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¡Todos a la faena!

En lo que respecta a la Pascua, Dios requiere la participación plena. Cuando Dios sacó a Israel de Egipto, había una diferencia clara entre el pueblo de Dios y de los pueblos del mundo. Esa diferencia fue demostrada por la obediencia de aquellos que pusieron la sangre en sus dinteles y fueron “pasados por alto” [heb. pesaj = pascua], mientras que los que no lo hicieron, sufrieron la venganza del destructor.

Toda la congregación de Israel lo hará. (Éxodo 12:47)

Tres veces cada año aparecerá todo varón tuyo delante de Jehová tu Dios en el lugar que él escogiere: en la fiesta solemne de los panes sin levadura, y en la fiesta solemne de las semanas, y en la fiesta solemne de los tabernáculos. Y ninguno se presentará delante de Jehová con las manos vacías; (Deuteronomio 16:16)

La Pascua era tan importante que Dios dio a Moisés una regla especial que tenían que celebrar la Pascua en el segundo mes, si por alguna razón especial no hubieran podido guardarla en el primer mes.

Y Jehová habló a Moisés, diciendo: Habla a los hijos de Israel, diciendo: Cualquiera de vosotros o de vuestros descendientes, que estuviere inmundo por causa de muerto o estuviere de viaje lejos, celebrará la pascua a Jehová. En el mes segundo, a los catorce días del mes, entre las dos tardes, la celebrarán; con panes sin levadura y hierbas amargas la comerán. No dejarán del animal sacrificado para la mañana, ni quebrarán hueso de él; conforme a todos los ritos de la pascua la celebrarán. (Números 9:9-12)

Un nuevo reinado

Hay un par de veces en la historia de la Biblia cuando la regla de la Pascua en el segundo mes se llevó a cabo. Una historia en particular es un ejemplo vivo para nosotros.

Acaz fue un rey malvado y dirigió el reino a la apostasía. Él representa a los actuales dirigentes de la organización de la Iglesia, y de hecho la Iglesia ha llegado a la apostasía total. Su hijo Ezequías era un buen rey, y podemos ver esto en sus primeras acciones:

En el primer año de su reinado, en el mes primero, abrió las puertas de la casa de Jehová, y las reparó. E hizo venir los sacerdotes y levitas, y los reunió en la plaza oriental. Y les dijo: ¡Oidme, levitas! Santificaos ahora, y santificad la casa de Jehová el Dios de vuestros padres, y sacad del santuario la inmundicia. (2 Crónicas 29:3-5)

Esta es nuestra historia. En la primera parte de este artículo, mostramos cómo hemos recibido el candelero de la autoridad de Dios Padre. ¡El Acaz del adventismo está MUERTO espiritualmente! Nosotros (representados por Ezequías) hemos sido autorizados como los nuevos líderes de la iglesia, y estamos haciendo la misma obra como el buen Ezequías lo hizo al principio de su reinado.

Así como Ezequías abrió las puertas del templo, nosotros publicamos El Buque del Tiempo, para que se vea las abominaciones en la Iglesia como realmente son y para que sean corregidas. Cada uno que lo lea mientras está mirando a las marcas de los clavos en Orión, tendrá la oportunidad de llegar a un acuerdo con estos temas en su propio corazón y al arrepentimiento.

Estos reunieron a sus hermanos, y se santificaron, y entraron, conforme al mandamiento del rey y las palabras de Jehová, para limpiar la casa de Jehová. Y entrando los sacerdotes dentro de la casa de Jehová para limpiarla, sacaron toda la inmundicia que hallaron en el templo de Jehová, al atrio de la casa de Jehová; y de allí los levitas la llevaron fuera al torrente de Cedrón. (2 Crónicas 29:15-16)

Cedrón era el arroyo donde los ídolos fueron molidos a polvo.

Y se alegró Ezequías con todo el pueblo, de que Dios hubiese preparado el pueblo; porque la cosa fue hecha rápidamente. (2 Crónicas 29:36)

¡Al igual que Ezequías, no tenemos tiempo que perder! ¿Ha estado Dios preparando tu corazón para esto?

