El Último Conteo

Ésta es probablemente nuestra última serie de artículos, antes de que acontezca un evento que sacudirá a todo el mundo, o antes que tengamos que apagar nuestro ministerio.

Por supuesto, sabemos que en este último caso más de 99% de los adventistas estarían gozándose y burlándose. Pero en lugar de eso deberían estar muy tristes. De acuerdo con su nombre, los “adventistas” están esperando el regreso del Señor. Pero este evento sería postergado a un tiempo indefinido una vez más, Orión no habría confirmado la verdadera iglesia de Dios mostrando sus creencias fundamentales, y la Lista de los Grandes Sábados que comenzó en 1841 no habría demostrado sus siete períodos de purificación a través de los cuales Dios había preparado meticulosamente a la iglesia para ser capaz de dar el Fuerte Pregón. Entonces Dios ya se habría retirado en 1888 en un rincón del universo, triste y de mal humor, porque la luz del Cuarto Ángel, a quien identificamos como el Espíritu Santo, fue rechazado en aquel entonces. Los 120 años de vagar por el desierto espiritual no habrían terminados en el año 2010 para la Iglesia Adventista, y tal vez tendríamos todavía unos cientos de años de espera para la segunda venida. De todos modos, la mayoría de los adventistas quiere que este tiempo sea indeterminado y por eso utilizan algunas citas de Elena G. de White para apoyar su opinión. En consecuencia, tendríamos que vivir hasta la última semana antes de la segunda venida sin saber la hora, e incluso si la ley dominical habría venido, nadie podría saber si nuestro sufrimiento durará una semana, un mes, un año, una década, un siglo o aún un milenio. La historia no se repetiría y cada profecía de tiempo en el Apocalipsis se habría dado sólo para fomentar el error del primer clamor de media noche para que la decepción sea tan grande, que jamás alguien creyese en cualquier tiempo fijado después de 1844.

En realidad, era muy razonable que Dios instruyese que no se fijara una fecha a partir de 1844 hasta que la luz completa del Cuarto Ángel se hubiera dado debido a que no habríamos hecho buen uso de ella. Por ejemplo, si ya supiéramos hace 120 años que Jesús iba a venir tan tarde, ¿cuántos adventistas se habrían arrepentido verdaderamente, creído el mensaje y cambiado sus vidas? Todos los días debemos estar preparados para el comienzo de los acontecimientos de los últimos días y, sobre todo, después del rechazo del mensaje del Cuarto Ángel en 1888. A pesar de su obstinación, Dios dio al pueblo adventista ya aturdido otro período de 3 veces 40 años para vagar en el desierto después de 1890.

Sin embargo, la Iglesia Adventista hizo mal uso del tiempo extra de los 120 años concedidos por Dios. Se ha corrompido aún más y repitió los errores de otras iglesias. ¡Peor aún! Era la portadora de la gran luz que fue dada a la iglesia del tiempo del fin, pero no dejó brillar su luz como el Espíritu de Profecía lo expresó en repetidas ocasiones con gran preocupación. En cambio, la estrella del islam ahora se está levantando sobre la iglesia... y nuestro “Dios” es considerado pagano en los sermones de los 25 principales líderes de la Iglesia Adventista, mientras que nuestro ancestro común, Abraham, está subrayado como la raíz que nos conectaría con el islam y los judíos. Así que, la Iglesia Adventista siguió a la letra a lo que le fue prescrita por el programa papal de lavado de cerebro del Vaticano que le había sido comunicado por la ONU en el año 2000. ¡Ecumenismo total y apostasía total!

No, querido Walter Veith, no estoy de acuerdo que debemos permanecer en esta Iglesia para llegar hasta el fin. El fin de la Iglesia Adventista como organización ya ha sido establecido por orden divina. Lea El Buque del Tiempo y use su conocimiento de genética para entender qué significa éste codón de terminación, que en la historia adventista corresponde a los años 1861-1863. Además, en el diseño genético de Dios aún encontramos una “doble terminación” para mostrar que el fin de la historia del mundo ha venido sin duda alguna.

