El Último Conteo

Primera publicación el lunes, 27 de septiembre de 2010, 21:16 en alemán en www.letztercountdown.org

La primavera dura tres meses

Después de todas las muchas páginas que he podido leer en Internet en varios sitios web y en nuestro Comentario Bíblico, me di cuenta de que al parecer nadie había considerado la posibilidad de que la Pascua podría haber caído en mayo del año 31 d.C. La primavera dura siempre tres meses y no sólo dos, ¿verdad?

Entonces, ¿por qué no lo hicieron? Porque todos los “eruditos” siempre asumen que la Pascua solamente puede ser celebrada en marzo o abril. Pero ¿es esto realmente así? Antes de que yo analizare este asunto en profundidad, vamos a calcular lo que habría sucedido si la Pascua del año 31 d.C. hubiera sido determinada de acuerdo con la luna PC de mayo, ¿de acuerdo?

Redshift y Accurate Times nos dicen que la luna nueva de mayo de 31 d.C. cayó en el día 10.

Ahora, vamos a buscar juntos la primera luna creciente. En primer lugar, el 10 de mayo:

Visibilidad de luna 31 05 10

No, no fue visible. ¡Azul!

Ahora el 11 de mayo 31 d.C.:

Visibilidad de luna 31 05 11

Sí, ¡lo hemos encontrado! Israel está cubierto de verde. Ésta fue la puesta del sol del viernes, 11 de mayo al sábado, 12 de mayo.

Así que, el 1° de Nisán habría caído en sábado, 12 de mayo de 31 d.C. y el 14 de Nisán habría sido el (12 + 13) 25 de mayo de 31 d.C.

De nuevo comprobemos con la calculadora del día de la semana en qué día de la semana la crucifixión de Cristo habría caído:

VIERNES, el 25 de mayo de 31 d.C.

¿Demasiado bueno para ser verdad?

Por desgracia, los cinco métodos previamente establecidos excluyen el mayo como potencial mes de la crucifixión. En la página web del oponente, la cual había sido enlazada por los caraítas, encontramos una pista que ellos pusieron allí sin querer. Allí somos atacados porque ellos estiman el 22 de octubre 1844 como fijado demasiado tarde y dicen que entonces hubiera sido necesaria una Pascua en mayo de 1844. Y sin más justificación, ellos simplemente descartan a mayo.

Averigüemos, cuándo la Pascua de 1844 habría caído de acuerdo con los cálculos astronómicos si nuestro 22 de octubre es correcto:

En un calendario lunar, busquemos la luna nueva del primer mes (Nisán) que corresponde a octubre (séptimo mes, Tishri). Esto fue el 17 de abril de 1844 a las 18:32 hora local de Jerusalén.

Busquemos la correspondiente luna PC:

Primero el 17 de abril de 1844:

Visibilidad de luna 1844 04 17

No, entonces el 18 de abril de 1844:

Visibilidad de luna 1844 04 18

¡Aún no encontrada! Entonces miremos el 19 de abril de 1844:

Visibilidad de luna 1844 04 19

Sí, aquí está. El 1° de Nisán había caído el 20 de abril de 1844.

La calculadora del día de la semana nos lleva a una Pascua el viernes (!), 3 de mayo de 1844.

Todo el adventismo se basa pues en una fiesta de Pascua muy tarde, en mayo. Y en 166 años, ¿nadie tenía ni siquiera la idea de comprobar el mayo de 31 d.C. si la crucifixión pudiera haber caído en un viernes?

No, eso no es exactamente así, ¡porque de verdad hubo UNO quién realmente lo hizo de esta manera!

Y no era menos que nuestro pionero Samuel P. Snow, ese adventista que fue el primero en calcular correctamente nuestro 22 de octubre 1844 y predicó esta fecha en todas partes. Había sido un estudiante de Miller, y más tarde fue el iniciador del “Movimiento del Séptimo Mes”, que entendemos como el mensaje del segundo ángel del verano de 1844.

Él escribió en 1845, cómo podía demostrar que Jesús fue crucificado en mayo del año 31 d.C.:

Pero veamos si no lo fue en 31 d.C. En primer lugar, debemos entender y recordar, que la Pascua siempre estaba en el día en que la luna llegó a estar llena, o al día siguiente. ...

Así que hemos descubierto, que en el año 33 d.C., la luna llena cayó el 3 de abril. Desde una luna llena a otra pasan aproximadamente 29,5 días. La Pascua caraíta en ese año tendría que ser el día 3 de mayo. Por causa que los meses lunares se retrasan cada año solar por 11 días, entonces, calculando hacia atrás desde el año 33 d.C. al año 31 d.C., debemos adicionar 11 días para cada año, resultando para los dos años en 22 días. Vemos entonces, por cuanto que en el año 33 d.C. la luna llena cayó el 3 de mayo, que ella había caído en 31 d.C., el 25 de mayo. El verdadero día de la Pascua, por lo tanto, debe haber sido el 25 o 26 de mayo de ese año.