Toma nota del día en que la santificación del templo se completó:

Comenzaron a santificarse el día primero del mes primero, y a los ocho del mismo mes vinieron al pórtico de Jehová: y santificaron la casa de Jehová en ocho días, y en el dieciséis del mes primero terminaron. (2 Crónicas 29:17)

Duró hasta el 16 de Nisán para terminar la limpieza. El tiempo para observar la Pascua ya había pasado, e incluso tuvieron que organizar y santificar al resto del pueblo también. Estaban en un estado tan apóstata, que no podían limpiarse y alistarse suficientemente rápido para observar la Pascua en el primer mes.

Nuestro grupo aquí en Paraguay estaba adorando antes de la madrugada del domingo de la Pascua, y nos dimos cuenta de que no habíamos hecho un esfuerzo consciente para humillarnos confesando nuestras ofensas unos a otros. Por supuesto estábamos en armonía en todas nuestras actividades en torno a la Santa Cena, pero un momento especial de la confesión deliberada y del perdón entre nosotros había sido deficiente. No fue sino hasta el domingo por la mañana que en realidad “terminamos” toda nuestra limpieza. ¿Y qué crees, qué día era este en el calendario hebreo? Fue el 16 de Nisán, el domingo de Pascua después de la Santa Cena en el 14 de Nisán (Pascua).

Si nosotros, los dirigentes (o sacerdotes) de la Iglesia terminamos la limpieza demasiado tarde, no cabe duda, ¡que no había suficiente tiempo para santificar al resto de la Iglesia para la Santa Cena!

El llamado

Amigos, ¿entienden ustedes que estamos en una situación de emergencia? ¡La Iglesia está en apostasía total y los enemigos de Dios están muy adelantados! ¿Qué hizo Ezequías para hacer frente a su emergencia?

Envió después Ezequías por todo Israel y Judá, y escribió cartas a Efraín y a Manasés, para que viniesen a Jerusalén a la casa de Jehová para celebrar la pascua a Jehová Dios de Israel. Y el rey había tomado consejo con sus príncipes, y con toda la congregación en Jerusalén, para celebrar la pascua en el mes segundo: Porque entonces no la podían celebrar, por cuanto no había suficientes sacerdotes santificados, ni el pueblo se había reunido en Jerusalén. Esto agradó al rey y a toda la multitud. Y determinaron hacer pasar pregón por todo Israel, desde Beerseba hasta Dan, para que viniesen a celebrar la pascua a Jehová Dios de Israel, en Jerusalén: porque en mucho tiempo no la habían celebrado al modo que está escrito. (2 Crónicas 30:1-5)

Nosotros también tomamos consejo en el estudio y la oración. Pocos días después de la Santa Cena aquí en Paraguay, después de que uno de nuestros líderes había regresado a su casa lejana, vimos al Espíritu Santo trabajando con nosotros maravillosamente. En respuesta a nuestras oraciones para la comprensión, ¡hemos recibido el mismo día, al mismo tiempo, en diferentes partes del mundo, la misma inspiración a través de esta historia de Ezequías!

Nos dimos cuenta por los versículos anteriores que nuestro deber es el de “enviar cartas” a todo Israel para guardar la Santa Cena en el segundo mes de la manera correcta en el momento adecuado. Ese es el propósito de esta advertencia en tres partes: reunir el remanente que aún sirve al Señor, para dedicarse a él de nuevo. Estos artículos irán a toda la población de la Iglesia (desde Beerseba hasta Dan) para que ellos se reúnan para observar la Santa Cena en el momento correcto. ¡Esto es para gente de todas las denominaciones, no sólo para los adventistas!

La Pascua del segundo mes es la confirmación clave del comienzo de los 1260 días: ya que la iglesia no estaba preparada adecuadamente, la gracia de Dios permitió a estos últimos 30 días más allá del principio de los 1290. Esta Pascua del segundo mes es ahora el momento, en que aquellos en la Iglesia de Dios, cuyos corazones habían sido preparados por Dios, reciban el cuerpo y la sangre del Señor. Los que no tienen Su sangre en los dinteles de su corazón no estarán protegidos contra el destructor.

