El Último Conteo

Primera publicación el viernes, 22 de octubre de 2010, 17:51 en alemán en www.letztercountdown.org

Cuando quiero explicar a los miembros de mi pequeño grupo algo sobre un tema en la Biblia que se encuentra muy atrás en el tiempo, les aconsejo con frecuencia que debemos leer los textos detenidamente. Hay que hacer pausas para contemplar el tiempo, la cultura y la situación de las personas descritas allí. Tenemos que ponernos directamente en el lugar de los personajes y observar todo como si hubiéramos acabado de hacer un viaje atrás en el tiempo y posicionarnos directamente en los zapatos de los participantes. Aquellos que fallan en hacer eso, siempre tendrán problemas de comprensión de los textos bíblicos que fueron escritos 3500 - 2000 años atrás. Debido a esta pobre forma de leer textos antiguos y el problema de que estamos formados por nuestras propias tradiciones y maneras de pensar, errores de interpretación se deslizan y oscurecen nuestra visión de la verdad.

Si queremos resolver los problemas de la Pascua planteados en la primera parte de las Sombras de la Cruz, nosotros necesitamos hacer exactamente lo que acabo de explicar. Debemos transportarnos de regreso en el tiempo, a la cultura que todavía recordaba cómo la Pascua debía ser celebrada. Los eruditos del cristianismo parecen asumir que ya nos hemos posicionado lo suficientemente lejos en el tiempo, si hacemos un viaje mental a los tiempos de Jesús, alrededor de 2.000 años antes de nuestra era. Ellos admiten: “He aquí otro caso en el cual lo que ignoramos hoy día de las antiguas costumbres judías, parecería ser la causa de que no puedan armonizarse las declaraciones aparentemente contradictorias de los sinópticos con las de Juan.” [Comentario Bíblico Adventista, Volumen 5, p. 524]

Pero, como voy a mostrar ahora, esto es lejos de ser lo suficientemente lejos. Tenemos que hacer un mayor esfuerzo mental y volver otros 1.500 años atrás, a las raíces de la Pascua, al tiempo en el cual ella fue instituida por el Señor, y tenemos que ponernos los zapatos de alguien que ha recibido las instrucciones directamente de Jehová. Tenemos que ponernos...

Los zapatos de Moisés

Leyendo la honesta declaración de nuestros eruditos, que es la ignorancia de hoy día de las antiguas costumbres judías que nos impide entender lo que sucedió en aquel entonces en el año 31 d.C., debemos primero reconocer que es del mayor interés de nuestro Señor que entendamos totalmente lo que sucedió en ese tiempo para que podamos enfrentar los ataques de los falsos maestros. Disculpar nuestra ignorancia con: “Bueno, simplemente no lo sabemos, por eso no es importante para nuestra salvación”, como lo hicieron nuestros comentaristas del BRI en un sentido figurado al final de su declaración de ignorancia, es un miserable intento de cubrir su incapacidad para encontrar soluciones a los problemas a través de la guía del Espíritu Santo, con el argumento de que se trataría de “datos poco asombrosos”. Esto es muy lamentable, y una manera cuestionable de pensar por el profeso pueblo de Dios, que debe esforzarse por conocer lo que sucedió en la crucifixión del Salvador en los detalles más ínfimos, y por armonizar estos acontecimientos con los tipos de la Biblia, especialmente porque nos fue dado una mensajera de Dios ayudándonos con montones de información y consejos en la búsqueda de la verdad.

Pero Dios en Su providencia, supo ya antes de la creación del tiempo, que nosotros un día tendríamos un problema con la fiesta de la Pascua, y esta es la razón porque encontramos en la Biblia múltiples informaciones que cuando las juntamos, perfectamente aclaran cómo había sido el curso exacto de la fiesta de la Pascua. El relato bíblico incluye a un personaje, que como nosotros no sabía nada de cómo la fiesta de la Pascua iba a funcionar, y quien estaba interesado también en guardarla exactamente de la manera que el Señor exigió. Este fue el primer autor de la Biblia, Moisés.

Él estuvo en los mismos zapatos que nosotros. Él estaba en completa ignorancia en términos de la práctica judía. Quizás algunos de ustedes se pregunten: “¿Por qué? Él era un judío, ¿o no? ¿No tuvo que saber cómo los judíos manejaron todo esto?” Si ustedes piensan de esta manera, no han hecho la “pausa de contemplación” de la cual he hablado anteriormente. “¿Quién era Moisés en realidad?”, o por lo menos... “¿Quién era Moisés en el momento cuando recibió instrucciones de Dios para el exacto curso del éxodo en la décima plaga de Egipto?” Estas son las preguntas que nos deberían concernir si queremos ponernos los zapatos de uno quien recibió estas primeras instrucciones de la Pascua de Jehová.

Moisés fue el hijo de esclavos hebreos y nació cerca de unos 80 años antes de la terminación de los 215 años de esclavitud de los israelitas en Egipto. De acuerdo con la ley estatal vigente, él probablemente habría tenido una doble ciudadanía: israelita y egipcia. La siguiente pregunta que debemos hacernos a nosotros mismos es, ¿en cuál cultura fue criado Moisés? Todos sabemos que él estaba escondido en una rustica canasta para escapar de la persecución de los egipcios, que querían matar a todos los niños menores de dos años por órdenes del faraón. Pero Dios en Su sabiduría, guió la rustica cesta con el pequeño hijo de esclavos tan cerca a las orillas del Nilo, que fue descubierta por una de las hijas del faraón y ella salvó al niño. Porque ella misma no podía alimentar al niño, mandó a buscar a una mujer hebrea y Dios hizo que fuera la misma madre de Moisés a quien se le permitió amamantar a su hijo. Cuando el niño fue destetado, fue dado a la hija de Faraón, y se convirtió en “su hijo”. Todo esto, se puede leer en Éxodo 2:1-10.

¿Dónde creció Moisés? ¿Qué culturas le influyeron? En primer lugar, es obvio que Moisés como un hijo de la hija de Faraón, y nieto del faraón debe haber recibido una excelente educación en el palacio por los eruditos egipcios. Su formación principal fue a través de la cultura egipcia, y como sabemos, se trataba de un sistema político-religioso, que se caracterizaba por el culto al sol y la adoración de un ser humano como un Dios, el faraón.

Pero muchos ven en los siguientes versículos, que Moisés también había sido formado por su madre biológica y su ámbito, porque se enojó con un egipcio que estaba golpeando a un esclavo hebreo, y lo mató (Éxodo 2:11-12). Esto demuestra que era simpatizante con los esclavos hebreos, y que su madre biológica lo influenció. Y ahora, muchas personas cometen el error de creer que Moisés había aprendido los rituales y las características específicas de la religión de los israelitas de su familia biológica. Por lo tanto, ellos creen, que Moisés también entendía el sábado y que los israelitas sólo no podían guardar el sábado, porque los egipcios lo habían prohibido. Ellos asumen que los judíos pudieron retener todos sus conocimientos religiosos y culturales. Pero no debemos olvidar que el mismo Moisés fue el primer escritor de la Biblia, y antes de él, ¡no existía ningún registro de la herencia cultural y religiosa de los hijos de Israel!

