El Último Conteo
[Nota de enero de 2013: En este artículo, se supuso inicialmente que los 1290 días llegarían hasta el día de la aparición de la pequeña nube negra siete días antes de la segunda venida de Jesús. Sin embargo, nos confundimos por un año (el año de las plagas). Los 1290 días efectivamente llegan al día en que la puerta del "arca" se cierra siete días antes de que Jesús salga del Lugar Santísimo al final del Juicio de los Vivos. El texto ha sido corregido para no confundir a los nuevos lectores.]

Un verso, difícil de entender

Y desde el tiempo en que el sacrificio perpetuo [= continuo] sea quitado y puesta la abominación de la desolación, habrá 1,290 días. (Daniel 12:11, NBLH)

Hay muchas interpretaciones diferentes de este versículo, e incluso tuvimos nuestra propia interpretación diferente, que sigue estando en nuestro sitio web en el artículo La Resurrección de la Bestia. El primer desafío es entender correctamente qué es el “continuo”. ¡Basta con echar un vistazo en ese mismo artículo para saber cuántas interpretaciones de la palabra “continuo” existen desde la época de Josefo en el primer siglo hasta nuestra fecha!

El segundo desafío es entender la relación entre el “quitar del continuo” y el “establecimiento de la abominación”. Una vez más, hay muchas opiniones acerca de cuándo estos dos acontecimientos ocurren y si se producen al mismo tiempo o no, dando lugar a muchas gráficas diferentes de los últimos tiempos con los períodos de los 1335, 1290 y 1260 días en varias relaciones el uno al otro.

¿Qué es el “continuo”?

La hermana White nos da la siguiente declaración sobre el continuo:

Entonces vi en relación con el “continuo” (Dan. 8:12) que la palabra “sacrificio” había sido provista por la sabiduría humana, y no pertenece, al texto, y que el Señor dio el sentido correcto a los que proclamaron que había llegado la hora del juicio. Mientras existió la unión, antes de 1844, casi todos aceptaban la opinión correcta acerca del “continuo”; pero en la confusión reinante desde 1844 se han aceptado otras opiniones, y como consecuencia han entrado tinieblas y confusión. La cuestión de las fechas no ha sido una prueba desde 1844, y nunca volverá a ser una prueba. {PE 74, 75}

A primera vista parece que la cita anterior resuelve todos nuestros problemas, diciéndonos con exactitud que el “continuo” no es el “continuo sacrificio”. Sin embargo, una lectura cuidadosa del texto no nos permite decir eso. Ella habla de la experiencia de los Pioneros, diciendo que ellos entendían el “continuo” correctamente para su tiempo, pero ella no excluye la posibilidad de que el “continuo” tiene otras interpretaciones en otros tiempos. Sí, la palabra “sacrificio” fue agregada por la sabiduría humana, y no pertenece al texto, pero eso no excluye la posibilidad de que el “continuo” podría significar el “sacrificio” en algunas aplicaciones de la profecía. En verdad la visión correcta para el movimiento millerita fue dada, y confusión se ha producido sobre el significado del “continuo” para el cumplimiento histórico, pero eso no excluye otros puntos de vista para las futuras aplicaciones de la profecía.

Jesús nos dio un ejemplo de aplicación de este versículo:

Pero cuando veáis la abominación desoladora de que habló el profeta Daniel, puesta donde no debe estar (el que lee, entienda), entonces los que estén en Judea huyan a los montes. (Marcos 13:14)

Él hace referencia al versículo de Daniel en el contexto de la destrucción de Jerusalén y de la destrucción al fin del mundo. Por ahora, vamos a centrarnos en la destrucción de Jerusalén. Si la desolación de Jerusalén fue su destrucción en el año 70 entonces la abominación de la desolación es el asedio de la ciudad por el ejército romano. Fue precisamente este acontecimiento que señaló a los cristianos a huir de la ciudad y salvar sus vidas, lo que hicieron en la primera oportunidad, cuando el ejército se regresó temporalmente.

Si la abominación fue el asedio de Jerusalén, ¿qué debía ser el requisito previo que fue expresado por el término “quitar el continuo”? El paganismo no fue quitado en aquella época; fue el mismo Jesús quién quitó el continuo sacrificio al morir en la cruz en el momento exacto de la matanza del cordero del sacrificio diario.