La LGS no empezó en 1861-1863 cuando la organización fue fundada. Jesús ve el pleno desarrollo de la verdadera iglesia de Dios como una línea continua de tiempo desde 1841-2015 la cual es dividida en siete etapas. Esto demuestra muy claramente cómo las citas de Elena de White deben ser entendidas que “la iglesia atravesaría hasta el fin”. Los verdaderos adventistas siempre han sido aquellos quienes aceptaron las doctrinas y vivieron a la altura de la luz que fue dado a la iglesia. Muchos ya no pueden soportar la apostasía total de los hermanos en su alrededor, porque el pecado es contagioso y ellos mismos corren el riesgo de ser infectados si permanecen en las congregaciones con ellos. Oremos por los hermanos y hermanas quienes por causa de su lealtad a Dios se convirtieron en las personas más solas en esta tierra sin el apoyo de sus familiares creyentes y congregaciones por sus convicciones las cuales demandan obediencia a los mandamientos y estatutos. Es una vergüenza ignorarlos sólo porque les conviene permanecer en la nómina de la Conferencia General.

Esta última serie de artículos es especialmente dirigida a los líderes de gran influencia dentro de la Iglesia Adventista, quienes deben brillar como estrellas y deben haber gustosamente aceptado la nueva luz que por más de dos difíciles años había sido dado aquí. Hay nombres como Doug Batchelor, quien se vendió a él mismo y toda su organización a la Conferencia General, y David Gates, quien trabajó en una forma maravillosa en su área, pero también sucumbió a la presión de las masas y de las donaciones.

En la lista de aquellos que rechazaron la luz, debemos incluir nombres que aún yo mismo he reverenciado, tales como Gerhard Pfandl, quien con su “Declaración sobre el Mensaje de Orión” como la “portavoz del IIB” emitió tanto una autoacusación que mi tiempo era demasiado valioso como para siquiera contestar este garabato tan deficientemente investigado y superficial, una sesgada opinión de este “erudito”. Él aún admitió en el principio que a él no le importaba leer mis artículos aclaratorios sobre la presentación en PowerPoint. ¿Por qué entonces, debo yo gastar mi tiempo respondiendo a cartas que aún no han sido dirigidas a mí personalmente? Esa declaración fue enviada a mí por amigos, meses después de que había sido ampliamente distribuida en la Iglesia. Contrario a principios bíblicos, esto es cómo nuestros hermanos acusan a un hermano sin darle una oportunidad de defenderse. Sin embargo, estoy agradecido que finalmente conozco directamente de la boca del IIB, lo que exactamente pasó en 1936 en la iglesia, y qué Orión está marcando aún más precisamente como pensé. La nueva versión del estudio de Orión incorpora la Declaración del IIB y ha llegado a ser más concluyente que nunca.

Entre las grandes luces que se están apagando, están los influyentes pastores como Hubo Gambetta, quien es muy admirado particularmente en Sur América. Él no responde a comunicados dirigidos a él personalmente, poniéndose en el mismo nivel que Doug Batchelor, quien está escondido detrás de Eugene Prewitt, para evitar de ser acosado por un “lunático” y “hereje” como John Scotram. Querido Hugo Gambetta, favor de leer nuevamente Luna Llena en Getsemaní para finalmente entender que Jesús no murió en el tiempo del sacrificio del cordero Pascual, como usted dice en muchos sermones en YouTube citando aun directamente los pasajes de las obras de Elena White en las cuales ella explica al contrario que Él murió al tiempo del sacrificio diario. Usted puede aprender de ella muchas lecciones importantes para sus investigaciones de los “tipos” como otros líderes quienes también citan de ella sin comprender plenamente.