La cuestión más importante y fundamental que debemos considerar es, ¿cuál calendario entendió Moisés? ¿Cómo entendió el inicio del día, que fue para él el principio del mes, y cómo entendió el principio del año? Sólo si somos capaces de resolver estas preguntas, podemos comprender lo que Dios quiso decirle a Moisés cuando le habló en Éxodo capítulo 12, y comenzó a enseñarle el tipo de la Pascua, respectivamente, la secuencia de los procesos rituales, a través del éxodo de Egipto, lo que ya hemos examinado un poco en la primera parte de las “Sombras de la Cruz”.

Sólo si incluimos esto en nuestra consideración, vamos a sacar las conclusiones correctas. Pero, si dejamos estas preguntas sin respuesta, y asumimos sin una profunda investigación, que Moisés, como israelita, recibió las instrucciones de Dios teniendo un completo entendimiento del antiguo calendario judío, llegamos a las contradicciones confusas del problema de las dos Pascuas.

Muchos creen que Moisés comprendió ambos sistemas de calendario (el judío y el egipcio) y, por lo tanto, Dios habría hablado con él en el Éxodo usando medidas de tiempo israelita. Pero como vamos a ver, esto es una suposición fundamentalmente errónea, ya que no tiene en cuenta que los hebreos ya habían vivido 350 años en la tierra de los egipcios, sus señores feudales, cuando Moisés nació. Cuando Dios habló a Moisés, ya habían pasado 215 años de la más violenta esclavitud sobre la cultura y nación de los israelitas. Ninguna nación puede preservar completamente su cultura bajo estas condiciones. Y esto fue sin duda aún peor para un pueblo que no tenía registros escritos de su cultura y sólo podían transmitir sus conocimientos de generación en generación por la palabra hablada. Por 215 años, ellos habían sido obligados a servir en aquellas horas de trabajo que los egipcios determinaron para ellos de acuerdo con su calendario. Los israelitas construyeron las pirámides para el culto y los dioses de los adoradores del sol, edificios que nos abruman aún hoy en día con muchas preguntas. No sólo se entrelazaron con la cultura egipcia. A medida que servían a los egipcios como esclavos, se vieron obligados a renunciar a todos sus servicios religiosos y adaptarse por completo a los egipcios. La cultura egipcia, al igual que todas las culturas de la adoración del sol, era una cultura puramente despótica, y la estatua de Daniel muestra que todas estas culturas pasan sus doctrinas básicas de una edad a otra, y esta es la razón por la cual la adoración al sol de Babilonia todavía mantiene su lugar “oculto” en el sistema papal.

El sábado israelita, puesto aparte para adorar a Dios el Creador, fue abolido por decreto y sustituido por el “día del sol” (domingo), para adorar al dios del sol. Un esclavo no elige el día en el que puede descansar, esto era estipulado para él, si es que a él aún le era permitido descansar un día. Un esclavo no elige cuando su día comienza, se estipula para él, y un esclavo no determina el comienzo de meses o años. Están determinados para él por su señor feudal. Un esclavo no visita a una escuela de su pueblo, sino es educado para el trabajo de esclavo en las “escuelas” de su señor feudal, al menos los afortunados que no tenían que pisar la paja en el lodo para los ladrillos. La esclavitud es una condición en la que un humano pierde totalmente su autonomía y su libre voluntad por la fuerza.

Incluso hoy en día, un pequeño grupo de criminales que se creen la élite de la humanidad y controlan todo el dinero del mundo, están preparando un nuevo orden de esclavitud. Esta vez, no sólo para una pequeña minoría, sino para toda la humanidad. Ellos quieren obligar a toda la humanidad a guardar la religión del culto al sol como lo fue hecho hace mucho tiempo con los israelitas en Egipto. Bajo estas circunstancias, no hay espacio para un propio calendario o un día especial de descanso como el sábado. Sólo después de algunos años en la esclavitud, los israelitas habían probablemente ya comenzado a “olvidar” su calendario especial y se sometieron a la presión militar del poder dominante. Sin embargo, Dios nos garantiza a nosotros, como el Israel espiritual de hoy, que Él va a intervenir personalmente para que esto no pueda suceder nuevamente. Pero hay que perseverar y mantenerse fieles bajo una presión, que en esta vehemencia nunca había existido en la historia de la humanidad.

Por lo tanto, incluso si Moisés fue expuesto a las influencias de dos culturas, él nunca supo del verdadero calendario de la creación de Jehová. Él estaba bajo la influencia de dos culturas que no tenían conocimiento del verdadero calendario de la creación. La primera cultura fue la de Egipto, que guardó un calendario hibrido muy especial lunar-solar-estelar basado en la naturaleza, y la segunda cultura fue la de sus padres biológicos que se habían olvidado del calendario de la creación. Por lo tanto, para Moisés lo fue como para nosotros, cuando Dios le habló en Éxodo 12: él era “ignorante de las antiguas costumbres judías” en dos aspectos:

  1. Él no conocía el calendario verdadero de la creación porque nunca le fue enseñado a él.
  2. Él no conocía las fiestas judías, porque hasta aquel entonces, no habían sido instituidas por Dios.

El único día especial que había sido instituido por Dios mucho antes de la creación, fue el sábado, repitiéndose cada siete días, e incluso esto había sido enterrado en el olvido de la esclavitud. Antes del éxodo de Egipto, ni siquiera los tipos de las fiestas judías habían sido establecidos. Para 2500 años, desde la creación de Adán, el día de reposo había sido guardado por los patriarcas como Noé y Abraham. Pero la cultura israelita, 215 años después del comienzo de la esclavitud, muy probablemente sólo sabía que una vez había existido algo “especial”. Sin embargo, ellos habían parado por completo de guardar el sábado.

Por lo tanto, podemos confiadamente sentirnos cómodos en los zapatos de Moisés, si ahora tratamos de comprender de nuevo lo que Dios quiere explicarnos en Éxodo capítulo 12. ¡No sabemos nada, no entendemos nada de la cultura judía! Debemos estar dispuestos a pensar del mismo modo que Moisés iba a pensar, cuando recibió las instrucciones para el tipo de la Pascua. Tenemos que ponernos los zapatos de Moisés, ¡quien entendía solamente un calendario y este era el calendario egipcio!

El tercer calendario

Nos guste o no, si queremos ponernos en los zapatos de Moisés, tenemos que aprender las características básicas de un tercer calendario. El calendario egipcio antiguo que era el calendario actual y válido de Moisés en ese tiempo.

Pero ¡no se preocupen! Los cerebros de mis lectores ya están entrenados para pensar en diferentes sistemas de calendarios, por lo que no será demasiado difícil para que ustedes entiendan este, al parecer, bastante complejo calendario egipcio. Voy a limitar el tema a lo que es importante para nosotros. Afortunadamente, los jeroglíficos han sido descifrados por la Piedra de Rosetta que fue encontrada de una forma maravillosa. Por lo tanto, muchos escritos antiguos egipcios en las impresionantes pirámides y tumbas dejan muy claro hoy día, cómo los egipcios entendían su calendario. En realidad, sabemos mucho más acerca de este calendario que sobre el calendario de la creación de Dios. Quien busca en Internet los términos adecuados, encontrará muchos sitios web que tratan con este calendario.

1. Los días en el antiguo Egipto comenzaban al amanecer. El sol era su dios supremo (el padre del portador de la luz, Lucifer). Por lo tanto, cuando en la mañana, el primer amanecer se hacía visible, Ra, el sol, comenzó a reinar. Sin embargo, si el sol se había puesto completamente, para ellos comenzaba una época terrible. La noche era la época del terror y del miedo, porque su dios “se había ido a dormir”. He oído declaraciones similares de los partidarios de la doctrina del sábado lunar, que dicen que el día judío comenzó a principios de la mañana y no al atardecer. Por lo tanto, ellos violan la Biblia, y ganan adeptos mediante la siembra de dudas e incertidumbre. Es interesante, cómo usan la forma de pensar del antiguo Egipto para hacer publicidad a su culto pagano a esos adventistas que no estudian lo suficiente con oración, y no tienen remedio contra esta “levadura de los saduceos”. Finalmente, se vuelven completamente controlados por ellos.