¡Gracia, gracia, gracia!

¿Cuánto tiempo durará la paciencia de Dios? ¿No hay fin de Su gracia?

No todos los hombres de aquella generación eran idólatras en el sentido estricto de la palabra. Muchos profesaban ser adoradores de Dios. Alegaban que sus ídolos eran imágenes de la Deidad, y que por su medio el pueblo podía formarse una concepción más clara del Ser divino. Esta clase sobresalía en el menosprecio del mensaje de Noé. Al tratar de representar a Dios mediante objetos materiales, cegaron sus mentes en lo que respectaba a la majestad y al poder del Creador; dejaron de comprender la santidad de su carácter, y la naturaleza sagrada e inmutable de sus requerimientos. A medida que el pecado se generalizaba, les parecía cada vez menos grave, y terminaron por declarar que la ley divina ya no estaba en vigor; que era contrario al carácter de Dios castigar la transgresión; y negaron que sus juicios se harían sentir en la tierra. Si los hombres de aquella generación hubieran obedecido la ley divina, habrían reconocido la voz de Dios en la amonestación de su siervo; pero al rechazar la luz sus mentes se habían vuelto tan ciegas, que creyeron de veras que el mensaje de Noé era un engaño. {PP 82, 83}

¡Ésta es nuestra tercera advertencia! ¿Van a burlarse y ridiculizarnos de nuevo, cuando nuestros errores anteriores eran realmente la gracia de Dios para ustedes?

Al principio, pareció que muchos recibirían la advertencia; sin embargo, no se volvieron a Dios con verdadero arrepentimiento. No quisieron renunciar a sus pecados. Durante el tiempo que precedió al diluvio, su fe fue probada, pero ellos no resistieron esa prueba. Vencidos por la incredulidad reinante, se unieron a sus antiguos camaradas para rechazar el solemne mensaje. Algunos estaban profundamente convencidos, y hubieran atendido la amonestación; pero eran tantos los que se mofaban y los ridiculizaban, que terminaron por participar del mismo espíritu, resistieron a las invitaciones de la misericordia, y pronto se hallaron entre los más atrevidos e insolentes burladores; pues nadie es tan desenfrenado ni se hunde tanto en el pecado como los que una vez conocieron la luz, pero resistieron al Espíritu que convence de pecado. {PP 82}

¿Van a tomar parte con los burladores y negadores?

¿O van a seguir el curso recomendado con nosotros?: renunciando a nuestros pecados, prestando atención a las invitaciones de la misericordia, escuchando las palabras de advertencia, y soportando la prueba que tenemos ante nosotros. Tenemos que obedecer la ley divina, y darnos cuenta, ¡de que Dios sí castiga la transgresión! (A menudo él lo hace aun utilizando nuestros enemigos como sus agentes.)

Desde la Cruz a la masacre

En el año 31 DC, Jesús entró en Jerusalén para ser recibido como un rey, pero el pueblo elegido no le quería. Los discípulos celebraron una muy especial Pascua con su Señor ese año, y ese mismo día él fue crucificado. Después de ese tiempo hubo un breve espacio para el arrepentimiento, y luego el Evangelio se fue a los gentiles e Israel fue abandonado. Ellos no sabían que su destino había sido sellado. En otra Pascua unos años más tarde, mientras estaba repleta de gente, la ciudad fue sitiada y finalmente destruida. La condición previa para la abominación de la desolación fue cumplida por Jesús en el año 31 DC, ellos sellaron su destino en el año 34 con el apedreamiento de Esteban, y la masacre masiva finalmente llegó en el año 70 DC.