Vamos a comparar otro versículo de Daniel que explica en términos claros cuál era el significado en la época de Jesús y también lo es para nosotros:

Y por otra semana confirmará el pacto con muchos; a la mitad de la semana hará cesar el sacrificio y la ofrenda. Después con la muchedumbre de las abominaciones vendrá el desolador, hasta que venga la consumación, y lo que está determinado se derrame sobre el desolador. (Daniel 9:27)

Aquí en el versículo 9:27, Daniel nos dice por primera vez en palabras claras lo que él más adelante referencia en breves palabras en el versículo 12:11. Aquí vemos que la primera aplicación de la profecía, que se aplicaba a la muerte de Jesús en la cruz, fue específicamente acerca del cese del sacrificio diario, que era el requisito previo para la propagación de las abominaciones que resultaron en la desolación.

De hecho, muchos traductores de la Biblia correctamente (quizás inconscientemente) tradujeron el “continuo” como el “continuo sacrificio”. Teniendo en cuenta el versículo 9:27, esto es el sentido más duradero, el que se aplica a Jesús, y el que se aplica a los eventos finales que estamos presenciando en nuestros días.

Dos eventos fáciles de confundir

Al principio pensamos, como muchos, que el quitar el continuo sacrificio y el establecimiento de la abominación deben suceder al mismo tiempo, a fin de que ambos eventos iniciaran el periodo de los 1290 días. Es fácil cometer el mismo error, debido a la estructura de la frase y el uso de la palabra “y” que conecta los dos eventos.

Ya vimos en la sección previa que, cuando Jesús “quitó” el continuo sacrificio, la destrucción de Jerusalén no ocurrió de inmediato. No tomamos ese tiempo expandido en cuenta en nuestra aplicación moderna y caímos en otra decepción como resultado. Después nos dimos cuenta en nuestros estudios que los eventos requieren un proceso de tiempo a pasar, pero no fue hasta un poco más tarde que hemos recibido una confirmación de este punto de vista que estaba puesto justo delante de nuestros ojos en el Comentario Bíblico todo el tiempo. La confusión se disipa fácilmente cuando vemos lo que el idioma hebreo literalmente dice:

11. El continuo sacrificio. Ver com. cap. 8:11. Sea quitado. La cláusula puede traducirse literalmente, “y desde el tiempo en que se quitare el continuo, a fin de establecer la abominación”.* Esto indicaría que el “quitar” se hizo con la intención directa de establecer la abominación. El énfasis podría ponerse sobre el acto preparatorio de “quitar” más bien que sobre el “establecimiento” siguiente.

* La presencia de la preposición “hasta” en la RVR oscurece - en realidad distorsiona - el significado de este pasaje, pues esa preposición interpone el transcurso de “mil doscientos noventa días” entre la supresión del “continuo” y la presencia de la “abominación desoladora”. Mucho más ceñida a la traducción literal es la versión de la BJ: “Contando desde el momento en que sea abolido el sacrificio perpetuo e instalada la abominación de la desolación: mil doscientos noventa días”. - N. del T. {Comentario Bíblico ASD, vol. 4, p. 906}

Como se puede ver, de acuerdo con el original hebreo, los 1290 días comienzan con el quitar del “continuo” o sacrificio perpetuo, y la abominación es un evento independiente que no podría ocurrir hasta después de que el continuo había sido quitado.

Los 1290 días

Ahora, vamos a explorar lo que ocurrió exactamente que quitó el continuo en la época de Jesús. Sabemos que esta profecía se cumplió con Su muerte en la cruz, y al morir en la cruz en el momento exacto del sacrificio diario, Jesús, el antitipo “quitó” el tipo. Ya no tenemos que preguntarnos lo que la matanza diaria del cordero significa, porque ahora entendemos el verdadero significado mirando a la muerte de Jesús en la cruz.

Sin embargo, el sacrificio diario no fue la única parte del sistema ceremonial. Otra parte fueron los días festivos, que también Jesús “quitó” mediante la institución de la Santa Cena en su lugar. Ahora ya no guardamos los días festivos a la manera judía, pero sí guardamos la Santa Cena. Jesús era también nuestro Cordero de la Pascua, y figurativamente comiendo Su carne y bebiendo Su sangre participamos en Su sacrificio.