El modo de pensar de que el día comienza en la mañana al salir el sol fue introducido ya en el comienzo de la historia humana, cuando Satanás quiso colocar a su supuesto padre, el sol, en la posición que le pertenece sólo a Dios el Creador, quien inició la creación definitivamente en la oscuridad (de noche), cuando no había luz. “Sea la luz”, fue el primer acto de la creación, y estas palabras habían sido pronunciadas en la noche cuando no había luz. Sólo los adoradores del sol entienden el tiempo de la noche como un estado intermedio que en realidad no existe y esto causa en ellos ansiedad y malestar. Por lo tanto, tratan de desacreditar el tiempo, en que Jesús pasó la mayor parte de las horas asociado en la oración con Su Padre, se preparó velando y orando por las tareas del día siguiente, o incluso el tiempo en que comenzó Su pasión en el Jardín de Getsemaní, donde Él permitió que todos nuestros pecados fueran puestos sobre Él, y en repetidas ocasiones advirtió a los discípulos que no se durmieran, sino velaran y oraran, como un “estado intermediario sin importancia”. Esto es, para que creyéramos su “historia de la creación” con un comienzo del día por la mañana, que es diametralmente opuesta a la narración bíblica: “y fue la tarde y la mañana un día”. Satanás siempre trata de crear confusión a través de sus agentes. Pero nosotros siempre descubrimos sus trucos a través del estudio de las antiguas religiones babilónicas y sus ramificaciones, tales como el culto al sol egipcio.

Si alguien nos quiere decir, que los judíos podrían haber entendido el comienzo del día por la mañana, y que debemos estar de acuerdo con eso, nos quieren agarrar en la trampa de malinterpretar el calendario de la creación y llegar a conclusiones falsas, lo que finalmente nos llevará a guardar practicas paganas transgrediendo los mandamientos de Dios. Algunos creen que en el cielo coexisten diferentes sistemas de creencias, y que los guardadores del sábado lunar van a vivir allí en perfecta armonía con los tradicionales guardianes del sábado del séptimo día. ¡No, hermanos y hermanas! Jesús nos advirtió en la Biblia cientos de veces sobre el fraude y la levadura (las falsas doctrinas) de los falsos maestros. Si el versículo, que dice que cada uno es solamente juzgado de acuerdo con su conocimiento, debe ser entendido en la forma que cualquier persona que buscó la verdad, se extravió, y sacó conclusiones erróneas, también se salvaría, no habría sido necesario en absoluto una advertencia de una estafa, porque en este caso, cualquier persona que fuera engañada también estaría en el cielo, porque sólo habría cometido un error. Entonces, aún no sería necesario buscar a Dios y la verdad, porque no habría ninguna diferencia entre los que han encontrado la “verdad verdadera” y aquellos que han encontrado la “verdad falsificada”.

¿Cuántas “verdades” existen? De acuerdo con la Iglesia universal, hay tantas verdades como diferentes religiones y credos. De hecho, ellos se están reuniendo ahora en el movimiento mundial del ecumenismo para ser quemados como paja. De acuerdo con las declaraciones bíblicas del Creador, el Hijo unigénito de Dios Padre, hay una sola verdad: “Yo soy el camino, la verdad y la vida: nadie viene al Padre sino por mí.” (Juan 14:6) “Dios es Espíritu: y los que le adoran, deben adorarlo en espíritu y en verdad.” (Juan 4:24) Si el sábado lunar fuera la interpretación correcta del cuarto mandamiento de Dios, todos estarían perdidos, quienes siguieron “tercamente” guardando el sábado cada siete días. Si lo contrario es verdad, Dios sea misericordioso con aquellos que creyeron la mentira del sábado lunar y sustituyeron el día de Dios Creador, con un día de adoración a la madre de Satanás, la diosa de la luna, y por lo tanto guardaron un día pagano de descanso. Por eso, es muy importante saber lo que es la verdad, y debemos buscarla, ya que es una cuestión de vida o muerte. De hecho, es una cuestión de nuestra vida eterna.

Jesús en contestación a la pregunta de los discípulos, acerca de cuáles serían las señales del fin, respondió que ellos deben prestar atención a que nadie les engañe. Esto significa, que, en estos últimos días, el fraude seria particularmente rampante. Por lo tanto, ¡examinen las cosas que se presentan ante ustedes en estos días! ¡Comprueben el mensaje de Orión, examinen el sábado lunar! ¡Prueben lo que en su núcleo está de acuerdo con las enseñanzas que fueron dadas a la última iglesia de Dios, a través de la mensajera de Dios, Elena G. de White! ¡Usen sus Biblias! ¡Comprueben los profetas que les fueron enviados con la Biblia y oren, oren, oren para que el Espíritu Santo pueda ser dado a ustedes, para distinguir las mentiras de la única existente y sola verdad verdadera! No puede haber dos verdades diferentes sobre un tema. La palabra “verdad” lo excluye ya. No hay plural de la verdad No hay “verdades”. Nadie quien sea llevado a transgredir los mandamientos de Dios por el fraude, tiene disculpa. Porque, si aquellos hubieran sido vasos puros, ellos habrían recibido el Espíritu Santo para ser llevados a toda verdad. Esto fue prometido por Jesús. ¿Hacemos de Él un mentiroso?

Él que cree que la nación judía guardó el inicio del día al amanecer, está en lo correcto únicamente por el período durante los 215 años de esclavitud en Egipto, cuando no tenían otra opción. Pero Dios, poco después de la salida de Egipto de nuevo enseñó a los israelitas el correcto inicio del día. Más sobre esto más adelante. El tema de los días del antiguo Egipto se puede estudiar muy detalladamente en Hechos sobre el Antiguo Egipto [en inglés, usen el traductor de Google].

2. El comienzo del mes lunar del antiguo Egipto se explica muy bien en Wikipedia – El antiguo calendario egipcio lunar [en alemán, por favor usen el traductor de Google]. Me limito a un resumen que representa las diferencias más importantes al calendario judío, tal como fue determinado en la primera parte del estudio de las sombras. En el antiguo Egipto, que fue una importante cultura durante varios milenios, existieron diferentes tipos de calendarios, incluyendo una distinción entre un calendario administrativo y un calendario religioso. Todo esto aprendimos en los registros de los templos.

Podemos leer en la página web mencionada, cuan antiguos los calendarios en realidad son:

Las referencias más antiguas documentadas de los datos del calendario lunar se pueden encontrar desde alrededor de 2350 a.C. en los textos de las pirámides. El uso de registros astronómicos ya está documentado por Rey Wadji en 2880 antes de Cristo.

Por lo tanto, unos 800 años antes de que Moisés recibiera de Jehová el calendario de la creación, tenemos evidencia de que existía definitivamente un calendario satánico en Egipto, en una nación de adoradores del sol.