El 5 de abril de 2012, también los nuevos líderes de la Iglesia participaron en una Santa Cena muy especial. De nuestra propia manera, pasamos por la experiencia de nuestro Señor. Esta advertencia es el último sermón de Esteban a Israel, y su recepción sellará destinos. ¿Nos apedrearán, al igual que apedreaban a Esteban? ¿O consentirán a esto como lo hizo Saulo? O se arrepentirán y gritarán “¿Qué debo hacer para ser salvo?” En la segunda Santa Cena, el 5 de mayo de 2012, el antitípico “Jerusalén” sellará su destino. Este será el comienzo de los 1260 días.

Y oí al varón vestido de lino, que estaba sobre las aguas del río, el cual alzó su diestra y su siniestra al cielo, y juró por el que vive por los siglos, que será por tiempo, tiempos, y la mitad de un tiempo. Y cuando se acabe la dispersión del poder del pueblo santo, todas estas cosas serán cumplidas. (Daniel 12:7)

Un tiempo (360) + tiempos (360 + 360) + la mitad de un tiempo (180) = 1260 días.

Contra Jehová prevaricaron, porque han engendrado hijos extraños; ahora en un solo mes serán consumidos ellos y sus heredades. (Oseas 5:7)

El versículo de Oseas confirma lo que ya aprendimos de Ezequías, que los 1260 días comienzan exactamente un mes (o 30 días) después de que los 1290 se iniciaron, al cierre del sábado, 5 de mayo de 2012.

Ese es un Gran Sábado (el cuarto sábado Omer previo a Pentecostés) y sería un buen día para hacer confesiones de ofensas unos a otros, y para estudiar y orar fervientemente por la aceptación de Dios, para que el destructor PASARÁ POR ALTO nuestras vidas. La Santa Cena debe ser celebrada a la tardecita. Los próximos tres días deben ser dedicados a la oración vigilante.

Nuestra experiencia

Este año, las fiestas de Pascua cayeron en los mismos días de la semana como lo hicieron el año de la crucifixión. (En el segundo mes de la Pascua, sin embargo, los días de la semana eran diferentes.) El jueves por la noche nos reunimos en la casa y preparábamos nuestros corazones en anticipación. Esperábamos que los desastres golpearan esa noche durante la Santa Cena. Cada uno de nosotros tomó un momento para reafirmar sus votos que habíamos hecho algunas semanas antes en nuestro grupo de estudio privado. He aquí un ejemplo de declaración de intenciones ante Dios el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo:

Yo, ______________________, al mejor de mi conocimiento y conciencia, creo que ordené mi vida de una manera que quiero pedir al Padre el permiso para testificar para Él. Yo soy el esposo/la esposa de una esposa/un esposo creyente (o soltero) y no vivo en adulterio, y gobierno mi casa por las normas de la Biblia y en la forma como se nos explicó a través del Espíritu de Profecía. La primera prioridad en mi vida es Dios, y ni siquiera mi amor a mi cónyuge o familiares es mayor que mi obligación que reconozco de la luz que he experimentado a través del Espíritu Santo. Soy consciente de que podía ser probado en todas las cosas, como le ha sucedido a Job. Yo sé que debido a las cosas que tienen que suceder ahora sería mejor ser puesto a la tumba y que los sobrevivientes envidiarán a los muertos. Sin embargo, quiero enfrentarme a mis responsabilidades y seguir el ejemplo que mi Redentor y Salvador, Jesucristo, me ha dado, y mostrar a otras personas y el universo entero el carácter maravilloso y justo de Dios y de Su Ley.

Yo declaro de manera irrevocable que considero que la Ley de Dios es justa y que quiero guardarla. Le pido a mi intercesor Jesús la fuerza para lograr este objetivo, y le pido al Padre la fuerza para soportar el tiempo de las plagas sin Intercesor. Pido por mi pueblo los individuales adventistas del séptimo día, que todavía seamos capaces de encontrar un gran número de ellos que se unan a nosotros, para que los muchos mártires en el largo camino en estos últimos días no mueran en vano, pero sobre todo que mi Salvador personal Jesucristo no hubiera vivido, muerto y resucitado al tercer día en vano. Ruego también por esa parte del pueblo de Dios que todavía vive en Babilonia, para que pueda escuchar el fuerte clamor que será dado por los 144.000 pronto y que se nos conceda la gracia para consolar a estas personas con esperanza en su viaje final. Pido al Padre por la gracia de la lluvia tardía, para que podamos realizar esta tarea y estoy dispuesto que me sea mostrado por Él cada pecado oculto o abierto por lo que sea aún imposible para mí de ser convertido en un vaso verdaderamente puro. Creo que, con la ayuda de Dios, voy a ser capaz de permanecer en el tiempo de las plagas sin un Intercesor, porque creo que el poder de Dios para la salvación es ilimitado. Esto lo testifico y declaro en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. AMEN.