Entre ellos están prominentes oradores sobre el fin del tiempo como Olaf Schröer y Nicola Tauber de Amazing Discoveries, quienes ya han echado una mirada al mensaje, pero consideran la luz a ser peligrosa. Al hacerlo, ellos cumplen la siguiente profecía de Elena White:

En las iglesias [adventistas del séptimo día] habrá una manifestación maravillosa del poder de Dios, pero no obrará en favor de aquellos que no se han humillado ante el Señor ni abierto la puerta del corazón mediante la confesión y el arrepentimiento. En la manifestación de ese poder que ilumina la tierra con la gloria de Dios [la luz del Cuarto Ángel de Apocalipsis 18], sólo verán algo que en su ceguera considerarán peligroso, algo que despertará sus temores, y se afirmarán para resistirlo. Debido a que el Señor no actúa de acuerdo con sus ideas y expectativas, se opondrán a la obra. “¿Por qué -dicen- no debiéramos nosotros conocer al Espíritu de Dios, cuando hemos estado en la obra por tantos años?”

- Porque ellos no respondieron a las advertencias, a los ruegos de los mensajes de Dios, sino persistentemente dijeron, “yo soy rico, y me he enriquecido, y de ninguna cosa tengo necesidad.” Talento, mucha experiencia, no hará a los hombres canales de luz, a menos que ellos se coloquen a sí mismos bajo los brillantes rayos del Sol de Justicia, y sean llamados, y escogidos, y preparados para la dotación del Espíritu Santo. Cuando los hombres quienes manejan cosas sagradas se humillan a sí mismos bajo la poderosa mano de Dios, el Señor los elevará. Él hará de ellos hombres de discernimiento - hombres ricos en la gracia de Su Espíritu. Los fuertes rasgos egoístas de sus caracteres, su terquedad, se verá en la luz brillante de la Luz del Mundo. ”Yo vendré pronto a ti, y quitaré tu candelero de su lugar, si no te hubieres arrepentido.” Si buscas al Señor con todo tu corazón, Él será encontrado por ti.

¡El fin está cerca! ¡No tenemos ningún momento que perder! La luz debe brillar a través el pueblo de Dios en lenguaje claro, distintos rayos, trayendo a Jesús ante las iglesias y ante el mundo. Nuestra obra no debe ser restringida a aquellos quienes ya conocen la verdad; nuestro campo es el mundo. Los instrumentos a ser usados son aquellas almas quienes alegremente reciben la luz de la verdad la cual Dios les comunica a ellos. Estas son las agencias de Dios para comunicar el conocimiento de la verdad al mundo. Si a través de la gracia de Cristo su pueblo llegará a ser odres nuevos, él las llenará con el vino nuevo. Dios dará luz adicional, y antiguas verdades serán recuperadas, y reemplazadas en el armazón de la verdad, y dondequiera los trabajadores vayan, ellos triunfarán. Como embajadores de Cristo, ellos deben investigar las escrituras buscando las verdades que han sido escondidas debajo de la basura del error. Y cada rayo de luz recibido debe ser comunicado a otros. Un interés prevalecerá, una materia tragará cada otra, - Cristo nuestra justicia. {RH, 23 de diciembre de 1890, art. B, par. 17–19} [traducido]

¿Por qué no escuchan estos “líderes”, quienes tienen una gran influencia en el rebaño adventista, las advertencias de la mensajera de Dios que fueron dadas específicamente para este tiempo de la nueva luz del Cuarto Ángel?

Muchos de aquellos a quienes la gente busca para instrucción no están guiando a su rebaño a aguas puras de vida. Si uno a través de la lectura de la Palabra está despertado para investigar la verdad, si uno a través de su investigación, qué las Escrituras enseñan, muestra que él llegará a ser un sabio padre de familia, es acusado de hacer una gran travesura. Él no ve la verdad como los ministros la han declarado, sino como Cristo la ha presentado en el Antiguo y Nuevo Testamento, y como un fiel mayordomo él la cuenta a aquellos alrededor suyo, porque él quiere compartir con ellos el mensaje de la gracia. ¿Pero cómo le tratan los maestros religiosos? - Justo como Cristo fue tratado por los líderes religiosos. Él es ridiculizado. Los ministros lo denuncian desde el pulpito, declarando que él está causando división en las iglesias. Intereses eternos están en juego, pero los que deben recibir la luz con alegría, pelean contra la Palabra de Dios declarándola como peligrosa. Ellos no dicen a aquellos que creen que están equivocados: “Vengan, examinemos esta materia juntos. Si tus has recibido luz, dánosla, porque necesitamos cada rayo de luz que está brillando desde la Palabra de Dios. Nuestras almas serán puestas en peligro si nosotros albergamos y enseñamos el error.” {ST, 1 de marzo de 1899, par. 5} [traducido]