Vamos a leer más acerca de este calendario lunar:

Alrededor del 70 a.C., Géminos de Rodas describió el calendario lunar del antiguo Egipto como un “peculiar principio, el cual los egipcios, a diferencia de otras culturas no utilizan para la determinación de su año. Para ellos, las fiestas sagradas son importantes. Sus calendarios se centran en esto.” La declaración de Géminos acertadamente indica el mitológico papel de los calendarios lunares egipcios, cuya función principal era limitado en la datación de las fiestas celestiales, mientras que el calendario administrativo egipcio actuó como un calendario de los años.

Los sacerdotes tenían la tarea de determinar las fiestas celestiales. Esto fue hecho por competentes astrónomos, que anunciaron los días festivos por el “Rector” (“el más grande de los observadores”) a través de observaciones y cálculos. Después de la proclamación, la fecha real fue marcada en el calendario administrativo y registrada en el diario del templo.

En el texto vemos, que el antiguo calendario lunar egipcio no tiene nada que ver con la determinación de los años, sino con la determinación de las fiestas celestiales “sagradas”. Podemos ya determinar desde el término “fiesta celestial” que se trataba de la adoración a los cuerpos celestes (sol y luna), lo que es la idolatría, la adoración de cosas creadas.

Pero ¿cómo comenzó un nuevo mes lunar de los antiguos egipcios?

A diferencia de los otros antiguos países del Cercano Oriente, el mes lunar no se inició poco tiempo después de la luna nueva con el primer creciente (la nueva luz), sino con el primer día de la no visibilidad de la luna en la madrugada. La duración del período entre la vieja (último menguante) y la nueva luz (el primer creciente) es dependiente de factores como la ubicación geográfica del lugar de observación. En el sur de las latitudes del hemisferio norte, la duración de la no-visibilidad de la luna es más larga que en las latitudes del norte, que conduce a fases de observación de la luna más largas en las zonas del sur en comparación con las regiones del norte.

En primer lugar, reconocemos que los antiguos egipcios - tal como se explicó antes - dependen en gran medida de la salida del sol. Por lo tanto, el inicio de sus meses lunares lógicamente no dependía de un avistamiento de la primera visibilidad de la luna creciente en la puesta del sol, sino de su contraparte, la primera no-visibilidad de la luna menguante en la madrugada. Así, mientras que los judíos antiguos comenzaron su mes de acuerdo con el primer creciente (“la nueva luz”), el antiguo mes lunar egipcio siempre se inició con la luna nueva astronómica en la madrugada, cuando la “vieja luz” ya no era visible.

Esto conduce a un desplazamiento significativo del inicio del mes lunar entre egipcios e israelitas, el cual resulta de la diferencia de la duración de la luna nueva astronómica. El rango de tiempo de la no-visibilidad en este período de tiempo antiguo, puede ser visto para todos los meses en una tabla que ha sido adjunta al informe en Wikipedia. La duración era de aproximadamente 30 - 33 horas en los meses que son importantes para nosotros (marzo, abril). Volveremos a esta tabla en detalle y determinaremos exactamente el inicio del antiguo mes lunar egipcio y cómo se relaciona con el antiguo cálculo judío. Recuerden, todavía queremos ponernos en los zapatos de Moisés, que entendía todo esto como le fue enseñado por los antiguos egipcios en la escuela del palacio del Faraón.

3. El año del antiguo Egipto era dependiente de una estrella (Sirio) y de las inundaciones del Nilo y los egipcios ya estaban familiarizados con el ciclo de 365 días como nosotros. Pero no tenían ningún día o años bisiestos. Este fue introducido más tarde en el siglo III antes de Cristo.

En Wikipedia - El año del antiguo Egipto [en alemán, por favor usen el traductor de Google] leemos con respecto a este tema:

El calendario egipcio era un calendario basado en la naturaleza con una orientación estelar.

El comienzo del año desde los primeros tiempos fue determinado por el ascenso helíaca de la estrella Sirio y por la inundación del Nilo. Más tarde, se introdujo también un calendario administrativo que dependía también de Sirio como un “calendario de año errante”. La reforma del calendario de Ptolomeo III, en el 237 a.C. resultó en la introducción de un día bisiesto cada cuatro años como el sexto día de Heriu-Renpet que fue añadido al año normal. Con la muerte de Ptolomeo III, la regla del año bisiesto cesó por el momento en el calendario oficial administrativo. Sin embargo, las dos formas del calendario egipcio continuaron siendo utilizadas en paralelo aun después. Era reservado para Augusto ser el primer emperador romano en el año 26 antes de Cristo, que restableció el calendario de la forma de Ptolomeo III de acuerdo con el calendario juliano.

El día del Año Nuevo del calendario egipcio, en los tiempos tempranos estaba vinculado a la inundación del Nilo en la parte inferior o superior de Egipto. Posibles períodos son considerados 4213-4186 a.C. para Elefantina y 2783-2764 a.C. para Menfis. Como un criterio adicional tenemos que velar por los setenta días de la invisibilidad de Sirio, los cuales fueron elegidos en el antiguo Egipto como el período de momificación. Tomando Elefantina como el punto de observación, este evento sólo ocurrió en el período de tiempo desde 4280 hasta 4160 antes de Cristo, mientras que para Menfis como punto de referencia el tiempo requerido fue dado recién desde el Nuevo Imperio. Antiguos textos egipcios demuestran que la invisibilidad de los setenta días ya era conocida antes de la 18ª dinastía, y Menfis puede ser excluido como fuente de referencia.

En este antiguo calendario egipcio, vemos claramente una vez más la adoración de los cuerpos celestes como dioses. El día era dependiente del nacimiento del sol (amanecer). El comienzo de los meses fue atado a la luna y - como veremos más adelante con mayor claridad - a una leyenda sobre los dioses de los egipcios, la cual fue asociada a la muerte y resurrección de una de sus deidades, Horus. Y el año era dependiente de la estrella Sirio.

En muchas religiones, hay un símbolo que representa la “trinidad” del sol, la luna y una estrella...

Islam

El hecho de que el culto al sol del antiguo Egipto todavía se lleva a cabo aún en la actualidad, es evidente en el mayor reloj de sol del planeta - la Plaza de San Pedro en Roma, cuya “manecilla” es un obelisco original egipcio... Busca en el internet estos detalles. También pueden encontrar algunos vídeos en YouTube, que muestran el reloj de sol del Vaticano en función, y que apunta desde hace siglos a una fecha determinada en el año 2012.

La Plaza de San Pedro

Tal vez, voy a escribir más sobre esto más adelante en la categoría de Tras de las Líneas Enemigas.

Si nos ponemos los zapatos de Moisés, nos damos cuenta de que Dios debe haber tenido un problema con Moisés. Un problema, que ignorábamos por completo leyendo la Biblia superficialmente. Moisés y los israelitas de la esclavitud habían perdido su cultura original. No se puede asumir que Moisés habría entendido a Dios, si Él hubiera hablado con él en la nomenclatura del calendario judío, porque nunca se le había enseñado a él.

Sin embargo, Dios no nos habla en lengua incomprensible. Él quiere que nosotros Le entendamos. Sí, gran parte de lo que dice Dios a los profetas se oculta en símbolos e incluso en imágenes. Pero cuando Dios comenzó a hablar a Moisés en el capítulo 12 del Éxodo, no se trataba de profecías que iban a ser decodificadas después de varios siglos o milenios por las generaciones posteriores. Se trataba de instrucciones claras. Debido a que 10 días después de la declaración, el cordero ya tuvo que ser apartado, y otros 4 días más tarde tuvo que ser sacrificado, para que los israelitas pudieran escapar de ese ángel terrible de la muerte que se le ordenó a matar a todos los primogénitos, tenían que entender el día exacto en que debían pintar los dinteles de sus puertas con la sangre del cordero.