En nuestro grupo, tanto hombres como mujeres han dado sus votos. El plan original de Dios en el Edén era tanto para el hombre como para la mujer de ser Sus testigos, pero a causa del pecado, Dios puso a la mujer bajo el dominio del hombre. Al acercarnos al Edén restaurado en el Juicio de los Vivos después del Juicio de los Muertos, cuando los 144.000 hayan quedado completamente santificados (purificados del pecado), ya no hay ninguna razón para que la mujer esté baja del dominio del hombre. Cada uno se encuentra de forma individual en el banco de los testigos.

Antes de dividir hombres y mujeres para el lavado de los pies, leímos unos versos y hablamos sobre lo que la verdadera lección es: que ninguno de nosotros (sean líderes o no) somos mayores o menores. No es el siervo mayor que su señor, y puesto que Jesús, el más alto, se hizo el más bajo de todos, no hay lugar alguno para que cualquiera de nosotros se vea más alto o más bajo del otro. Esto se aplica no solamente entre nosotros como líderes, sino también cuando vamos a enseñar a los 144.000, y cuando ellos a su vez alientan a los demás. Todos somos iguales benefactores de la gracia de Jesús.

Después de lavar los pies el uno al otro, nos reunimos a la mesa para la cena. El ambiente era sagrado, como si Jesús estaba allí a la mesa con nosotros. Oraciones fueron hechas, himnos cantados, y versos leídos. John quebró el pan sin levadura en trozos sustanciales y disfrutamos de un vaso lleno de jugo de uva. Fue una comida disfrutada junto con los amigos más queridos.

Después, al ver que todavía “no había pasado nada” leímos algunas secciones del “Deseado de Todas las Gentes” para ayudarnos a pensar sobre lo que ocurrió esa noche después de que Jesús cenó con sus discípulos. Fue un momento muy difícil para nosotros a medida que avanzábamos a través de esta primera decepción del fin de la semana. Algunos de nuestro grupo se quedaron despiertos en continuo estudio y oración hasta que llegó una mejor comprensión acerca de cuándo el evento era de esperarse. Por último, rayos de luz nos han fortalecido como el ángel Gabriel que apareció a Jesús para fortalecerle:

Acontecerá en aquel día, dice Jehová el Señor, que haré que se ponga el sol a mediodía, y cubriré de tinieblas la tierra en el día claro. Y cambiaré vuestras fiestas en lloro, y todos vuestros cantares en lamentaciones; y haré poner cilicio sobre todo lomo, y que se rape toda cabeza; y la volveré como en llanto de unigénito, y su postrimería como día amargo. (Amos 8:9-10)

El versículo anterior nos dio evidencia de que el gran evento sería sincrónico con el terremoto y la oscuridad que rodeaban la crucifixión. Esto nos dio un poco de esperanza, y dormimos.

A la mañana siguiente, viernes, ya habíamos recibido muchos correos electrónicos con burlas y desprecios, como la multitud de personas ridiculizaba a nuestro Señor en Sus juicios de esa misma mañana. ¿No sabían esos negadores que estaban menospreciando las últimas gotas casi agotadas de la Misericordia de un Dios de justicia y venganza? A pesar de todo eso, decidimos seguir comprometidos a nuestra causa y estábamos dispuestos a dar nuestras vidas en el evento de las bolas de fuego si eso era lo necesario para cumplir con nuestra comisión.