Ustedes deben realmente tomar a pecho el siguiente consejo del Espíritu de Profecía:

Escuchad con candor

Cuando se os pida que escuchéis las razones de una doctrina que no entendéis, no condenéis el mensaje mientras no lo hayáis investigado prolijamente y sepáis por la Palabra de Dios que no es defendible. Si yo tuviera la oportunidad, hablaría a los alumnos de todas las escuelas sabáticas del país, suplicando fervientemente en alta voz que acudan a la Palabra de Dios en busca de la verdad y la luz. Dios tiene preciosa luz que ha de impartir a su pueblo justamente en este tiempo, y vosotros debéis esforzaros fervorosamente en vuestra investigación, para poner la mira nada menos que en un conocimiento cabal de todos los puntos de la verdad, a fin de que en el día de Dios no seáis hallados entre aquellos que no han vivido de toda palabra que sale de la boca de Dios.

La enorme importancia de lo que está en juego al descuidar la Palabra de Dios debe tomarse seriamente en consideración. El estudio de la Biblia es digno del mayor esfuerzo mental y de los talentos más santificados. Cuando se presenta una luz nueva a la iglesia, es peligroso que la rechacéis. Rehusar escuchar porque abrigáis prejuicio contra el mensaje o el mensajero no excusará vuestro caso delante de Dios. Condenar aquello que no habéis oído y que no entendéis, no ensalzará vuestra sabiduría ante los ojos de aquellos que son cándidos en sus investigaciones de la verdad. Y hablar con desprecio de aquellos a quienes Dios ha enviado con un mensaje de verdad es insensatez y locura. Si nuestros jóvenes están procurando educarse a sí mismos para ser obreros en la causa del Señor, deben aprender su camino y vivir de toda palabra que sale de su boca. No deben llegar a la conclusión de que toda la verdad ha sido revelada, y que el Infinito no tiene más luz para su pueblo. Si se atrincheran en la creencia de que toda la verdad ha sido revelada estarán en peligro de desechar como inútiles las preciosas joyas de verdad que serán descubiertas al volver los hombres la atención al escudriñamiento de la rica mina de la Palabra de Dios. {COES 33-35}

La siguiente cita describe a aquellos líderes:

Nuestros números están creciendo, nuestras instalaciones están engrandeciéndose, y todo esto llama a la unión entre los trabajadores, para entera consagración y completa devoción a la causa de Dios. No hay lugar en el trabajo de Dios para trabajadores poco entusiastas, para aquellos que no son ni fríos ni calientes. Jesús dice, “¡Ojalá fueses frío o caliente! Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca.” Entre aquellos que son poco entusiastas está la clase de aquellos que se enorgullecen por causa de su gran cautela en recibir “nueva luz”, como ellos lo llaman. Pero su falla de recibir la luz es causada por su ceguera espiritual, porque ellos no pueden discernir los caminos y las obras de Dios. Aquellos que se forman en fila contra la preciosa luz del cielo, aceptarán mensajes que Dios no ha enviado, y así llegarán a ser peligrosos para la causa de Dios, porque ellos establecerán falsas normas.

