El Último Conteo

Primera publicación el miércoles, 2 de junio de 2010, 15:30 en alemán en www.letztercountdown.org

Estudiando el Reloj de Dios en Orión llegamos a entender mejor, cómo Dios guio y conservó a Su Iglesia los pasados 166 años en su viaje hacia el cielo, pero también aprendimos acerca de las inmensas pruebas que tuvo que pasar y como el barco de la Iglesia fue dañado cada vez más. Grandes arrecifes se levantaron contra la embarcación: La Primera Guerra Mundial en 1914, la cual dividió la Iglesia en dos partes. El régimen Nazi, que causó el otro zarandeo dentro de la Iglesia por diez años desde 1936. Esto nos enseña hoy día, que la Iglesia ASD en tiempos de crisis está más inclinada a conformarse con los gobernadores del mundo.

En 1986, Dios marcó un punto en la historia de Su iglesia, que muchos no pudieron identificar de inmediato, debido a que demasiadas enseñanzas falsas ya habían penetrado en la Iglesia. Estas doctrinas envolvieron en nieblas el juicio de muchos miembros. La Iglesia ASD llegó a un estado, en el cual se acercó al papado, incluso con regalos y, finalmente, comenzó a participar oficialmente en eventos ecuménicos en el ámbito público. ¿Quién puede imaginarse que la única “iglesia protestante consecuente” se arrodillase junto con el papa para rezar por la paz mundial, cuando según la Biblia, nunca existirá esa paz, e incluso el hablar sobre ella provocaría la destrucción de la humanidad?

... que cuando estén diciendo: “Paz y seguridad,” entonces la destrucción vendrá sobre ellos repentinamente, como dolores de parto a una mujer que está encinta, y no escaparán. (1 Tesalonicenses 5:3)

Por lo tanto, debemos preguntarnos, ¿Cómo pudimos llegar a ese punto? La separación de la iglesia en 1914, debido a las cuestiones de sí un cristiano puede participar en la guerra, y en qué medida el sábado en tal situación puede ser transgredido, e incluso la traición a sus hermanos cometida por algunos líderes de la iglesia en Alemania en los años bajo del régimen nazi; todos estos hechos horribles no debieran haber sido suficientes para que la Iglesia llegara al punto de “fornicar” a nivel mundial con el papado. Como Jesús lo expresó de la siguiente manera en el mensaje a la cuarta iglesia Tiatira, la cual coincide con el inicio del cuarto sello en 1986:

Pero tengo unas pocas cosas contra ti: que toleras que esa mujer Jezabel [la Iglesia Romana], que se dice profetisa [Vaticano], enseñe y seduzca a mis siervos a fornicar y a comer cosas sacrificadas a los ídolos. Y le he dado tiempo [las seis marchas alrededor de Jericó, véase Historia se Repite] para que se arrepienta, pero no quiere arrepentirse de su fornicación. He aquí, yo la arrojo en cama, y en gran tribulación [el tiempo de angustia] los que con ella adulteran, si no se arrepienten de las obras de ella. Y a sus hijos heriré con muerte [las siete plagas], y todas las iglesias sabrán que yo soy el que escudriña la mente y el corazón; y os daré a cada uno según vuestras obras [la segunda venida de Jesús]. (Apocalipsis 2:20-23)

Pero el sábado nunca fue abolido totalmente por la Iglesia a pesar de las transgresiones de los líderes de 18 países europeos en los sellos de 1914 y 1936. Los líderes de las Iglesias de Alemania y Austria, incluso se disculparon oficialmente en Mayo de 2005, porque la Iglesia había apoyado el régimen nazi durante los años bélicos de la Segunda Guerra Mundial y porque había participado en la persecución de los judíos a través de su comportamiento pasivo (véase Revista Adventista del octubre de 2005, página 14):

Europa: La Iglesia Adventista de Alemania y Austria pide perdón por actividades durante el nazismo

MARK A. KELLNER, director asistencial para noticias e información del departamento de la comunicación de la Conferencia General

Al cumplirse el 60º aniversario de la finalización de la Segunda Guerra Mundial, los líderes adventistas de Alemania y Austria han publicado una declaración donde afirman que “lamentan profundamente” cualquier participación de apoyo a las actividades nazis durante la guerra. Los organismos eclesiásticos “confiesan honestamente” la incapacidad de “seguir a nuestro Señor” al no proteger a los judíos y a otras minorías del genocidio, conocido comúnmente como Holocausto. Millones de personas perecieron como consecuencia de las atrocidades de la guerra, entre los que se encontraron más de 6 millones de judíos que fueron exterminados por las persecuciones nazis durante el período que abarcó de 1933 a 1945.