Una vez más, después de que “no había pasado nada” a la hora de la crucifixión, estábamos de nuevo en medio de la decepción y confusión. Esta fue nuestra segunda decepción de este fin de semana. John cerró la página web, y todos nos fuimos de vuelta a la oración para obtener más luz. El siguiente sábado por la mañana, adorábamos en la capilla. El sermón de John hizo una recapitulación de nuestras decepciones, y a continuación nos llevó a una nueva luz, grande y gloriosa de hecho. Sus sermones son “guiados por el Espíritu” no prefabricados, y el Espíritu Santo verdaderamente nos bendijo con el beneplácito de un Gran Sábado ese día.

El más Poderoso de las huestes celestiales

El ángel Gabriel que fortaleció a Jesús en Getsemaní es el mismo ángel que regresó el domingo por la mañana para llamarlo desde la tumba. Jesús es nuestro ejemplo o “tipo”. Si los 144,000 son Su antitipo puro y sin mancha, ¿quién podría ser el antitipo de Gabriel? Leamos una cita fascinante de la hermana White sobre este tema:

“Y he aquí que fue hecho un gran terremoto; porque un ángel del Señor descendió del cielo.” Revestido con la panoplia de Dios, este ángel dejó los atrios celestiales. Los resplandecientes rayos de la gloria de Dios le precedieron e iluminaron su senda. “Su aspecto era como un relámpago, y su vestido blanco como la nieve. Y de miedo de él los guardas se asombraron, y fueron vueltos como muertos.” {DTG 725}

El siguiente párrafo continúa describiendo a este ángel como el “más poderoso” de las huestes del Señor. Vamos a comparar eso con el ángel que fortalece a los 144.000 para su testimonio:

Después de esto vi a otro ángel descender del cielo con gran poder; y la tierra fue alumbrada con su gloria. (Apocalipsis 18:1)

¿Puedes ver la conexión? El derramamiento del Espíritu Santo sin medida es representado por el ángel en Apocalipsis 18, que es el antitipo del “Más Poderoso” de las huestes del Señor que llamó a Jesús de la muerte a la vida.

Y clamó con voz potente, diciendo: Ha caído, ha caído la gran Babilonia, y se ha hecho habitación de demonios y guarida de todo espíritu inmundo, y albergue de toda ave inmunda y aborrecible. (Apocalipsis 18:2)

El ángel denuncia la caída de Babilonia dos veces, porque estamos haciendo el clamor la segunda vez en la misma manera como Guillermo Miller y su compañía hicieron el primer clamor.

Nos deleitamos con esta nueva comprensión y nos reunimos la madrugada antes del amanecer el domingo a la espera de las bolas de fuego por tercera vez. Cantamos, confesamos, oramos, espiamos por las ventanas, cantamos más. Llegó el alba. Adorábamos un poco más, y luego esperábamos un largo rato en silencio mórbido hasta que salimos quietos uno por uno del santuario.

Esta tercera decepción era casi insoportable. Estábamos desesperados. Ese día pasó con dificultad, hasta que rayos de luz poco a poco comenzaron a brillar en nuestro camino de nuevo. Como ya comentamos en la parte II, nos dimos cuenta de que estábamos una vez más buscando el evento equivocado, y tuvimos que volver a dar la advertencia. El sitio web fue reactivado con una cuenta regresiva nueva y una advertencia nueva.

Tres veces fuimos probados por la decepción. Tres veces Jesús vaciló en beber la copa. Si Jesús hubiera fallado durante una de esas vacilaciones, nosotros habríamos estado perdidos para siempre. Si hubiéramos renunciado en cualquiera de esas tres decepciones, habríamos fallado en nuestra misión.

Esta es una experiencia que nosotros, como líderes, tuvimos que pasar, pero afortunadamente los 144,000 no tendrán que pasar por ella de nuevo. La hermana White, hablando no tanto a los líderes como a los 144.000, dice:

La cuestión de las fechas no ha sido una prueba desde 1844, y nunca volverá a ser una prueba. {PE 75}

Si hubiéramos fallado en cualquiera de nuestras decepciones, esta última advertencia no se les habría dado. Al igual que Jesús, nosotros decidimos seguir adelante con nuestro propósito, sin importar el costo. Esta es la clase de fe que los 144.000 y los mártires necesitan para dar el testimonio fiel para el Padre.