Si Dios, en ese momento, hubiera requerido de Moisés que descifrara primero cuál tipo de día y cuál referencia de tiempo en cuál sistema de calendario Dios realmente usaba, esta plaga probablemente no habría pasado de largo a los israelitas, porque Moisés hubiera fracasado, porque él no entendió el calendario judío. Este es el primer capítulo de la Biblia donde Dios da instrucciones claras acerca de los tiempos de la Pascua y justo en una situación que requería la comprensión clara de lo que se ha dicho. Cualquier malentendido habría sido fatal, porque se trataba de la vida o la muerte.

Leamos una vez más algunos versos de las instrucciones de Jehová, y esta vez pongámonos completamente en los zapatos de Moisés:

La orden de marcha de Dios

Habló Jehová a Moisés y a Aarón en la tierra de Egipto, diciendo... (Éxodo 12:1)

Todos los siguientes versículos que vamos a considerar, vinieron directamente de la boca de Jehová. Esta es la forma en cual las palabras habían sido escuchadas por Moisés su siervo, quien no entendía las medidas de tiempo como un judío, como habíamos asumido anteriormente incorrectamente, porque él no conocía el calendario judío de la creación como no lo conocemos hoy en día. Él entendía la información verbal que provenía de Dios, de acuerdo con su sistema de referencia, el antiguo calendario egipcio.

Pero, Dios entonces ya había empezado a enseñar a Moisés algunas diferencias que lo llevaran lentamente de vuelta al calendario original de la creación que fue instituido por Jehová. Él enseñó a Moisés el calendario de la creación y si nosotros entendemos esas lecciones en el sistema de referencia de Moisés, Él nos está enseñando también.

En primer lugar, Dios declaró que el número del mes del calendario de la creación no estaba en conformidad con el número del mes actual del calendario egipcio que Moisés estimaba correcto. Los meses egipcios eran llamados “Pesdjenet” y eran numerados del 1 al 12 (X). A medida que la inundación del Nilo y el Sirio definían el primer mes del antiguo Egipto y, probablemente, el calendario del año errante seguía siendo válido, el cual también fue determinado por Sirio, el momento en que Jehová habló a Moisés no estaban ni en el último ni en el primer mes del año del antiguo Egipto. Para Moisés, la siguiente declaración debe haber sido una gran sorpresa:

Este mes [chôdesh = primera luna creciente, nueva luz] os será principio de los meses; para vosotros será éste el primero en los meses del año. (Éxodo 12:2)

Con estas palabras, Dios se refirió a la primera luna creciente visible, a finales de marzo o principios de abril en un año alrededor de 1500 a.C. y le explicó a Moisés con esta simple frase, dos “novedades” para su entendimiento del calendario.

  1. El primer creciente al ponerse el sol es el signo de un nuevo mes.
  2. Y precisamente este mes que comenzaba en este momento determinado debe ser el primer mes del “nuevo” calendario judío. Todos los demás meses eran dependientes de él.

Esto es fácil de entender; así como para Moisés y también para nosotros. Y, sin embargo, fue muy raro para Moisés, porque para él no fue “normal” que tenía que buscar a la puesta del sol por la primera luna creciente, no que éste sería el primer mes, ya que él estaba acostumbrado a una forma completamente diferente de sistema de calendario. Es importante entender que a Moisés no le fue explicado que más tarde un mes bisiesto sería agregado. El inicio del día no fue reestablecido en ese momento tampoco. Esto vendría mucho después del Éxodo de Egipto. No debemos leer en el texto algo que no está allí. Para Moisés era bastante difícil de digerir que tuvo que aprender un nuevo método para la cuenta mensual, y la determinación del inicio del mes. Moisés todavía persistía en su opinión de que el día comenzaba con la aparición del sol al amanecer y duraba hasta la mañana siguiente.

Ahora leemos las siguientes instrucciones de Jehová:

Hablad a toda la congregación de Israel, diciendo: En el diez de este mes tómese cada uno un cordero según las familias de los padres, un cordero por familia. (Éxodo 12:3)
El animal será sin defecto, macho de un año; lo tomaréis de las ovejas o de las cabras. Y lo guardaréis hasta el día catorce de este mes, y lo inmolará toda la congregación del pueblo de Israel entre las dos tardes. (Éxodo 12:5-6)

En este punto me gustaría hablar de la tabla de las diferencias de tiempo entre la primera no-visibilidad de la “vieja luz” y la “nueva luz” (luna creciente) que he mencionado antes. Esta pequeña tabla en Wikipedia - El antiguo calendario lunar egipcio [en alemán, usen el traductor de Google] nos dice que en la región de Menfis, existía en marzo una diferencia horaria de 30 horas, y en abril de 33 horas entre las dos fases de la luna que son interesantes para nosotros. Ahora debemos tratar de averiguar, cuantos “días de calendario” de diferencia esto significa, si comparamos los diferentes inicios del mes de los dos sistemas de calendario. A primera vista, 30-33 horas parece apuntar a una diferencia de más de un “día de calendario” (24 horas). Pero ¿es esto realmente así?

Para examinar esto, preparé una tabla de resumen que muestra la relación entre los dos comienzos de mes de los egipcios y de los israelitas.

Un nuevo mes

La tabla muestra que un nuevo mes de Egipto debe haber comenzado en la salida del sol de la mañana de ese día, en cuya tardecita, la primera luna creciente llegó a ser visible, hablando ahora en nuestro sistema de referencia. Esto corresponde a una diferencia de tiempo de más o menos 12 horas, en otras palabras, la mañana y tardecita del mismo día, en nuestra comprensión de un día. Sin embargo, alguien podría argumentar que la diferencia de tiempo de 30 a 33 horas de algún modo podría ser trasladada de manera que una diferencia de un día de calendario entero podría ocurrir. A primera vista, yo pensé lo mismo, hasta que descubrí que las inscripciones de las tumbas egipcias nos dicen más sobre los “días lunares” de los egipcios, y que existían dos días especiales de la luna, los cuales ya eran considerados en la tabla anterior. Aquellos cementan que solamente este orden de eventos determinantes como mostrado en la tabla podía haber ocurrido en la práctica. En el mismo artículo se lee en Wikipedia:

Primer y Segundo Día del Mes Lunar

El antiguo mes lunar egipcio comenzaba similar a los días del antiguo Egipto siempre en la salida del sol. Normalmente, el primer no-avistamiento de la luna menguante después de la última “vieja luz” caía sobre la hora duodécima de la noche del día anterior. Así como el dios de sol Ra se “renovó” a sí mismo en la noche de su invisibilidad, en la mitología del antiguo Egipto el primer día del mes lunar simbolizaba el “Día de la renovación de Horus”, con el consiguiente “nacimiento” que comenzaba en la primera noche del primer día del mes lunar, y era terminado al amanecer del segundo día del mes lunar.

El último avistamiento de la vieja luz representaba por lo tanto siempre el último día del mes lunar. En los textos del ataúd, el segundo día del mes lunar es considerado como “el día en que la luna es pequeña”. [El primer creciente pequeño después de la luna nueva astronómica.] Un texto ptolemaico del templo de Khonsu en Karnak, describe los dos primeros días del mes lunar: “La concepción del mes está en el día de la invisibilidad y nace en el segundo día del mes lunar.” Es claro a través de los textos de las pirámides del Imperio Antiguo, que el segundo día del mes lunar estaba conectado con el “ascenso celestial del rey muerto”, como “día de su coronación y aparición”: “Su aparición pertenece al segundo día del mes lunar”.