Todavía hay una tercera parte del sistema ceremonial que fue quitado, y esta es la parte más importante y tuvo lugar en Getsemaní. Aquí es donde Jesús, “triste hasta la muerte” (tan triste que podría morir), tres veces rogó por una salida. Tres veces, Él demostró Su amor desinteresado y supremo para el Padre y el universo entero, diciendo: “Hágase tu voluntad.” Él estaba dispuesto a llegar hasta el final, no importando cual sería el costo.

El quitar de las tres partes del “sacrificio continuo” en la época de Jesús cumplió la condición para que la abominación de la desolación pudiera ser puesta. Por cierto, casi 35 años más tarde, los ejércitos romanos rodearon a Jerusalén, y posteriormente la destruyeron. Este fue un tipo para Daniel 12:11, pero no su cumplimiento. Recuerda que la profecía de Daniel 12 es especialmente para los últimos días.

Muchos corderos de Pascua

Creciendo como un ser humano en este mundo, Jesús tuvo que estudiar las Escrituras. Él se había despojado de Su omnisciencia para asumir la humanidad, y tuvo que aprender como un ser humano. Mientras estudiaba, Él se encontró a Sí mismo en el santuario, y de sus tipos reconoció Su propósito de haber nacido. Debido a la comprensión de Su papel en las profecías, Él sabía cuáles eran Sus deberes y obligaciones que tenía que cumplir cuando llegara el momento. Él buscó las profecías, las entendió, las predicó, y las cumplió. Mucho antes de la Pascua del año 31 DC, Él anunció Su muerte en la cruz y Su posterior resurrección. Tres veces Él lo anunció (Mateo 16:21, 17:22-23, 20:17-19).

Jesús cumplió la Pascua en todos los aspectos excepto en uno: no fue matado en la tarde cuando el cordero de la Pascua fue sacrificado. Él fue inmolado el día siguiente a la hora del sacrificio diario. Ese punto se ha dejado abierto para el cumplimiento en nuestros días. Muchos versículos también nos dan la indicación de que cuando los 144.000 nacen, antes de que crezcan a la plena estatura de Cristo, habrá una masacre de muchas víctimas inocentes:

Voz fue oída en Ramá, Grande lamentación, lloro y gemido; Raquel que llora a sus hijos, Y no quiso ser consolada, porque perecieron. (Mateo 2:18)

Tres veces (incluyendo esta advertencia) anunciamos nosotros la muerte masiva de inocentes corderos de Dios por el fuego que el poder de la bestia hará descender del cielo (Apocalipsis 13:13). Con la ayuda del Espíritu Santo, buscamos las profecías, las entendemos, las predicamos, y las cumplimos. Podemos cumplirlas porque entendemos nuestro papel y nuestros deberes y obligaciones para los días en que vivimos. Nos encontrábamos a nosotros mismos en el santuario celestial en Orión. Encontrábamos nuestro propósito, entendíamos nuestras obligaciones, y sabíamos lo que se debe hacer para observar la Santa Cena en el día correcto.

La destrucción de Jerusalén ocurrió durante el tiempo de la Pascua cuando mucha gente de todas partes estaba de visita en la ciudad. Sólo los cristianos escaparon del ejército romano, ya que estaban bajo el nuevo pacto en Cristo. Este es un tipo para los días en que vivimos. El antitipo es la destrucción a nivel mundial de aquellos que no han “comido” el cuerpo y la sangre de Jesús en este año. Cuando la bestia hace descender fuego del cielo, sólo aquellos estarán a salvo que preparan sus corazones y comen y beben a Cristo en la Santa Cena próxima. Si no participaste en la Santa Cena correctamente este año, por favor prepara tu corazón para observarla como se explicará en la Parte 3.

Llegamos a la Santa Cena al final de nuestro viaje de 40 días al Lugar Santísimo (en sentido figurativo). Ese día fue el primer día de los 1290 días, que comenzó a la puesta del sol, el jueves, 5 de abril de 2012. El último de los 1290 días terminará al final del sábado, 17 de octubre de 2015.

Jesús, nuestro ejemplo

¿Cómo fue que nosotros “quitamos” el continuo sacrificio? En tres formas, al igual que Jesús “quitó” el tipo de tres maneras. En primer lugar, mediante la publicación del Reloj de Dios en Orión demostramos la intercesión de Jesús por Su pueblo que está teniendo lugar ahora en el cielo. Esto corresponde a la muerte del cordero del sacrificio diario. El mensaje de Orión muestra las heridas en los miembros de nuestro Señor como Él ha abogado con Su sangre por los pecados de la Iglesia. Se trata de un mensaje personal para cada uno de nosotros: ¿abrigamos el mismo espíritu de nuestros ancestros que rechazaron a Cristo?