Hay hombres en nuestra causa quienes podrían ser de gran uso si ellos pudieran aprender de Cristo, y seguir de luz a más grande luz, pero porque ellos no siguen, ellos son verdaderos obstáculos, siempre cuestionando, gastando precioso tiempo en argumentos, y contribuyendo en nada a la elevación espiritual de la iglesia. Ellos desvían mentes, y guían a los hombres a aceptar peligrosas sugestiones. Ellos no pueden ver más allá, ellos no pueden discernir la conclusión del asunto. Su fuerza moral es malgastada en insignificancias; porque ellos ven un átomo como un mundo, y un mundo como un átomo. {RH, 6 de diciembre de 1892, par. 5–6} [traducido]

Y desafortunadamente siempre ha sido así:

En todas las edades los hombres de Dios pasaron por las mismas pruebas. Wiclef, Hus, Lutero, Tyndale, Baxter, Wesley, pidieron que todas las doctrinas fuesen examinadas a la luz de las Escrituras, y declararon que renunciarían a todo lo que éstas condenasen. La persecución se ensañó entonces en ellos con furor; pero no dejaron de proclamar la verdad. Diferentes períodos de la historia de la iglesia fueron señalados por el desarrollo de alguna verdad especial adaptada a las necesidades del pueblo de Dios en aquel tiempo. Cada nueva verdad se abrió paso entre el odio y la oposición; los que fueron favorecidos con su luz se vieron tentados y probados. El Señor envía al pueblo una verdad especial para la situación en que se encuentra. ¿Quién se atreverá a publicarla? Él manda a sus siervos a que dirijan al mundo el último llamamiento de la misericordia divina. No pueden callar sin peligro de sus almas. Los embajadores de Cristo no tienen por qué preocuparse de las consecuencias. Deben cumplir con su deber y dejar a Dios los resultados. {CS 667,668}

Y esta es la consecuencia para los líderes por su constante rechazo de la nueva luz desde Orión y El Buque del Tiempo:

Deserciones entre los dirigentes de iglesia

Más de una estrella que hemos admirado por su brillo se apagará entonces en las tinieblas.-PR 140 (c. 1914).

En las escenas finales de la historia de esta tierra, hombres a quienes él [Dios] ha honrado grandemente, imitarán al antiguo Israel... Un abandono de los grandes principios que Cristo ha establecido en sus enseñanzas, la implementación de proyectos humanos, usando las Escrituras para justificar un curso de acción equivocado bajo la operación perversa de Lucifer, confirmarán a los hombres en el error, y la verdad que necesitan para protegerlos de prácticas erróneas se filtrará de su alma, así como el agua de un vaso agrietado.-13MR 379,381 (1904).

Muchos mostrarán que no son uno con Cristo, que no están muertos al mundo como para que puedan vivir con él; y serán frecuentes las apostasías de hombres que han ocupado cargos de responsabilidad.-RH September 11, 1888 {EUD 182–183}

Leamos ahora qué es lo que hace tan difícil para los líderes seguir al llamado de Dios y escuchar Su voz desde Orión:

Se me presentó otro grupo que contrastaba con el que acabo de describir. Estos estaban esperando y velando. Sus ojos se dirigían al cielo, y las palabras de su Maestro brotaban de sus labios: “Y lo que a vosotros digo, a todos lo digo: Velad” (Mar. 13:37). “Velad, pues, porque no sabéis cuándo vendrá el Señor de la casa; si al anochecer, o a la medianoche, o al canto del gallo, o a la mañana; para que cuando venga de repente, no os halle durmiendo” (Mar. 13:35-36). El Señor sugiere que habrá una demora antes que finalmente amanezca. Pero no quiere que den lugar a la fatiga, ni que disminuya la intensidad de su ferviente vigilancia, porque la mañana no llega tan pronto como la habían esperado. Se me presentó a los que esperaban con la mirada dirigida hacia lo alto. Se animaban mutuamente al repetir estas palabras: “Ya pasaron la primera y la segunda vigilias. Estamos en la tercera vigilia, esperando el regreso del Maestro, y velando . Lo que nos queda de esta vigilia es muy poco ya”. Vi que algunos se cansaban; tenían la mirada dirigida hacia abajo; estaban absortos por las cosas terrenales y no eran fieles en su vigilia. Decían: “Esperamos que el Maestro viniera en la primera vigilia, pero sufrimos una desilusión. Estábamos seguros de que vendría en la segunda, pero ésta pasó, y no vino. De nuevo podemos sufrir un chasco. No es necesario que seamos tan estrictos. Es posible que no venga tampoco en la siguiente vigilia. Estamos en la tercera vigilia, y creemos que es mejor que depositemos nuestro tesoro en la tierra, para estar seguros de que no vamos a pasar necesidad”. Muchos estaban durmiendo, adormilados por los cuidados de esta vida, y seducidos por el engaño de las riquezas para abandonar su actitud de espera y vigilancia.