Ahora nuestro “pionero del 22 de octubre 1844” consulta a una tabla de otro autor con el fin de calcular el día de la semana e inmediatamente comete un pequeño error porque ésta tabla ya contenía este pequeño error:

Una vez más, en el apéndice de “La Colocación del Nuevo Testamento” [The Arrangement of the New Testament] de Townsend se encuentra una tabla muy precisa, mostrando el tiempo de la ocurrencia de la Pascua (de acuerdo con los judíos rabínicos) durante la vida de nuestro Salvador. Esa tabla muestra para el año 31 d.C., el martes, 25 de abril. Asumiendo esto como siendo indudablemente correcto, descubriremos que los 29,5 días, los cuales corresponden a un mes lunar, se extienden al jueves, 25 de mayo.

Hoy en día sabemos - y ustedes pueden comprobarlo a través de muchos programas – que el 25 de abril del año 31 d.C. no fue un martes sino un miércoles, y el 25 de mayo no fue jueves, sino ya el deseado viernes. Snow ya había encontrado la fecha correcta, pero erróneamente creyó debido al error de la tabla que sería un jueves. Porque Snow quería llegar a un viernes, tuvo que encontrar una explicación de que la Pascua que él había calculado perfecta y precisamente cayó un día después, no en jueves, sino en viernes que él supuso de ser el 26 de mayo:

Y por causa que hay un pequeño exceso de tiempo sobre los 29,5 días en un mes lunar, y también sobre los 11 días por año en la precesión de los cambios de la luna, llegó a estar llena en la última parte del día. Por consiguiente, la Pascua cayó al día siguiente, que fue viernes. Llegamos entonces, a la conclusión, que nuestro Señor fue crucificado, en viernes, 26 de mayo, 31 d.C.

Todo esto se puede leer en un documento en la plataforma de documentos Scribd, páginas 186 y 187.

El autor de ese documento, en lo que encontré la cita de Snow, es un defensor de una opinión particular sobre el curso de los eventos del año 31, la cual analizaremos más adelante en la segunda parte de la serie de las sombras. Pero su comentario añadido a las declaraciones de Samuel Snow contiene algunas verdades, porque él escribió:

Hay varios errores en las declaraciones [de Snow], porque él estaba basándose en datos erróneos. Él no tuvo los recursos que tenemos hoy. Por ejemplo, el 25 de abril es miércoles y el 26 de mayo es sábado. Probablemente él [Snow] llegó a una conclusión errónea por causa de esto.

No, las conclusiones de Snow habían sido perfectamente correctas y él no solamente había encontrado el día exacto del inicio del juicio investigador en 1844, sino también fue el primero en saber la fecha exacta de la crucifixión de Jesús. Por desgracia, estaba equivocado por un solo día debido a un error de la tabla. Esto es realmente disculpable teniendo en cuenta los recursos de esa época. Si su tabla hubiera sido correcta, hubiera llegado a la misma conclusión que nosotros, es decir, que Jesús fue crucificado en la siguiente fecha:

El viernes, 25 de mayo de 31 d.C.

Ahora es muy probable que nuestro “Jerushah” está en apuros, así como los guardadores de los sábados lunares, porque la voz de Samuel Snow pesa más que la voz de John Scotram, ¿no es cierto?

¿Qué calendario fue utilizado por Snow?

Muchos creen que Snow había calculado con el calendario caraíta porque él lo menciona así. Pero los caraítas mismos niegan fervientemente en su página web que los adventistas habrían usado el calendario caraíta.

¿De dónde viene esta nueva confusión? Es debido a que los caraítas en 1860 también hicieron una reforma del calendario. Anteriormente, ellos observaron la Pascua casi siempre un mes más tarde que los judíos rabínicos y a partir de 1860 comenzaron a tener la Pascua igual que ellos, y eso significa un mes demasiado temprano. En la actualidad, ¡los caraítas ya no determinan el comienzo del año como los caraítas antes de 1860!

Intentamos comprender que Snow, nosotros, y los caraítas, todos tenemos el mismo objetivo. Queremos entender el calendario otra vez de la manera como fue guardado por el Israel bíblico. Sin embargo, tenemos el gran problema que este conocimiento se había perdido y que la Biblia no nos dice precisamente, cuándo el año judío comenzó. Dios habla sólo sobre el mes de “Abib” y eso significa madurez. Ni siquiera dice qué fruta o cereal debe estar maduro. Los caraítas asumen la cebada, porque es el primer cereal en el año que se madura. Y los caraítas desde 1860 lo asumen correcto para buscar la cebada ya en la luna nueva del marzo, aún si cae antes del equinoccio primaveral. Entonces, ¿por qué los judíos caraítas antes de 1860 observaron la Pascua un mes más tarde que los judíos rabínicos?