En segundo lugar, en la serie de artículos titulada Sombras de los Sacrificios, los números de los sacrificios fueron descifrados que nos muestran la duración de las plagas. El verdadero “quitar” aconteció con la publicación de la cuenta regresiva hacia la fecha de inicio de las plagas junto con la presentación El Buque del Tiempo. Nosotros “quitamos” el misterio de los animales para el sacrificio, ya que la profecía pertenece a nuestros días. Es precisamente el comienzo de las plagas que marca el momento en que 144.000 personas habrán sido completamente purificadas del pecado y vivirán durante las plagas sin intercesor ante Dios.

Finalmente, y lo más importante, entendemos el significado pleno de nuestra alta vocación para servir como testigos para el Padre quien está en juicio, y las consecuencias para todo el universo, si llegáramos a fallar. Al estudiar la Palabra nos encontramos a nosotros mismos en ella al igual que cómo Jesús se reconoció a Sí mismo en las Escrituras. Somos conscientes de nuestro papel, como Él entendió el suyo. Fue este reconocimiento que nos hizo dar nuestros votos para ser fieles al Padre, no importa lo que cueste. Después de nuestra Santa Cena aquí en Paraguay en el mismo día judío, incluso nos dimos cuenta de que podríamos morir en las bolas de fuego, y aceptamos esa “copa”, si eso es lo que se requería para que pudiéramos ser fieles al Padre y al universo para dar este mensaje.

Fue el amor lo que finalmente quitó el continuo. Es el amor que nos impulsa a continuar con este ministerio. El amor es lo que nos motiva a estudiar y compartir la luz que estamos recibiendo, incluso para los lectores que se burlan y nos desprecian. Salimos de nuestras casas, nuestras comodidades, algunos de nuestras familias, para hacer esto y estamos incluso dispuestos a sacrificar nuestras vidas si es necesario para cumplir con nuestra comisión.

Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos. (Juan 15:13)

Preparación para el servicio

Nosotros representamos ambos, el principio y el final del ministerio de Jesús. Como estamos empezando a llevar a los 144.000 en servicio, tuvimos que pasar por tres pruebas al igual que Jesús se encontró con tres pruebas en el desierto al comienzo de su ministerio. La primera prueba para nosotros fue sobre qué estimáramos más: el pan del hombre o el pan de Dios.

Él respondió y dijo: Escrito está: No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios. (Mateo 4:4)

Con el fin de entrar en nuestro “restaurante” teníamos que reconocer primero a Jesús en la constelación de Orión. Esto nos obligó a distinguir entre las opiniones de los hombres y la Palabra de Dios. En general la mayoría de los adventistas fracasaron la primera prueba, ya que saborearon más el pan de “no fijar fechas” de la imaginación del hombre, que el Pan de la Vida Mismo posicionado en Orión.

Comimos un buen tiempo en nuestro “restaurante” por causa de nuestra pequeña decepción con respecto a lo que se llevó a cabo el 27 de febrero a principios de los 1335 días. Puso a prueba si realmente habíamos creído y asimilado los mensajes de Orión y de los Grandes Sábados, o si sólo nos conformáramos en comer las ideas del hombre porque tenían un buen sabor. Nosotros que padecimos, entendemos cuánta verdad hay en las siguientes palabras de la hermana White:

Los tiempos de apuro y angustia que nos esperan requieren una fe capaz de soportar el cansancio, la demora y el hambre, una fe que no desmaye a pesar de las pruebas más duras. El tiempo de gracia les es concedido a todos a fin de que se preparen para aquel momento. Jacob prevaleció porque fue perseverante y resuelto. Su victoria es prueba evidente del poder de la oración importuna. Todos los que se aferren a las promesas de Dios como lo hizo él, y que sean tan sinceros como él lo fue, tendrán tan buen éxito como él. Los que no están dispuestos a negarse a sí mismos, a luchar desesperadamente ante Dios y a orar mucho y con empeño para obtener su bendición, no lo conseguirán. ¡Cuán pocos cristianos saben lo que es luchar con Dios! ¡Cuán pocos son los que jamás suspiraron por Dios con ardor hasta tener como en tensión todas las facultades del alma! Cuando olas de indecible desesperación envuelven al suplicante, ¡cuán raro es verle atenerse con fe inquebrantable a las promesas de Dios! {CS 679}

El año y el día de la venida de Jesús es de hecho una hermosa promesa de Dios, y aquellos de nosotros que nos aferramos a esa promesa soportamos la demora y el hambre espiritual para una mejor comprensión.