Incluso a causa de motivos religiosos, los dos días lunares tuvieron que ser colocados de manera que en el primero ocurrió el no-avistamiento al amanecer y en el segundo al amanecer pudiera ser reportado el avistamiento del primer creciente. Por lo tanto, todas las demás posibilidades de organizar el diagrama de arriba de una manera diferente son excluidas. Sólo existe esta posibilidad. Esto resulta en una diferencia de sólo un medio día, entre el mes egipcio y el mes judío. El antiguo mes egipcio comenzaba siempre un medio día antes del judío, en la mañana del mismo día [hablado en nuestra comprensión de tiempo], en cuya tardecita el nuevo mes judío comenzaba.

En el sistema de referencia de Moisés, en el momento en que Dios comenzó a hablar con él, el antiguo mes egipcio ya había comenzado un poco antes. Para ser más preciso, había comenzado en la mañana del día en el cual Jehová le mostró en la tardecita el primer creciente. Sin embargo, recordemos: ¡el inicio del día todavía no había sido corregido por Dios! Esto debe suceder más tarde, después del éxodo de Egipto. Todos conocemos el verso correspondiente en Levítico 23:32 que ellos debían guardar el día de reposo “de tarde a tarde”, y relacionamos esto muy correctamente a la reintroducción de la observancia del sábado, como era guardado por los israelitas hasta su esclavitud en Egipto. Pero todavía no habíamos avanzado tanto en el “curso del calendario” de Jehová, cuando Moisés recibió las instrucciones de las órdenes de los preparativos de la Pascua de Dios en el Éxodo 12.

Por lo tanto, Moisés en ese momento todavía creía que el día había comenzado por la mañana. Que Dios le había mostrado la primera luna creciente en la tardecita, solamente confirmó por él lo que creían los egipcios, a saber, que el “día” en el cual Jehová habló con él, fue el primer día del mes. Para los egipcios y Moisés, este primer día ya había comenzado en la mañana y Moisés aún no había recibido la información que el día debería comenzar en la puesta del sol. Desde luego, se sorprendió, de haber recibido un nuevo método para determinar el comienzo del mes en la tardecita, pero él ni siquiera podía comprender por qué Dios lo había ordenado.

Así que, ¿en cuál día debía Moisés separar el cordero de Pascua? En el décimo día del mes. ¿Y cuándo comenzó este décimo día para Moisés? Todavía en la mañana y no por la tardecita.

Entonces, ¿en cuál día debía Moisés degollar el cordero de Pascua? A los catorce días del mes. ¿Y cuándo comenzó este día catorce según la comprensión de Moisés? Aún en la mañana y no por la tardecita.

¿Cuándo debía ser comido el cordero de Pascua? En la tardecita del día catorce del mes. Y esto fue según el entendimiento de Moisés el mismo día en el cual debía ser matado el cordero, y ya no un nuevo día.

Por lo tanto, si Jehová habló a Moisés y le dijo:

Y lo guardaréis hasta el día catorce de este mes, y lo inmolará toda la congregación del pueblo de Israel entre las dos tardes. (Éxodo 12:6)

Por lo tanto, ¿en qué día judío según de la redefinición del inicio del día (que se realizó más tarde) el cordero de la Pascua tenía que ser sacrificado y preparado? Y, ¿en qué día judío tenía que ser comido?

¡Me gustaría pedirles, que primero reflexionen por si mismos sobre estas cuestiones antes de mirar la solución!

...

Si ahora dibujamos un diagrama con nuestros nuevos hallazgos según el entendimiento del día como lo tenía Moisés en el sistema de referencia de los antiguos días egipcios, encontraremos algo realmente sorprendente:

La Pascua de Moisés

Contra todas las doctrinas actuales, encontramos que los preparativos de la Pascua no habían de ser llevados a cabo antes de la tardecita del 14 de Nisán, sino ya antes de la tardecita del 13 de Nisán, debido a que esto corresponde al antiguo día 14 del mes egipcio (Pesdjenet X-14). Así es como Moisés pensó y entendió las instrucciones de Dios en esa etapa de su conocimiento del calendario. Por lo tanto, toda la preparación pascual se mueve hacia adelante por exactamente 24 horas.

Finalmente, después de haber descifrado correctamente el tipo antiguo de la Pascua, ahora podemos aventurarnos a corregir nuestras ideas acerca de la fiesta de la Pascua. En primer lugar, añadimos los correspondientes días de la semana del antitipo, la fiesta de Pascua en el año 31 d.C., al diagrama como lo hicimos al comienzo de esta segunda parte de la serie de las sombras. Y nos daremos cuenta de que hemos resuelto dos problemas a la vez:

La Pascua de Moisés 2

La respuesta a la pregunta, ¿en qué día de la semana del año 31 d.C. “el cordero pascual antitípico” Jesús, tendría que ser apartado?, resulta de una simple lectura de esta nueva gráfica y es la siguiente: Domingo, el 20 de mayo del año 31 d.C.

Recordemos el artículo anterior. Muy pronto, nos dimos cuenta de un gran problema con algunas de las declaraciones de Elena G. de White, donde ella comparó la entrada de Jesús en Jerusalén con la separación de este cordero del sacrificio, y dijo al mismo tiempo que había sido un domingo, cuando Jesús entró en Jerusalén.

Nunca antes en su vida terrenal había permitido Jesús una demostración semejante. Previó claramente el resultado. Le llevaría a la cruz. Pero era su propósito presentarse públicamente de esta manera como el Redentor. Deseaba llamar la atención al sacrificio que había de coronar su misión en favor de un mundo caído. Mientras el pueblo estaba reunido en Jerusalén para celebrar la Pascua, él, el verdadero Cordero de Dios representado por los sacrificios simbólicos, se puso aparte como una oblación. Iba a ser necesario que su iglesia, en todos los siglos subsiguientes, hiciese de su muerte por los pecados del mundo un asunto de profunda meditación y estudio. Cada hecho relacionado con ella debía comprobarse fuera de toda duda. Era necesario, entonces, que los ojos de todo el pueblo se dirigieran ahora a él; los sucesos precedentes a su gran sacrificio debían ser tales que llamasen la atención al sacrificio mismo. Después de una demostración como la que acompañó a su entrada triunfal en Jerusalén, todos los ojos seguirían su rápido avance hacia la escena final.

Fue en el primer día de la semana cuando Cristo hizo su entrada triunfal en Jerusalén. {DTG 523}

Pero esto no corresponde con la opinión doctrinal de que el Cordero de la Pascua debería haber sido sacrificado antes de la noche del viernes, 14 de Nisán, porque entonces la separación antitípica de Jesús en su entrada en Jerusalén debería haber tenido lugar recién el lunes, 10 de Nisán. Nuestra nueva interpretación del tipo de la fiesta de la Pascua, que es ceremonialmente correcta, nos dice que el sacrificio de los corderos de la Pascua no debía ser ejecutado el 14 de Nisán (el viernes), sino ya en el 13 de Nisán (el jueves). Sólo en este caso, el domingo se integra perfectamente en el cuadro general. Jesús se puso aparte de Su pueblo en el primer día de la semana en correcta manera antitípica, sabiendo que esta entrada triunfal significaba Su sentencia a la muerte. ¡El problema con Elena de White mencionado en el artículo anterior, está, por lo tanto, perfectamente resuelto!