Muchas hipótesis y preguntas, pero nadie lo sabe a ciencia cierta. Pero ahora, con nuestro conocimiento acerca de la fecha real de la crucifixión del Señor, vamos a intentar de averiguar, cómo funcionó el calendario verdadero de Dios.

Debido a nuestras consideraciones y cálculos, no es razonable suponer que el antiguo calendario judío estuvo basado en lunas nuevas astronómicas. Por lo tanto, podemos con certeza excluir los métodos 1 y 2.

Los que quedan, son los métodos con la luna PC más cercana al equinoccio de la primavera, la luna PC después del equinoccio vernal, y la solución caraíta, (¿Pero cuál; el método antes o después de 1860?)

Ahora sugiero que examinemos cómo podríamos llegar al 25 de mayo del año 31 d.C., y de ese modo combinar los diferentes métodos y documentar todos los resultados.

Método 3 nos llevó al miércoles, 14 de marzo de 31 d.C., como el 1° de Nisán por la luna PC que fue la más cercana al equinoccio de la primavera. Esto resultó en una Pascua el martes, 27 de marzo de 31 d.C. Si combinamos el método 3 con el método 5, la investigación caraíta, si antes del 14 de marzo (que sería demasiado temprano) ya se encontró la cebada madura en los campos, llegamos máximamente al mes siguiente, y así a la fecha de la Pascua, que calculamos en el método 4. Esto fue el miércoles, 25 de abril de 31 d.C. Por lo tanto, es imposible llegar al 25 de mayo de 31 d.C. combinando el método 3 con el método 5 de los caraítas.

La combinación del método 3 con el método 4 es imposible ya que son mutuamente excluyentes.

Ahora combinemos el método 4 con el método 5 de los caraítas. La primera luna PC después del equinoccio de la primavera era visible al atardecer del 11 de abril, y, por lo tanto, el 1° de Nisán cayó el 12 de abril de 31 d.C. La Pascua correspondiente habría sido como arriba en el 25 de abril 31 d.C. Pero ahora vamos a suponer que los judíos hicieron adicionalmente el chequeo caraíta de la cebada y no pudieron encontrar la cebada madura antes del 12 de abril de 31 d.C. Así que, abril habría sido descartado como el comienzo del año y un decimotercer mes hubiera sido intercalado. Entonces, justo antes de la próxima luna nueva ellos habrían repetido la búsqueda de la cebada. La correspondiente luna PC había sido visible al atardecer del 11 de mayo y esto nos lleva exactamente a nuestra fecha de la crucifixión, el viernes, 25 de mayo de 31 d.C.

Por lo tanto, podemos afirmar que, de acuerdo con nuestros resultados anteriores, el método 1, el método 2, y el método 3 están completamente descartados. Lo que nos llevó al correcto resultado fue una combinación de la luna PC después del equinoccio vernal y la búsqueda de la cosecha de cebada caraíta para determinar sí un decimotercer mes tuvo que ser guardado o no.

Esto corresponde a la combinación de las opiniones de grandes grupos de académicos, porque muchos ven con claridad que los judíos introdujeron el calendario de Hillel II recién siglos más tarde y usaron antes y más probablemente la luna PC después del equinoccio primaveral. Sin embargo, lo que les falta es la búsqueda caraíta de la cosecha de la cebada, y, por lo tanto, también este gran grupo está parcialmente en lo correcto. La solución no radica en un método que yo hubiera inventado por mi imaginación, sino tiene su fundamento en dos doctrinas importantes en combinación.

¿Hay otras pistas que nos confirman que esto es cierto?

Sí, una que encontramos a través de la reflexión, una que nos da Jesús en la Biblia, y una confirmación maravillosa a través de sueños, los cuales Jesús da a un hombre que no puede interpretar sus propios sueños.

1. A través de la reflexión

Pongámonos de nuevo en la época en que Dios dio a Moisés las instrucciones para guardar las fiestas. Eso fue al comienzo de la peregrinación en el desierto después del éxodo de Egipto.
Ahora pregúntense a sí mismos, cómo los israelitas pudieron haber determinado por 40 años en el desierto su año nuevo, donde fueron alimentados por el maná, no tenían la cebada y no se dedicaban a la agricultura. No había relojes, ni computadoras, ni se podía llamar al servicio de tiempo de la compañía telefónica. Difícil, ¿no?

De acuerdo con nuestros hallazgos anteriores, que nos explicaron cómo el verdadero calendario bíblico realmente funcionó, la más difícil tarea para los israelitas en ese tiempo habría sido la determinación del equinoccio primaveral. ¿Podían ellos realizarla?

Lo más probable es que esta pregunta debe ser contestada con un rotundo “sí”. Ellos habían sido esclavos durante 215 años en una tierra de un pueblo con una cultura que entendía mucho acerca de la observación solar debido a su religión de culto al sol, y los israelitas tenían un líder, Moisés, que había recibido una excelente educación en el palacio del faraón en todas estas cosas.

