos y debemos obedecer a nuestra voz interior cuando se trata de reconocer la verdad. Me gustaría que el Espíritu de Profecía, con lo cual nuestra iglesia fue ricamente bendecida, dirija las últimas palabras de este artículo de introducción a ustedes:

Lo que la iglesia necesita

El mundo es para el cristiano una tierra de extraños y enemigos. A menos que tome para su defensa la panoplia divina, y maneje la espada del Espíritu, llegará a ser presa de las potestades de las tinieblas. La fe de todos será probada. Todos serán probados como el oro es probado por el fuego.

La iglesia está compuesta de hombres y mujeres imperfectos, que yerran y necesitan que se ejercite continuamente en su favor caridad y tolerancia. Pero ha habido un largo período de tibieza general; un espíritu mundanal ha estado penetrando en la iglesia, y ha sido seguido por enajenamiento, malicia, censuras, contiendas e iniquidad.

Si se oyesen menos sermones de parte de hombres que no están consagrados en su corazón y su vida, y ellos dedicasen más tiempo a humillar su alma delante de Dios, podríamos esperar que el Señor acudiera en vuestra ayuda, y remediaría vuestras apostasías. Mucho de lo que se ha venido predicando últimamente engendra una falsa seguridad. Los intereses importantes de la causa de Dios no pueden ser manejados sabiamente por los que tienen tan poca relación real con Dios como la que han tenido algunos de nuestros ministros. Confiar la obra a hombres tales es como poner niños a pilotear grandes barcos en el mar. Los que están destituidos de la sabiduría celestial y del poder vivo de Dios, no son competentes para dirigir el barco evangélico entre témpanos de hielo y tempestades. La iglesia está pasando por severos conflictos, pero en su peligro, muchos quisieran confiarla a manos que la habrían de hacer zozobrar. Necesitamos un piloto a bordo ahora; porque nos estamos acercando al puerto. Como pueblo, debiéramos ser la luz del mundo. Pero cuántos son como vírgenes fatuas, que no tienen aceite en sus vasos ni en sus lámparas. ¡Que el Señor de toda gracia, abundante en misericordia y perdón, se compadezca de nosotros y nos salve, para que no perezcamos con los impíos!

En estos momentos de conflicto y prueba, necesitamos todo el apoyo y el consuelo que podamos obtener de los principios correctos, de las convicciones religiosas firmes, de la seguridad permanente del amor de Cristo, y de una rica experiencia en las cosas divinas. Únicamente como resultado de un firme crecimiento en la gracia, es cómo alcanzaremos a la plena estatura de hombres y mujeres en Cristo Jesús.

¡Oh! ¿Qué puedo yo decir para abrir los ojos ciegos e iluminar el entendimiento espiritual? Debe crucificarse el pecado. Debe realizar el Espíritu Santo una renovación moral completa. Debemos tener el amor de Dios, con una fe viva y permanente. Esta es el oro probado en el fuego. Podemos obtenerlo únicamente de Cristo. Todo buscador sincero y ferviente llegará a participar de la naturaleza divina. Su alma se llenará de intenso anhelo por conocer la plenitud del amor que supera todo conocimiento. Mientras progrese en la vida divina, podrá comprender mejor las verdades elevadas y ennoblecedoras de la Palabra de Dios, hasta que, por contemplación, será transformado y capacitado para reflejar la semejanza de su Redentor. {Testimonios para la Iglesia, Tomo 5, p. 97-98}

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