Para la segunda prueba, Jesús fue llevado al pináculo del templo terrenal. Nuestro estudio de los Grandes Sábados publicado en el artículo El Buque del Tiempo en el domingo, 1 de abril, revela la historia del santuario terrenal del adventismo desde 1841 hasta la actualidad. Estamos en el año 2012 en el pináculo de ese templo. La Lista de los Grandes Sábados confirma todas las fechas en Orión e incluye mucha más información y detalle.

Por tanto os digo: Todo pecado y blasfemia será perdonado a los hombres; mas la blasfemia contra el Espíritu no les será perdonada. A cualquiera que dijere alguna palabra contra el Hijo del Hombre, le será perdonado; pero al que hable contra el Espíritu Santo, no le será perdonado, ni en este siglo ni en el venidero. (Mateo 12:31-32)

El Hijo del hombre está representado por Orión, y aquellos que han rechazado Orión pueden ser perdonados. Pero la evidencia es tan clara en los Grandes Sábados, que una persona que rechaza el mensaje desde su posición ventajosa en el pináculo del templo, y todavía se niega a aceptar el mensaje y a arrepentirse en frente a una señal tan clara y galante, ha rechazado el Espíritu Santo hasta el punto de que no hay esperanza para ella por más tiempo.

Y les di también mis días de reposo, para que fuesen por señal entre mí y ellos, para que supiesen que yo soy Jehová que los santifico. (Ezequiel 20:12)

Jesús le dijo: Escrito está también: No tentarás al Señor tu Dios. (Mateo 4:7)

Cada prueba es secuencial, y los que no pasan las pruebas anteriores no cumplen las pruebas posteriores.

Después de que entendimos lo que realmente se llevó a cabo el 27 de febrero y lo que se llevaría a cabo a finales de los 40 días, nos dimos cuenta de nuestro deber de reunirnos para la Santa Cena, al igual que los israelitas tenían que venir juntos a Jerusalén cada año para la Pascua. La invitación de John para observar la Santa Cena en su granja en Paraguay fue la tercera prueba, como muchos de nosotros incluyéndome a mí mismo tuvimos que dejar todas las cosas de mundo atrás en pleno conocimiento de que las circunstancias podrían hacer imposible volver.

Otra vez le llevó el diablo a un monte muy alto, y le mostró todos los reinos del mundo y la gloria de ellos, y le dijo: Todo esto te daré, si postrado me adorares. Entonces Jesús le dijo: Vete, Satanás, porque escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y a él sólo servirás. (Mateo 4:8-10)

Muchos de nosotros nos enfrentamos con problemas terribles sólo para reunirnos en Paraguay para la Santa Cena. Algunos de nosotros tuvimos que dejar nuestras familias y hogares desprendiéndonos de todas las pertenencias y de lo mundano, e incluso dejando atrás las relaciones más queridas. Para mí, personalmente, esta prueba de si iba a valorar más las cosas de este mundo o las cosas del cielo, fue la más severa, pero la respuesta es todavía: “Escrito está:"

El que ama a padre o madre más que a mí, no es digno de mí; el que ama a hijo o hija más que a mí, no es digno de mí; y el que no toma su cruz y sigue en pos de mí, no es digno de mí. El que halla su vida, la perderá; y el que pierde su vida por causa de mí, la hallará. (Mateo 10:37-39)

Nada de lo que hicimos fue más de lo que nuestro Señor hizo. Él también renunció a Su hogar, Su familia, y Su obra para cumplir con Su ministerio. La hermana White, madre de varios hijos, también colocó la causa de Dios en su lugar legítimo:

Aunque las preocupaciones que sobrevenían en relación con la obra de publicaciones y de otros ramos de la causa producían mucha incertidumbre, el mayor sacrificio que tuve que realizar en relación con la obra, fue dejar a mis hijos bajo el cuidado de otras personas. {1T 99}

Esta advertencia de tres partes proviene de los líderes del movimiento remanente de Dios para llamar a los 144.000 testigos de entre las iglesias, para que los 144.000 a su vez puedan dar el mensaje final de advertencia a todo el mundo. A medida que los 144.000 leen sobre nuestras experiencias y pruebas, ellos contarán el costo y serán fortalecidos para soportar sus propias pruebas dando sus vidas por completo a la causa de Dios.