La determinación del equinoccio podía ser realizada teóricamente de dos maneras.

a) Por mediciones con el reloj de arena. Dado que los egipcios fueron los inventores del reloj de arena, como se cree comúnmente, es muy probable que los israelitas pidieron algunos de estos relojes de arena valiosos juntos con todos los otros “regalos” de sus amos egipcios antes de huir de Egipto. Así que, cuando los días se alargaban de nuevo, bastaba con medir la longitud del día y la duración de la noche con el reloj de arena, y si había un número igual de los pasos de reloj de arena había llegado el equinoccio

b) Mediante la medición de sombras. En Egipto, los obeliscos eran comunes, como manecillas de relojes del sol con largas sombras. A través de la longitud de la sombra del mediodía, el equinoccio puede ser fácilmente determinado. Por supuesto, usted no necesita tener un obelisco a la mano para hacerlo. Cualquier estaca verticalmente erigida hace lo mismo si sabes la relación de la longitud de la sombra en relación con la longitud de la estaca en el equinoccio.

Así que, cuando el equinoccio había llegado, ellos sólo tenían que buscar la próxima luna creciente y éste era el comienzo del primer mes Nisán.

Ahora vamos a comprobar nuestra reflexión.

¿Cómo podría haber funcionado si los israelitas guardaron el calendario con la luna PC más cercana al equinoccio primaveral? ¿Cómo podían ellos determinar, sin herramientas de cálculo astronómico, si una luna creciente, la cual apareció antes del equinoccio, sería más cerca de él, si ellos no podían saber antes del equinoccio en cuál día el caerá? ¡Imposible!

Para nosotros esto no es un problema. Pero en ese tiempo en el desierto era completamente imposible. Por ésta sola razón, podemos casi con toda seguridad descartar que el método 3 pudo haber sido usado en el antiguo Israel durante el vagar por el desierto; lo cual combina perfectamente con la información de los historiadores que este método fue introducido recientemente en el siglo 4 d.C. por el rabino Hillel, cuando ellos ya habían desarrollado mejores métodos de cálculo astronómico que 1.500 años antes de Cristo.

Por lo tanto, el verdadero calendario bíblico muy probablemente no está basado en la regla de la luna PC más cercana del equinoccio primaveral, sino en la luna PC que cae después del equinoccio vernal o sobre él.

Pero ¿qué pasa ahora con la prueba de la cebada?

Leemos una vez más atentamente las instrucciones que el Señor dio a Moisés en el desierto:

Habla a los hijos de Israel y diles: Cuando hayáis entrado en la tierra que yo os doy, y seguéis su mies, traeréis al sacerdote una gavilla por primicia de los primeros frutos de vuestra siega. Y el sacerdote mecerá la gavilla delante de Jehová, para que seáis aceptos; el día siguiente del día de reposo la mecerá. (Levítico 23:10-11)

Aquí podemos entender claramente que el decimotercer mes sobre la base de la prueba de la cebada (Abib) no ha sido introducido antes que los israelitas entraron en Canaán con Josué (véase Josué capítulo 5), aún si el calendario ya había sido explicado a Moisés en su totalidad 40 años antes.

Debemos imaginarnos que los israelitas en los 215 años de esclavitud habían olvidado todo lo que sabían antes sobre su calendario. Ellos habían adoptado por completo la cultura de los egipcios, cuyos días empiezan en la mañana al salir el sol en lugar de la puesta del sol; que determinaron su año de una manera completamente diferente y también sus meses. Por lo tanto, Dios guio a los israelitas poco a poco a volver al verdadero calendario divino. En primer lugar, les dijo de nuevo cuándo era el correcto comienzo del día. Luego vino el sábado y el día de la preparación. Entonces - como debemos asumir - el comienzo del año con el equinoccio primaveral. Y 40 años más tarde, la prueba de la cebada, cuando ya estaban viviendo en la Tierra Prometida.

Algo similar, podemos encontrar en el tiempo desde Elena G. de White hasta hoy. En primer lugar, José Bates reconoció el sábado y lo explicó a Elena de White y su esposo Jaime, quienes entonces empezaron en 1846 a guardar el sábado. Una fecha importante, que incluso es señalada en Orión (estrella del caballo blanco). Pero ellos comenzaron su día de reposo como José Bates a las 18:00 horas y aún no se había descubierto que el inicio del día era por la tarde al ponerse el sol. Esto debía ser descubierto recién 16 años después bíblicamente y luego fue confirmado por Elena G. de White en visión. Hoy en día, estamos empezando de nuevo a entender el verdadero calendario bíblico completo, porque vamos a entrar muy pronto una vez más en Canaán, esta vez en el verdadero, el celestial.