Se me presentaron algunos ángeles que velaban con intenso interés mientras observaban el aspecto de los cansados pero fieles vigilantes, a fin de que la prueba no fuera demasiado dura, y no desfallecieran por causa del esfuerzo y las dificultades duplicadas por el hecho de que sus hermanos habían dejado de velar y se habían embriagado con los cuidados mundanales y estaban engañados por la prosperidad terrenal. Estos ángeles celestiales se sentían apenados por causa de los que una vez estuvieron velando y que ahora, por su indolencia e infidelidad, aumentaban las pruebas y preocupaciones de los que con fervor y perseverancia estaban tratando de mantener su actitud de espera y vigilancia.

Vi que era imposible que los afectos e intereses estuvieran dedicados a los cuidados mundanales, para acrecentar las posesiones terrenales, y tener al mismo tiempo una actitud de espera y vigilancia, como el Salvador lo ha mandado. Dijo el ángel: “Pueden conseguir un solo mundo. Para lograr el tesoro celestial, deben sacrificar el terrenal. No pueden tener ambos mundos”. Vi cuán necesario era que la fidelidad en la vigilancia fuera permanente para poder huir de las trampas engañosas de Satanás. Este induce a los que esperan y velan a que den un paso en dirección del mundo; no tenían la intención de avanzar más, pero ese paso los separó de Jesús, y les facilitó la tarea de dar el segundo; y así se da un paso tras otro en dirección del mundo, hasta que la única diferencia que hay entre ellos y éste es una profesión de fe, un mero nombre. Han perdido su carácter peculiar y santo, y nada, salvo su profesión de fe, los está diferenciando de los amadores del mundo que están en torno de ellos.

Vi que las sucesivas vigilias eran cosa del pasado. Por causa de esto, ¿debería haber falta de vigilancia? ¡Oh, no! Hay ahora una mayor necesidad de velar incesantemente, porque nos queda menos tiempo que cuando se produjo la primera vigilia. Ahora el período de espera es necesariamente más corto que antes. Si esperamos con una vigilancia inquebrantable entonces, con cuánto mayor interés deberíamos velar el doble que antes durante la segunda vigilia. El transcurso de esta segunda vigilia nos ha traído a la tercera y ahora no hay excusa ninguna para disminuir nuestra vigilancia. La tercera vigilia reclama una triple dedicación. Ponernos impacientes ahora implicaría perder toda nuestra ferviente y perseverante vigilancia anterior. La larga noche de pesar nos somete a prueba, pero la mañana se posterga misericordiosamente, porque si el Maestro viniera ahora, hallaría (176) a tantos sin preparación. La actitud de Dios de no permitir que su pueblo perezca ha sido la razón de tan larga demora. Pero la venida de la mañana para los fieles, y de la noche para los infieles, está a punto de producirse. Al esperar y velar, el pueblo de Dios debe manifestar su carácter peculiar, su separación del mundo. Mediante nuestra actitud vigilante debemos demostrar que somos verdaderamente extranjeros y peregrinos sobre la tierra. La diferencia entre los que aman al mundo y los que aman a Cristo es tan clara que resulta inconfundible. Mientras los mundanos dedican todo su entusiasmo y su ambición a obtener los tesoros terrenales, el pueblo de Dios no se conforma a este mundo, sino que manifiesta, mediante su actitud fervorosa de vigilia y espera, que ha sido transformado; que su hogar no está en el mundo, sino que está buscando una patria mejor: la celestial.