Ahora entendemos por qué los evangelistas sinópticos, Mateo, Marcos y Lucas, no hicieron mención específica de que Jesús y Sus discípulos habrían guardado cualquier rito adelantado por 24 horas, y habrían sacrificado o comido el cordero pascual contra la convicción del pueblo o los sacerdotes en el día anterior. Lógicamente debemos asumir que los judíos de la época de Jesús todavía tenían la correcta comprensión de los tipos, y que las ceremonias se habían mantenido puras.

Hay otra pregunta que debemos hacernos. ¿Cuál fue el antitipo al cual el sacrificio y la comida del cordero pascual apuntaban? Hasta ahora, la doctrina siempre fue que el antitipo del sacrificio y de la comida del cordero pascual habrían sido la muerte de Jesús en la cruz alrededor de la hora novena. Pero eso no corresponde en este nuevo ordenamiento de los acontecimientos. Por lo tanto, tenemos que corregir nuestro diagrama original de los acontecimientos de la Pascua en relación con los sufrimientos y las acciones de Cristo, tal como entendemos el proceso ahora.

Ahora vemos cuales ritos ceremoniales corresponden efectivamente con las acciones reales y sufrimientos de Cristo:

La verdadera Pascua

Tres eventos y acciones concuerdan con precisión:

1. La cena de la pascua de los judíos y la cena de la pascua de Jesús con sus discípulos. Por lo tanto, la hora de comer el cordero de la pascua no marca directamente la muerte de Jesús en la cruz, sino otro importante acontecimiento: la institución de la Santa Cena. El cuerpo del cordero de la pascua simboliza el pan, el cuerpo de Cristo, que pronto sería sacrificado. Y la sangre del cordero de pascua simboliza el vino, la sangre de Jesús, que pronto iba a ser derramada por nosotros.

Una vez más, esta opinión es plenamente confirmada por Elena de White. Comencé esta segunda parte de la serie de las sombras con una cita apropiada de ella en el artículo anterior, para mostrar cuán rápido pasamos los textos y no los entendemos correctamente:

Estos símbolos se cumplieron no sólo en cuanto al acontecimiento sino también en cuanto al tiempo. El día 14 del primer mes de los judíos, el mismo día y el mismo mes en que quince largos siglos antes el cordero pascual había sido inmolado, Cristo, después de haber comido la pascua con sus discípulos, estableció la institución que debía conmemorar su propia muerte como “Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo.” En aquella misma noche fue aprehendido por manos impías, para ser crucificado e inmolado. Y como antitipo de la gavilla mecida, nuestro Señor fue resucitado de entre los muertos al tercer día, “primicias de los que durmieron,” cual ejemplo de todos los justos que han de resucitar, cuyo “vil cuerpo transformará” y hará “semejante a su cuerpo glorioso.” (1 Corintios 15:20; Filipenses 3:21, V.M.) Asimismo los símbolos que se refieren al segundo advenimiento deben cumplirse en el tiempo indicado por el ritual simbólico. {CS 450,451}

Ella dijo que esto habría sido el mismo día en que durante 1.500 años el cordero de pascua había sido inmolado. ¿Qué calendario de referencia utiliza ella aquí? Ciertamente no el de los judíos. Ella habla a nosotros y no a los judíos. Aquí ella hace uso de nuestra comprensión de los días y utiliza su propio sistema de referencia. Definitivamente el 14 de Nisán judío comenzó el jueves por la noche y los corderos habían sido sacrificados en la tarde del jueves. Para Elena de White y para nosotros este es el mismo día y Jesús instituyó la fiesta de la Santa Cena exactamente en el inicio del 14 de Nisán judío. ¡Todo está en armonía!

2. El mecer de la gavilla de las primicias coincidió con la resurrección de Jesús en el primer día de la semana. Elena de White también confirmó esta concordancia del tipo con su antitipo en la cita anterior: Y como antitipo de la gavilla mecida, nuestro Señor fue resucitado de entre los muertos al tercer día, “primicias de los que durmieron,” cual ejemplo de todos los justos que han de resucitar, cuyo “vil cuerpo transformará” y hará “semejante a su cuerpo glorioso.” (1 Corintios 15:20; Filipenses 3:21, V.M.) {CS 450,451}

De esta manera, Jesús cumplió Su propia profecía, como Él dijo que sería capaz de reconstruir el templo en tres días. Él habló acerca del templo de Su cuerpo:

que dijeron: Este dijo: Puedo derribar el templo de Dios, y en tres días reedificarlo. (Mateo 26:61)

El cálculo del tiempo de los judíos fue inclusivo. Es decir, aun si sólo una pequeña parte de un día era tocada, todo el día era contado. Jesús murió en la cruz a la hora novena (alrededor de las 15:00 horas) del viernes. Esto fue el 14 de Nisán. El primer día del templo “derribado”. Descansando de Sus obras en la tierra, Jesús pasó todo el sábado, 15 de Nisán, en la tumba. ¡El Creador del universo descansó una vez más en el día de reposo del séptimo día de Su obra! En esta ocasión, se trataba de un “día de reposo de gran solemnidad” (Juan 19:31), debido a que el sábado ceremonial del primer día de los panes sin levadura cayó exactamente en el sábado del séptimo día. Este fue el segundo día del templo “derribado”. Pero Jesús descansó casi toda la noche del 16 de Nisán hasta el amanecer. Se levantó en la hora más oscura antes del amanecer. Este fue el primer día de la semana (domingo) como se ha mencionado varias veces en la Biblia. Y porque una parte de otro día fue tocado, este medio día cuenta como el tercer día del templo “derribado”.

A menudo me preguntan lo que significa que Jesús pasó tres días y tres noches en el corazón de la tierra, como Jonás en el vientre de la ballena...

Porque como estuvo Jonás en el vientre del gran pez tres días y tres noches, así estará el Hijo del Hombre en el corazón de la tierra tres días y tres noches. (Mateo 12:40)

Por favor, eche un vistazo de cerca al diagrama anterior. En la noche del 14 de Nisán, el sufrimiento de Jesús comenzó. Después de la cena de la pascua, se fue con sus discípulos al huerto de Getsemaní, y tomó sobre sí nuestros pecados. Esto Él comparó proféticamente con estar en el vientre de la ballena, en la cual Jonás fue separado de cualquier comunión con Dios o el hombre, sintiendo la gran carga del pecado. Hasta cierto punto, Jonás había sido metido en la oscuridad por la carga del pecado. Así también Jesús. Esta fue la primera noche en el corazón de la tierra de Jesús. Entonces llegó el día del 14 de Nisán. Los tribunales de la noche habían sido seguidos por los tribunales del día, los golpes, los insultos, pero la mayor carga de todos habían sido nuestros pecados. Él soportó todo por nosotros, incluso la crucifixión y la muerte. Este fue el primer día en el corazón de la tierra. Entonces, Jesús descansó literalmente en el corazón de la tierra en la tumba, otra noche (noche 2, 15 de Nisán), otro día (día 2, 15 de Nisán) y otra noche (noche 3, 16 de Nisán) hasta que se levantó justo antes de la mañana del 16 de Nisán. Para el cumplimiento todavía faltaba un día. Jesús le dijo a María Magdalena a lado de la tumba cuando ya era de día:

No me toques, porque aún no he subido a mi Padre; mas ve a mis hermanos, y diles: Subo a mi Padre y a vuestro Padre, a mi Dios y a vuestro Dios. (Juan 20:17)