Pero ¿cuál es la verdadera razón por la que hemos aprendido recién en este momento a comprender el verdadero calendario bíblico por la fecha exacta de la crucifixión de Jesús? ¿Qué quiere Jesús decirnos?

¿Es esto - como afirman los guardianes del sábado lunar - la amenaza de que Benedicto XVI podría introducir, tal vez en 2012, un calendario nuevo mundial, que luego cambiara, por primera vez en la historia del mundo, el ciclo de los días de la semana así que nuestro Sábado del séptimo día cada año (o cada seis meses en los años bisiestos) avanzara a un día diferente de la semana? En ese caso, ¿ya no seríamos capaces de contar del uno al siete? ¿Tendríamos entonces que cambiar a la observación de la luna creciente para conocer el verdadero día de reposo? ¿Y cómo sabríamos cuándo la luna creciente era visible en Jerusalén, si todas nuestras líneas de Internet habrían sido cerradas porque ya no podríamos comprar ni vender?

Les daré una “tabla de sobrevivencia” para los verdaderos adventistas del séptimo día, para que no sea necesario para ustedes cambiar a la observación lunar, que llevaría automáticamente al sábado equivocado. Esta pequeña tabla puede ser aprendida de memoria y la preparé para los próximos 5 años. O simplemente recuerdan que, en los años bisiestos, los días de la semana avanzan al próximo día de la semana después del 30 de junio, y cada año en el “Día Mundial”, el 30 de diciembre. Esto es, de todos modos, mejor que la observación de la luna para fijar cada mes el sábado a un día equivocado. Por cierto, ¿qué hacen los guardadores del sábado lunar, si son echados en la cárcel y no pueden ver la luna? Sólo tenemos que reflexionar para darnos cuenta de que todo esto es pura tontería.

“Tabla de Sobrevivencia” para verdaderos adventistas del séptimo día, en caso de la introducción del “calendario benedictino” en el año 2012:

Fecha bene­dic­tinaDía de la semana del verdadero sábado
Hasta el 30 de junio de 2012 Sábado (como somos acos­tum­bra­dos)
Desde el 1 de julio de 2012 Viernes
Desde el 1 de enero de 2013 Jueves
Desde el 1 de enero de 2014 Miércoles
Desde el 1 de enero de 2015 Martes

La verdadera razón por la cual Jesús permite que estamos tan fuertemente enfrentados con estas cuestiones y que a Satanás se le permita iniciar un ataque importante contra nosotros por la “reforma del sábado” de los guardadores del sábado lunar, de modo que uno ya se enferma sólo escuchando sobre “estudios de las fiestas”, es que Jesús selló un maravilloso mensaje en los días festivos de la Biblia para los últimos días que le gustaría mostrarnos en este momento. Él quiere que reflexionemos sobre estos temas y, por tanto, permite que el calor bajo nuestro crisol este un poco incrementado.

Satanás está decidido a impedir que se conozca el verdadero significado de los sábados ceremoniales y posiciona artillería pesada en forma de doctrina del sábado lunar y nos quiere apartarnos de descubrir el mensaje de Jesús. Esto entendí muy claro por este estudio. Sólo si Satanás da una explicación incorrecta para la comprensión renovada del calendario bíblico, la verdadera explicación puede permanecer oculta a los ojos de los adventistas del séptimo día.

Lo malo y triste es, que aquellos adventistas que se creen firmes en sus raíces en el verdadero sábado del séptimo día tiran a un lado estos temas y simplemente dan por resuelto el tema completamente, así que pierden el mensaje de Jesús, porque no quieren contemplar estas cuestiones. Como veremos en la tercera parte, el mensaje es realmente una cuestión de sobrevivencia para nosotros como pueblo de Dios.

Por favor, reconsideren las palabras de Elena de White en la introducción a la serie de las sombras:

El significado del sistema de culto judaico todavía no se entiende plenamente. Verdades vastas y profundas son bosquejadas por sus ritos y símbolos. El Evangelio es la llave que abre sus misterios. Por medio de un conocimiento del plan de redención, sus verdades son abiertas al entendimiento. Es nuestro privilegio entender estos maravillosos temas en un grado mucho mayor de lo que los entendemos. Hemos de comprender las cosas profundas de Dios. Los ángeles desean contemplar las verdades reveladas a las personas que con corazón contrito están investigando la Palabra de Dios, y están orando para alcanzar más de la longitud y la anchura, la profundidad y la altura del conocimiento que sólo él puede dar. {Palabras de Vida del Gran Maestro, 103}

2. A través de Jesús y la higuera

En nuestra investigación, si hay otras indicaciones de que el calendario bíblico en la época de Jesús estaba aún en uso, como lo fue dado a Moisés por el mismo Jesús, ahora es el tiempo de dar la palabra a nuestro Señor mismo. Como ustedes verán, Él nos da en la Biblia una maravillosa respuesta a la pregunta buscada por mucho tiempo, en qué mes Le crucificaron.