Los 1290 días comenzaron con nuestra disposición de observar correctamente la Santa Cena en plena conciencia de nuestra tarea. Durante este periodo de tiempo, los santos darán sus testimonios para el Padre. Al final de los 1290 días, en el sábado, 17 de octubre de 2015, se cerrará la puerta del “arca” siete días antes de que las plagas comiencen después del Gran Sábado del 24 de octubre de 2015 señalando nuestra liberación de Babilonia. [Vea la nota al comienzo del artículo.]

Conclusión

Hacemos hincapié en que no somos profetas y nuestro entendimiento está creciendo día a día a medida que el Espíritu Santo nos guía. Pensábamos que el evento del gran desastre comenzaría en la Santa Cena el 5 de abril y publicamos advertencias en consecuencia. Una vez más, tomamos el camino seguro. Nuestra experiencia a través de la Semana de la Pasión y después ha sido paralela a la experiencia de Jesús y los discípulos.

Experimentamos nuestro propio “jardín de Getsemaní”. Sin embargo, seguimos estudiando y orando, con varios del grupo manteniéndose despiertos en oración continua y estudiando hasta que vino una mejor comprensión. Esta nueva luz brilló sobre nosotros en nuestra experiencia de Getsemaní como el ángel que fortaleció a Jesús en el jardín. Nos dimos cuenta de que estamos caminando en la experiencia de Jesucristo como ningún grupo lo ha hecho antes.

Al final resultó que a la mañana del viernes hemos recibido muchos correos electrónicos con burlas sobre el mensaje. Esto corresponde a los insultos que Jesús recibió durante el escarnio de los juicios en la mañana del viernes. Incluso nos dimos cuenta de que el ministerio “moriría” con Jesús, si las bolas de fuego no vinieran en el momento en que Jesús murió a la hora novena, y así lo fue. John apagó la página web a la hora novena del viernes por esa razón.

Mientras continuábamos estudiando y buscando el entendimiento de nuestras experiencias, el Espíritu Santo nos ayudó a ver con claridad. Entendimos que el inicio de los 1290 días no dio comienzo a la abominación de la desolación, sino era el evento de prerrequisito que quitó el continuo sacrificio. Después de que el sacrificio fue quitado, la abominación se podría establecer cualquier momento después de eso. Al igual que el ángel del Señor iluminó el cielo en la resurrección de Jesucristo, esta nueva luz sobre los 1290 días “resucitó” nuestro ministerio y el sitio web fue reabierto el domingo para dar nuestra advertencia final.

Pero ¿por qué era el quitar del continuo sacrificio el prerrequisito para la abominación? Dios estaba esperando mucho tiempo para que Su pueblo esté listo:

Cristo espera con un deseo anhelante la manifestación de sí mismo en su iglesia. Cuando el carácter de Cristo sea perfectamente reproducido en su pueblo, entonces vendrá él para reclamarlos como suyos. Todo cristiano tiene la oportunidad no sólo de esperar, sino de apresurar la venida de nuestro Señor Jesucristo. Si todos los que profesan el nombre de Cristo llevaran fruto para su gloria, cuán prontamente se sembraría en todo el mundo la semilla del Evangelio. Rápidamente maduraría la gran cosecha final y Cristo vendría para recoger el precioso grano.- PVGM 47-48 (1900).

El período ha comenzado durante el cual Satanás perseguirá el pueblo de Dios sin restricciones. Todo comenzó porque los líderes fieles estaban listos. ¿Estás listo también?

Tres veces Jesús se estremeció y oró y pidió que la copa pasara de él si fuera posible. Tres veces él entregó su voluntad al Padre. Ha sido difícil para nosotros dar estas advertencias, sobre todo en frente de burla e incredulidad, y hemos estimado en poco todas las cosas terrenales para hacerlo. Nosotros dimos dos advertencias hasta ahora, una para el 27 de febrero, y otra para el 5 de abril. Tenemos una advertencia más que dar en la tercera parte de esta serie.

Imagen 1: El comienzo de los 1290 días

El comienzo de los 1290 días

Imagen 2: El fin de los 1290 días y los 7 días

El fin del los 1290 días y los 7 días

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