Y daré [potestad] a mis dos testigos que profeticen por mil doscientos sesenta días, vestidos de cilicio. (Apocalipsis 11:3)

El Mensaje de Orión constituye uno de los testigos, y el Buque del Tiempo es el otro. La potestad que se les dará a aquellos quienes proclaman estos mensajes, es el Espíritu Santo, el Más Poderoso de las huestes del Señor.

El fin de los 1260 días es el mismo día en que los 1290 terminan, y en el mismo día los 144.000 sellados entrarán figurativamente en el “arca”, siete días antes de que las plagas comiencen a caer en la Tierra. Estos períodos terminarán el mismo día, porque son las plagas las que traerán el fin a Babilonia y a los esfuerzos fatigados de los testigos “vestidos de cilicio”.

¿Qué sucederá realmente?

No somos profetas, pero aquí hay algunas pistas para su consideración en cuanto a lo que se puede esperar.

También hace grandes señales, de tal manera que aun hace descender fuego del cielo a la tierra en presencia de los hombres. Además engaña a los que moran en la tierra a causa de las señales que se le concedió hacer en presencia de la bestia, diciendo a los moradores de la tierra que hagan una imagen de la bestia que tenía la herida de la espada y que ha vuelto a vivir. (Apocalipsis 13:13-14)

De acuerdo con el versículo anterior, el fuego desciende del cielo antes de que la ley dominical sea presionada por el pueblo. De hecho, eso es lo que impulsa a la gente a querer una ley dominical. Por lo tanto, el primer evento que razonablemente podríamos esperar en la noche del sábado, 5 de mayo, es un desastre a nivel mundial con la participación del fuego del cielo (bolas de fuego). Esto podría comenzar con involucrar terremotos, volcanes, u otros fenómenos. Durante la destrucción, parece probable que habrá tres días de oscuridad (tal vez causado por las nubes de cenizas y las comunicaciones cortadas). Después el mundo emergería con los titulares pidiendo las leyes dominicales, al igual que después del 9/11, las iglesias estaban llenas. El próximo domingo justo es el 13 de mayo, un día favorito para las apariciones marianas que acontecieron en años pasados y, probablemente, podría ser utilizado de nuevo en este año para reforzar la deseada ley dominical. El domingo después de esto, el 20 de mayo de 2012, estuvo marcado simbólicamente en los círculos en los cultivos y, probablemente, podría ser el primer día de la adoración por mandato legal. Por supuesto, no sé realmente cómo los acontecimientos van a transpirar, pero sí sabemos que una cosa es segura: todo va a ser peor de lo que podemos imaginarnos.

El “tiempo de angustia, cual nunca fue después que hubo gente” se iniciará pronto; y para entonces necesitaremos tener una experiencia que hoy por hoy no poseemos y que muchos no pueden lograr debido a su indolencia. Sucede muchas veces que los peligros que se esperan no resultan tan grandes como uno se los había imaginado; pero éste no es el caso respecto de la crisis que nos espera. La imaginación más fecunda no alcanza a darse cuenta de la magnitud de tan dolorosa prueba. En aquel tiempo de tribulación, cada alma deberá sostenerse por sí sola ante Dios. “Si Noé, Daniel y Job estuvieren” en el país, “¡vivo yo! dice Jehová el Señor, que ni a hijo ni a hija podrán ellos librar por su justicia; tan sólo a sus propias almas librarán.” (Ezequiel 14: 20, V.M.) {CS 680}

Al igual que Noé, Daniel y Job, muchos de nosotros ya tuvimos que tomar una posición sin el apoyo de familiares o amigos. A medida que enfrentas tus propias pruebas, recuerda que otros han ido delante de ti. Y hay Uno quien fue el Precursor de todos nosotros.