Por la mañana, volviendo a la ciudad, tuvo hambre. Y viendo una higuera cerca del camino, vino a ella, y no halló nada en ella, sino hojas solamente; y le dijo: Nunca jamás nazca de ti fruto. Y luego se secó la higuera. Viendo esto los discípulos, decían maravillados: ¿Cómo es que se secó en seguida la higuera? (Mateo 21:18-20)

Cuando este evento se llevó a cabo en orden cronológico, se nos dice al comienzo del capítulo 21 de Mateo:

Cuando se acercaron a Jerusalén, y vinieron a Betfagé, al monte de los Olivos, Jesús envió dos discípulos, diciéndoles: Id a la aldea que está enfrente de vosotros, y luego hallaréis una asna atada, y un pollino con ella; desatadla, y traédmelos. (Mateo 21:1-2)

Pues, ya estamos en la semana de la crucifixión. El capítulo comenzó con Jesús entrando en Jerusalén el domingo antes de la crucifixión. Marcos nos da un poco más detalles sobre el evento importante:

Al día siguiente, cuando salieron de Betania, tuvo hambre. Y viendo de lejos una higuera que tenía hojas, fue a ver si tal vez hallaba en ella algo; pero cuando llegó a ella, nada halló sino hojas, pues no era tiempo de higos. Entonces Jesús dijo a la higuera: Nunca jamás coma nadie fruto de ti. Y lo oyeron sus discípulos. Vinieron, pues, a Jerusalén; y entrando Jesús en el templo, comenzó a echar fuera a los que vendían y compraban en el templo; y volcó las mesas de los cambistas, y las sillas de los que vendían palomas; y no consentía que nadie atravesase el templo llevando utensilio alguno. Y les enseñaba, diciendo: ¿No está escrito: Mi casa será llamada casa de oración para todas las naciones? Mas vosotros la habéis hecho cueva de ladrones. Y lo oyeron los escribas y los principales sacerdotes, y buscaban cómo matarle; porque le tenían miedo, por cuanto todo el pueblo estaba admirado de su doctrina. Pero al llegar la noche, Jesús salió de la ciudad. Y pasando por la mañana, vieron que la higuera se había secado desde las raíces. Entonces Pedro, acordándose, le dijo: Maestro, mira, la higuera que maldijiste se ha secado. Respondiendo Jesús, les dijo: Tened fe en Dios. (Marcos 11:12-22)

Marcos nos dice detalladamente que Jesús maldijo a la higuera, el lunes después de Su gloriosa entrada en Jerusalén y el martes ya se había marchitado. Todos sabemos que Jesús quiso dar una parábola para mostrar el estado de Su pueblo, la nación judía. Tenían muchas hojas (eran ostentosos), pero ellos no trajeron buenos frutos. Por lo tanto, su candelero pronto sería removido.

Pero hasta ahora, al parecer, nadie ha tenido la idea de leer aún más profundamente y descubrir otro mensaje en estos versos que nos revelan exactamente en cuál mes tuvo lugar la semana de la crucifixión.

Después de una vida como ingeniero en computación, hace cinco años me convertí en un agricultor de América del Sur, porque he seguido el llamamiento de Elena de White en obediencia a Dios para vivir una vida sencilla en el campo y para llevar el Evangelio a la población circundante. Tuve que aprender muchas cosas. Ha habido terribles decepciones de forma de tener que reconocer que ya no hay naturaleza intacta y que ha llegado a ser casi imposible operar hoy en día un pequeño proyecto agrícola sin una inversión de millones de dólares sólo para apoyar su propia familia. La vida de un agricultor a pequeña escala puede ser muy difícil. Cuando compré mi pequeño pedazo de tierra con un montón de rocas en una zona montañosa, porque estaba convencido después de muchas oraciones que Dios me había mostrado en forma milagrosa esta tierra con un pozo profundo perforado y un hermoso arroyo montañoso, no tenía ni idea de cuántas pruebas me esperaban. En el día de la compra del terreno llovió tan fuerte que el arroyo había crecido a un pequeño río y la superficie de carga de la camioneta del antiguo dueño de mi granja se llenó en pocos minutos hasta el borde con el agua de la lluvia. Yo no conocía de Alemania una lluvia tan fuerte.

Me dijeron que nunca el arroyo se había secado en los últimos 35 años y después de esta lluvia era fácil de creerlo. Más tarde conocí a mi esposa, la hija de un vecino de la primera familia que pude evangelizar y ella siempre me dijo que este arroyo actualmente siempre había sido un río, donde se podía pescar y sacar peces de hasta algunas libras de peso. Entonces comenzó la peor sequía que uno se puede imaginar. En 2005 dejó de llover alrededor de 3 meses después de que había comprado el terreno y me había mudado allí. A pesar de todas oraciones, no llovió de manera significativa por unos bíblicos tres años y medio y tuve que aprender lo que significaba el término “sequía”. Lágrimas, pérdidas, sufrimiento, y ver como todo muere a tu alrededor. En primer lugar, el “río que nunca se seca” se secó por completo. Después, mis queridos árboles frutales comenzaron a secarse, los cuales yo había comprado en centenares con mi tierra.