Espero, mis queridos hermanos y hermanas, que ustedes no leerán estas palabras sin ponderar cuidadosamente su importancia. Así como los hombres de Galilea permanecieron con los ojos fijos en el cielo para captar, si fuera posible, una vislumbre de su Salvador que ascendía, dos hombres vestidos de blanco, ángeles celestiales encargados de consolarlos por la pérdida de la presencia de su Salvador, se pusieron de pie junto a ellos y les dijeron: “Varones galileos, ¿por qué estáis mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo” (Hechos 1:11).

El propósito de Dios es que su pueblo fije sus ojos en el cielo, para aguardar la gloriosa aparición de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. Mientras la atención de los mundanos se concentra en diversas empresas, la nuestra debería fijarse en el cielo; nuestra fe debería penetrar más y más en los gloriosos misterios del tesoro celestial, para que los preciosos y divinos rayos del santuario celestial resplandezcan en nuestros corazones, como resplandecen en el rostro de Jesús. Los burladores se mofan de los que esperan y velan, y preguntan: “¿Dónde está la promesa de su advenimiento? Os habéis chasqueado. Uníos a nosotros y prosperaréis en las cosas terrenales. Ganad dinero, y seréis honrados por el mundo”. Los que aguardan miran hacia lo alto y responden: “Estamos velando”. Y al apartarse de los placeres terrenales y la fama mundanal, y del engaño de las riquezas, demuestran que han asumido esa actitud. Al velar, se fortalecen; vencen la negligencia, el egoísmo y el amor a la comodidad. Los fuegos de la aflicción arden sobre ellos, y el tiempo de espera parece largo. A veces se entristecen y la fe flaquea; pero se unen de nuevo, vencen sus temores y dudas, y mientras sus ojos están dirigidos al cielo, les dicen a sus adversarios: “Estamos velando, estamos esperando el regreso de nuestro Señor. Nos gloriaremos en la tribulación, en la aflicción, en las necesidades”.

El deseo de nuestro Señor es que vigilemos, de manera que cuando venga y llame le abramos la puerta inmediatamente. Pronuncia una bendición sobre los siervos que estén velando. “Se ceñirá, los hará tomar asiento para que coman, y vendrá a servirles”. ¿Quién entre nosotros en estos últimos días será honrado tan especialmente por el Maestro de las asambleas? ¿Estamos preparados a fin de abrirle la puerta sin demora para darle la bienvenida? ¡Velad, velad, velad! Casi todos han dejado de velar y esperar; no estamos preparados para abrirle la puerta inmediatamente. El amor al mundo ha ocupado de tal manera nuestros pensamientos, que nuestros ojos no están dirigidos hacia lo alto sino hacia abajo, hacia la tierra. Estamos apurados, dedicados con celo y entusiasmo a diferentes empresas, pero Dios ha sido olvidado, y no valoramos el tesoro celestial. No estamos en una actitud de espera y vigilancia. El amor al mundo y el engaño de las riquezas eclipsa nuestra fe, y no anhelamos la aparición de nuestro Salvador, ni la amamos. Tratamos con demasiado interés de preocuparnos por nosotros mismos. Somos intranquilos, y carecemos de una firme confianza en Dios. Muchos se preocupan y trabajan, idean y planifican, temerosos de padecer necesidad. No tienen tiempo para orar o para asistir a reuniones religiosas y, en su preocupación por sí mismos, no le dan a Dios la oportunidad de cuidarlos. Y el Señor no hace mucho por ellos, porque no le dan ocasión. Se preocupan demasiado por sí mismos, y creen y confían poco en Dios.