Conclusión

A pesar de que somos dirigidos por el Espíritu Santo, nosotros seguimos siendo sólo humanos. Si no sucede nada visible en el comienzo de los 1260 días, tenemos que reevaluar este estudio, ya que simplemente no hay más días que quedan de acuerdo con El Reloj de Dios en Orión y El Buque del Tiempo. Sin embargo, el camino seguro es de dar la advertencia.

Pasaron, pues, los correos de ciudad en ciudad por la tierra de Efraín y Manasés, hasta Zabulón: mas se reían y burlaban de ellos. (2 Crónicas 30:10)

Ya sabemos la respuesta que debemos esperar. Pero recuerda, los que no hacen caso a la advertencia perecerán si se les advierte o no, pero si no les advertimos, su sangre estará en nuestras manos. Más importante aún, hay algunos que prestarán atención:

Con todo eso, algunos hombres de Aser, de Manasés, y de Zabulón, se humillaron, y vinieron a Jerusalén. (2 Crónicas 30:11)

¿Estarás entre los que se ríen y burlan, o entre aquellos que se humillan y vienen?

“Y DESPUÉS de estas cosas vi otro ángel descender del cielo teniendo grande potencia; y la tierra fue alumbrada de su gloria. Y clamó con fortaleza en alta voz diciendo: Caída es, caída es la grande Babilonia, y es hecha habitación de demonios, y guarida de todo espíritu inmundo, y albergue de todas aves sucias y aborrecibles.” “Y oí otra voz del cielo, que decía: Salid de ella, pueblo mío, porque no seáis participantes de sus pecados, y que no recibáis de sus plagas.” (Apocalipsis 18: 1, 2, 4.) ... Se dice de Babilonia, con referencia al tiempo en que está presentada en esta profecía: “Sus pecados han llegado hasta el cielo y Dios se ha acordado de sus maldades.” (Apocalipsis 18: 5.) Ha llenado la medida de sus culpas y la ruina está por caer sobre ella. Pero Dios tiene aún un pueblo en Babilonia; y antes de que los juicios del cielo la visiten, estos fieles deben ser llamados para que salgan de la ciudad y que no tengan parte en sus pecados ni en sus plagas. De ahí que este movimiento esté simbolizado por el ángel que baja del cielo, alumbrando la tierra y denunciando con voz potente los pecados de Babilonia. [Ésta es la voz de Dios como de muchas aguas anunciando los pecados de todas las iglesias en Orión.] Al mismo tiempo que este mensaje, se oye el llamamiento: “Salid de ella, pueblo mío.” Estas declaraciones, unidas al mensaje del tercer ángel, constituyen la amonestación final que debe ser dada a los habitantes de la tierra. {CS 661, 662}

¿Prestarás atención a esta advertencia final y comprometerás tu vida al servicio de Dios para estos últimos días? No hay nada más importante ni más urgente que la crisis que enfrentamos.

Pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra. Y habiendo dicho estas cosas, viéndolo ellos, fue alzado, y le recibió una nube que le ocultó de sus ojos. (Hechos 1:8-9)

En el versículo anterior, encontramos el poder (el Espíritu Santo) que se dará a los testigos (los 144.000 y los mártires) y ellos demostrarán el Evangelio a toda la tierra. Uno de los testigos dará testimonio con su vida santificada, mientras que el otro dará testimonio con su sangre. Después de que sus días de profetizar hayan terminado, su próxima visión será la Segunda Venida de Jesús en el 24 de octubre de 2016.

Es la oración del ministerio ÚltimoConteo que a medida que sigues al Cordero durante esta Santa Cena del segundo mes, cumplirás tu alta vocación y la finalidad misma de tu existencia, que es dar testimonio para el Padre en Su juicio, y que recibirás el poder del Espíritu Santo para dar una sólida defensa de Su carácter y de Su ley, sin importar el costo.

¡Ha caído la gran Babilonia!

Imagen 1: El comienzo de los 1260 días

El comienzo del los 1260 días

Imagen 2: El fin de los 1260 días

El fin de los 1260 días

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