Regamos desde el pozo profundo, compramos una motobomba de agua con mayor capacidad, pero no pudimos salvar a todos los árboles en esos años. Mucho se perdió. De no muy lejos escuchamos los mugidos de las vacas de los vecinos que gritaban por sed, porque nadie aquí tiene un buen pozo como nosotros lo tenemos. Pero ellos no querían traer sus vacas a nuestra granja a pesar de que les ofrecimos el agua a los vecinos, porque la Iglesia Católica cercana había anunciado que nadie debe acercarse a nosotros porque nosotros éramos satanistas. Después de varios meses hubo silencio. El ganado de los vecinos había muerto. Sólo nuestras pocas vacas flacas, que yo había adquirido con el terreno todavía estaban vivas porque teníamos el agua y porque fuimos capaces de comprar alimento para el ganado de otras regiones con mis recursos, lo que en comparación fue imposible para las personas pobres a nuestro alrededor.

Pero el peor desafío para nosotros fue la lucha por la sobrevivencia de nuestros muchos árboles cítricos, mangos, papayos y guayabos. Cuando después de tres años y medio verdadera lluvia volvió a caer, yo había aprendido a observar cómo se puede reconocer en un árbol, si va a sobrevivir o secarse y aprendí también a examinar si un árbol va a dar fruto y si habrá muchos o sólo unos pocos. De hecho, es muy simple, pero para un “exoficinista” como yo, todo era nuevo.

Aprendí que hubo años en los que se podía esperar sólo pocos frutos y años en que había abundancia de fruta. Principalmente, esto depende de la cantidad de la lluvia, pero también de la edad de un árbol y otros factores, tales como la altitud del terreno. Puesto que estamos situado a unos 100 metros más alto que nuestro entorno, todo madura un poquito más tarde. Pero también tenemos frutos hasta finales del año. Sólo 100 m ya pueden hacer una diferencia de hasta un mes en el tiempo de la maduración.

No tenemos higos aquí, así que tuve que leer acerca de la higuera en internet y aprendí para mi asombro, que las higueras, en contraste a la mayoría de otros árboles, están desarrollando sus brotes y frutas antes del follaje. Así, una vez que la higuera tiene sus hojas, se puede esperar que también tenga frutos.

Jesús había inspeccionado el árbol y lo examinó si tenía frutas porque tenía hambre. Marcos nos dice que todavía no era el tiempo de los higos. El tiempo de higos en Israel es “desde finales de mayo hasta principios de octubre” (véase Plantas de Israel en alemán).

La mayoría de los eruditos toman Marcos 11:13 como una razón para excluir de que estaba a los finales de mayo cuando el Señor fue crucificado porque hubiera sido ya el tiempo de higos. Pero Elena de White, quien ha visto todo en visión, nos dice lo siguiente:

Toda aquella noche Jesús la pasó en oración, y por la mañana volvió al templo. Mientras iba, pasó al lado de un huerto de higueras. Tenía hambre y, “viendo de lejos una higuera que tenía hojas, se acercó, si quizá hallaría en ella algo; y como vino a ella, nada halló sino hojas; porque no era tiempo de higos.” No era tiempo de higos maduros, excepto en ciertas localidades; y acerca de las tierras altas que rodean a Jerusalén, se podía decir con acierto: “No era tiempo de higos.” Pero en el huerto al cual Jesús se acercó había un árbol que parecía más adelantado que los demás. Estaba ya cubierto de hojas. Es natural en la higuera que aparezcan los frutos antes que se abran las hojas. Por lo tanto, este árbol cubierto de hojas prometía frutos bien desarrollados. Pero su apariencia era engañosa. Al revisar sus ramas, desde la más baja hasta la más alta, Jesús no “halló sino hojas.” No era sino engañoso follaje, nada más. {El Deseado de Todas las Gentes, 534}

La declaración de Marcos se refería a la zona donde ellos caminaron, las “tierras altas” de Jerusalén. Pero el hecho más importante es que ella dice, “excepto en ciertas localidades”. Por lo tanto, sin duda ya era el tiempo de higos en algunas zonas de Israel, y el tiempo más temprano que he podido encontrar en toda la literatura es en ninguna parte de todo Israel antes del fin de mayo.