El amor al mundo ejerce una terrible influencia sobre la gente a la cual el Señor ha mandado velar y orar constantemente, no sea que venga de repente y los encuentre durmiendo. “No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él. Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo. Y el mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre” (1 Juan 2:15-17).

Se me mostró que el pueblo de Dios que profesa creer la verdad presente no se encuentra en una actitud de espera y vigilancia. Los hijos de Dios están incrementando sus riquezas, y están depositando sus tesoros en la tierra. Se están volviendo ricos en las cosas mundanas, pero no ricos en Dios. No creen que el tiempo sea corto; no creen que el fin de todas las cosas está cerca, que Cristo está a las puertas. Pueden profesar mucha fe, pero se engañan a sí mismos; porque sólo pondrán en práctica la fe que realmente poseen. Sus obras ponen de manifiesto el carácter de su fe, y dan testimonio ante los que los rodean que la venida de Cristo no se va a producir en esta generación. De acuerdo con su fe serán sus obras. Están añadiendo una casa a la otra, y un terreno al otro; son ciudadanos de este mundo. {2T 174.1–178.1}

En la causa de Dios nuestros líderes no actúan como líderes de Dios, sino como pararrayos de Satanás para descargar el relámpago de luz que debería haber caído sobre la Iglesia Adventista para iluminarla plenamente. La luz que brilla hacia nosotros en brillantes rayos desde Orión que está enmarcando el trono de Dios, ellos la usan para burlarse de Dios e ignorar Sus advertencias sin precauciones. En lugar de investigar la luz, ellos rechazan la luz y al mensajero. En más de dos años, ningún argumento bíblicamente fundado me fue presentado que refutase el mensaje de Orión. Ellos tienen solo palabras huecas, y esto lleva a plantear la pregunta de por qué estas personas no aceptan la luz, en lugar de declararla bíblicamente errada sin mostrar ningún error.

Ya he tratado en detalle en mis artículos todas las citas de Elena de White dirigidas contra el fijar fechas, y he explicado por qué Elena de White tuvo que pensar y escribir de esta manera y mostré también lo que la Biblia dice al respecto. Sí, hubo un tiempo después de 1844 durante el cual no se debía fijar fechas, pero ahora es la última hora que muchas profecías de tiempo no cumplidas de Daniel 12 y Apocalipsis deben ser cumplidas, porque Dios no ha escrito nada en la Biblia que no tenga propósito.

Me acusaron de no haber usado ninguna hermenéutica. ¿Debo yo? ¿No deberían los líderes que han estudiado teología y rechazado el mensaje decirme “hermenéuticamente” por qué lo hacen? ¿Necesito yo, un “patán” teológico, explicar a los doctores de la teología lo que sus herramientas deben ser? Pero no me contestan, porque su hermenéutica no tiene una explicación por qué el Orión ocurre tres veces en la Biblia y ocupa por eso un tan especial lugar en el Libro de los libros.

Por lo tanto, en esta última serie de artículos antes del gran evento me dirijo a aquellos líderes de la Iglesia quienes aún tienen una chispa de lealtad al Señor en sus corazones y están listos para arrepentirse, para que ellos puedan entender analítica y teológicamente el alcance de la luz que les daré aquí y para que la preparen en una forma que sea entendible para aquellos adventistas que todavía necesitan leche. Esta luz no puede ser confirmada o negada directamente con la Biblia, sino será luz la cual está basada en existente luz adventista y solamente agrega a ella. El armazón de pensamientos ha sido presentado durante la historia adventista por otros altamente respetados teólogos adventistas, pero yo seguí estos pensamientos hasta su lógica conclusión. Y sé que estos no son sólo mis propios pensamientos, sino que ellos fueron inspirados por el Espíritu Santo en este punto específico en la historia del mundo.

Antes de dar la palabra sobre el tema al hermano Robert, quien examinó esta “nueva” luz por meses en nuestro grupo de estudio, tengo que interpretar para ustedes mi sueño que tuve exactamente en el 167° aniversario del inicio del juicio investigador en el cielo...

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