El Espíritu de Profecía nos explica en El Deseado de todas las Gentes en la página 790:

Y María se fue a los discípulos con el gozoso mensaje. Jesús se negó a recibir el homenaje de los suyos hasta tener la seguridad de que su sacrificio era aceptado por el Padre. Ascendió a los atrios celestiales, y de Dios mismo oyó la seguridad de que su expiación por los pecados de los hombres había sido amplia, de que por su sangre todos podían obtener vida eterna. El Padre ratificó el pacto hecho con Cristo, de que recibiría a los hombres arrepentidos y obedientes y los amaría como a su Hijo. Cristo había de completar su obra y cumplir su promesa de hacer “más precioso que el oro fino al varón, y más que el oro de Ophir al hombre.” Isa 13:12 En cielo y tierra toda potestad era dada al Príncipe de la vida, y él volvía a sus seguidores en un mundo de pecado para darles su poder y gloria. {DTG 734}

Los servicios de sufrimiento de Jesús no terminaron antes de que Él hubiera ascendido al cielo en la mañana del primer día de la semana y llevara todo el peso del pecado de la humanidad hacia el santuario celestial, y lo rociara en la cortina del santuario. Luego, Él estaba preparado para recibir la confirmación de Su Padre que Su sangre había sido aceptada. Fue así liberado de la carga del pecado y estaba seguro de que Su misión había tenido éxito. El faltante tercer día fue la breve visita de Jesús a Su Padre en el cielo antes de regresar a la tierra para permanecer otros 40 días con los discípulos hasta que pudiera ascender al cielo, en última instancia, e interceder allí por nosotros como nuestro Sumo Sacerdote hasta Su segunda venida.

Muchos se preguntan por qué el santuario celestial tendría que ser limpiado desde 1844. Ellos piensan que nunca fue contaminado. La exacta comprensión de los tipos y los antitipos nos lleva ahora al descubrimiento de cuándo exactamente fue el momento cuando el santuario celestial fue contaminado con todos los pecados de la humanidad, ya sean pasados o futuros: Poco después de la resurrección, Jesús llevó los pecados allí y “contaminó” el santuario para que Él pudiera más tarde (a partir de 1844) iniciar el ministerio de la reconciliación por nuestros pecados en el Día del Juicio Celestial y limpiar la cortina del templo de todos nuestros pecados.

Y una vez más vemos cuán exacto es el calendario de Dios en relación con el cumplimiento de los tipos y antitipos. La gavilla de las primicias no se meció antes del amanecer en el templo, sino en el transcurso de la mañana. Así que, cuando decimos que la resurrección de Jesús fue simbolizada por la gavilla mecida, es sólo correcto a medias porque así no se cumplió el tipo completamente. Jesús es la primicia de todos los resucitados y Él tenía que presentarse ante el Padre en el santuario celestial para recibir la aprobación de Su obra. Se había negado a ser tocado por María Magdalena poco después del amanecer, pero más tarde en el día se lo permitió a los apóstoles. La diferencia fue que Él ya había aparecido ante el Padre: la primicia de todos había sido recibida por el Padre que está en la sala del trono del santuario celestial. Esto es lo que la presentación de la gavilla de las primicias precisamente simboliza, y así se cumplió la profecía de los tres días y tres noches en el corazón de la tierra. Era la pasión entera de Jesús desde Getsemaní hasta la aprobación final de Su sacrificio por el Padre.

3. La crucifixión de Jesús coincidió con el sacrificio diario de la ofrenda de la tarde. Como he dicho antes, era imposible que el viernes hubiera sido el día de la preparación para la pascua, ya que, si el día de la preparación para el sábado y el día de la preparación para la pascua coincidían, los horarios de los sacrificios eran cambiados de tal manera que, en la hora novena, el sacrificio diario no se llevaba a cabo. Según la Mishná (Pesahim 5:1), en este caso, el sacrificio de la tarde se habría producido ya entre las 12:30 (sacrificio) y 13:30 (ofrenda) y en este caso tendríamos un problema con el siguiente pasaje de “El Deseado de todas las Gentes”:

Cuando los labios de Cristo exhalaron el fuerte clamor: “Consumado es,” los sacerdotes estaban oficiando en el templo. Era la hora del sacrificio vespertino. Habían traído para matarlo el cordero que representaba a Cristo. Ataviado con vestiduras significativas y hermosas, el sacerdote estaba con cuchillo levantado, como Abrahán a punto de matar a su hijo. Con intenso interés, el pueblo estaba mirando. Pero la tierra tembló y se agitó; porque el Señor mismo se acercaba. Con ruido desgarrador, el velo interior del templo fue rasgado de arriba abajo por una mano invisible, que dejó expuesto a la mirada de la multitud un lugar que fuera una vez llenado por la presencia de Dios. En este lugar, había morado la shekinah. Allí Dios había manifestado su gloria sobre el propiciatorio. Nadie sino el sumo sacerdote había alzado jamás el velo que separaba este departamento del resto del templo. Allí entra una vez al año para hacer expiación por los pecados del pueblo. Pero he aquí, este velo se había desgarrado en dos. Ya no era más sagrado el lugar santísimo del santuario terrenal.

Todo era terror y confusión. El sacerdote estaba por matar la víctima; pero el cuchillo cayó de su mano enervada y el cordero escapó. El símbolo había encontrado en la muerte del Hijo de Dios la realidad que prefiguraba. El gran sacrificio había sido hecho. Estaba abierto el camino que llevaba al santísimo. Había sido preparado para todos un camino nuevo y viviente. Ya no necesitaría la humanidad pecaminosa y entristecida esperar la salida del sumo sacerdote. Desde entonces, el Salvador iba a oficiar como sacerdote y abogado en el cielo de los cielos. Era como si una voz viva hubiese dicho a los adoradores: Ahora terminan todos los sacrificios y ofrendas por el pecado. El Hijo de Dios ha venido conforme a su Palabra: “Heme aquí (en la cabecera del libro está escrito de mí) para que haga, oh Dios, tu voluntad.” “Por su propia sangre [él entra] una sola vez en el santuario, habiendo obtenido eterna redención.” Heb 10:7; 9:12. {DTG 704,705}

Este viernes, el 25 de mayo el 31 d.C., fue un día de preparación normal para el sábado durante las fiestas de la primavera y el 14 de Nisán. No coincidió con los preparativos de la pascua que tenían que hacerse siempre en el 13 de Nisán, como yo espero haber demostrado en este artículo. Esta declaración de Elena G. de White es verdadera y otra vez concuerda exactamente con los hechos reales. Jesús murió en la novena hora, y esto fue exactamente el tiempo del degollamiento del sacrificio vespertino diario. Ahora queda claro que el cordero pascual no era el símbolo directo de la muerte de Jesús en la cruz, sino el cordero del sacrificio diario que tenía que ser ofrecido por los pecados del pueblo. El sistema de sacrificios mismo fue abolido por completo por la muerte de Jesús en la cruz. La cortina se rasgaba en dos, destruida por la mano de Dios Padre mismo desde arriba. Tipo y antitipo de una profecía que había existido por cuatro milenios se habían encontrado y así se cumplió esta profecía. El sacrificio diario ya no era necesario.

En el próximo artículo, voy a explorar otros aspectos importantes de esta solución del problema de las dos pascuas y voy a responder a un contraataque de los guardianes del sábado lunar en contra de mis estudios...

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