También es muy interesante cómo ella describe la flora en el momento de la entrada de Jesús a Jerusalén:

Fue en el primer día de la semana cuando Cristo hizo su entrada triunfal en Jerusalén. Las multitudes que se habían congregado para verle en Betania le acompañaban ansiosas de presenciar su recepción. Mucha gente que iba en camino a la ciudad para observar la Pascua se unió a la multitud que acompañaba a Jesús. Toda la naturaleza parecía regocijarse. Los árboles estaban vestidos de verdor y sus flores comunicaban delicada fragancia al aire. Nueva vida y gozo animaban al pueblo. La esperanza del nuevo reino estaba resurgiendo. {El Deseado de Todas las Gentes, 523}

Esta es una clara indicación de que estamos de acuerdo con la altitud de Jerusalén ya en el medio hasta fines de mayo, porque los árboles en Israel reciben su follaje recientemente en abril y en las tierras altas, incluso algún tiempo después, medio hasta finales de mayo. La única excepción es la floración de la almendra, pero esta ya es en febrero y por lo tanto excluida de todos modos.

La historia de la higuera que se secó contiene en mi opinión un indicio de que un decimotercer mes se había intercalado en el año viejo. ¿Por qué? Yo no soy un experto acerca de higueras, pero como he dicho, he aprendido en tres años y medio de sequía cómo evaluar si un árbol se secará o no. Pero para que un árbol se seque, mientras ya tiene todo su follaje y todo haya florecido en la primavera alrededor, debe haber habido una sequía antes. Muchos árboles que mueren después de grandes sequías desarrollan excesivo follaje como estando en pánico. Es el último aliento del árbol antes de su muerte. Entonces el fin llega muy rápidamente. Eso puede haber sido reconocido por Jesús. No creo que Él realmente hubiera utilizado Su poder divino para maldecir el árbol que Él mismo creó, ni siquiera para usarlo como una parábola para Su pueblo perdido. Pero es posible que este árbol estaba justo en el límite de sus fuerzas después de una sequía que ahora ya había terminado, pero dejó sus huellas en este árbol. Por lo tanto, el árbol no podía haber desarrollado sus frutas antes del follaje. Esta sequía también podría haber influido negativamente la cosecha de cebada y causado que un decimotercer mes tenía que ser guardado, hasta que la cebada madura estuviera disponible para la fiesta de las primicias.

Lastimosamente no soy productor de jugo de uva, pero tal vez alguien puede verificar un día, en cuál mes una vid floreciente puede ser vista en las tierras altas alrededor de Jerusalén, como Elena de White lo describe en “El Deseado de Todas las Gentes”:

Jesús y los discípulos iban hacia Getsemaní, al pie del monte de las Olivas, lugar apartado que él había visitado con frecuencia para meditar y orar. El Salvador había estado explicando a sus discípulos la misión que le había traído al mundo y la relación espiritual que debían sostener con él. Ahora ilustró la lección. La luna resplandecía y le revelaba una floreciente vid. Llamando la atención de los discípulos a ella, la empleó como símbolo. {El Deseado de Todas las Gentes, 628}

La vid se describe como “floreciente”, que apunta a una planta de la vid ya bien desarrollada. ¿No sería esto una buena oportunidad para una investigación adventista junto con nuestros hermanos en Israel?

Y una vez más nuestro Señor nos dice en la Biblia cuándo su crucifixión cayó en relación con las estaciones:

De la higuera aprended la parábola: Cuando ya su rama está tierna, y brotan las hojas, sabéis que el verano está cerca. Así también vosotros, cuando veáis todas estas cosas, conoced que está cerca, a las puertas. (Mateo 24:32-33)

La pequeña palabra “ya” deja claro que Jesús mostró a los discípulos una higuera que ya tenía una rama tierna en que brotaron las hojas. Esto también ocurrió en la semana de la crucifixión cuando Él dijo: “sabéis que el verano está cerca”. Si esto - como casi todo el mundo cristiano está asumiendo – habría sido pronunciado una semana antes del 25 de abril, ni siquiera el primer tercio de la primavera hubiera pasado, y faltarían aún dos meses o dos tercios de la primavera hasta los principios del verano.

Pero si Jesús dijo eso poco antes del 25 de mayo, entonces tiene sentido porque faltaba menos que un mes hasta el comienzo del verano.

Las muchas pistas que recibimos de Jesús en las Escrituras por las descripciones de la naturaleza en Sus maravillosas parábolas, las cuales están a su vez en consistencia con las descripciones de Elena de White, dejan en claro para nosotros que Jesús sufrió en la cruz en la etapa más hermosa de la primavera, cuando la naturaleza estaba en su mayor prosperidad y crecimiento. Esto demuestra una vez más en manera maravillosa, que el Salvador había realmente venido a Su pueblo para conducirlo a un verano exuberante de cosechas abundantes, pero Su pueblo no le reconoció y en lugar de esto lo crucificó.

Ojalá que esta vez reconozcamos que el tiempo ha llegado. Y como veremos, la fecha correcta de la crucifixión de Jesús y el verdadero calendario bíblico que hemos encontrado de nuevo, son las llaves para el entendimiento de las últimas profecías de la Biblia.

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