Esta declaración fue publicada inicialmente en el número de mayo de 2005 de “AdventEcho”, una revista mensual de la iglesia en idioma alemán, y también aparecerá en otras publicaciones alemanas, dijo el Pastor Günther Machel, presidente de la región eclesiástica adventista de Alemania Sur y uno de los tres firmantes de la declaración.

Una copia de la declaración fue enviada a Yad Vashem, la Autoridad de la Memoria de los Mártires y Héroes del Holocausto de Israel, añadió el Dr. Rolf Pöhler, un ex presidente de la región eclesiástica de Alemania Norte que en el presente colabora como asesor teológico de la región, y que participó de la confección del borrador de la declaración.

“Lamentamos profundamente que el carácter de la dictadura nacionalsocialista no haya sido captado a tiempo y con la claridad suficiente, y de que la naturaleza impía de la ideología nazi no haya sido identificada con claridad”, afirma la declaración en su traducción del alemán. La iglesia también dice lamentar “que en algunas de nuestras publicaciones... se hallaron artículos donde se glorificaba a Adolf Hitler y se aceptaba la ideología antisemita de una manera que hoy resulta increíble”.

Los líderes de la iglesia también expresaron sus disculpas porque “nuestro pueblo llegó a asociarse con el fanatismo racial, destruyendo las vidas y la libertad de 6 millones de judíos y representantes de las minorías de toda Europa”, y de que “muchos adventistas del séptimo día no compartieron las necesidades y el sufrimiento de sus conciudadanos judíos”.

Por, sobre todo, es de lamentar, indicó la declaración, que hubo congregaciones adventistas de Alemania y Austria que “excluyeron, separaron y abandonaron a feligreses... de origen judío de manera que fueron enviados a la prisión, al exilio o la muerte”.

Bajo diversos decretos raciales, algunas congregaciones adventistas expulsaron a miembros de origen judío. Uno de ellos, Max-Israel Munk, fue enviado por los nazis a dos campos de concentración. Munk sobrevivió y regresó a la iglesia después de la guerra, donde dijo que no quería actuar en contra de su congregación por la manera en que había sido tratado, afirma el Dr. Daniel Heinz, archivista adventista de la Universidad Friendensau y quien estudió las actividades adventistas durante el período nacionalsocialista.

Junto con el Pastor Machel, los otros líderes que firmaron la declaración fueron los Pastores Klaus-Jürgen van Treeck, presidente de la región Alemania Norte, y Herbert Brugger, presidente de la Iglesia Adventista de Austria. Pöhler y Johannes Hartlapp, historiador de la iglesia de Friedensau, realizaron el borrador en el que se basó la declaración. Las tres regiones eclesiásticas votaron a favor del texto final, dijo Pöhler.

En la declaración, los tres afirman que “la obediencia que debemos a las autoridades civiles no debe llevar a renunciar a las convicciones y valores bíblicos”, y afirmaron que, si bien Dios sólo puede juzgar las acciones de las generaciones pasadas, “en nuestros días, sin embargo, queremos asumir una postura decidida por el derecho y la justicia hacia todos los pueblos”.

En una entrevista telefónica, Brugger dijo que “nuestros miembros realmente apreciaron la publicación de este documento”.

Los miembros más jóvenes de nuestra iglesia, indicó, “apreciaron mucho” esta iniciativa. No se ha recibido la reacción de la comunidad judía de Austria, pero Brugger dijo que en Austria la iglesia adventista no es tan conocida como otros movimientos.

Al preguntársele cómo fue posible que una iglesia que considera el sábado como una de sus creencias fundamentales pudiera abandonar a otros guardadores del sábado durante la persecución, Brugger dijo creer que fueron consideraciones políticas y no teológicas las que pueden haber llevado a adoptar esta postura.

Durante la Primera Guerra Mundial, una parte de la Iglesia Adventista de Alemania sufrió una división, en oposición al servicio militar. Esto llevó a los nacionalsocialistas a que en 1936 proscribieran el así llamado “Movimiento de la Reforma”. Brugger dijo que el temor de que los nazis clausuraran los principales templos adventistas puede haber influido en las decisiones de los líderes.

“Creo que durante esa época los líderes de la iglesia temían perder el control de la iglesia y perder la iglesia porque las autoridades políticas ya habían... confundido nuestra iglesia con el movimiento de la Reforma”, explicó. “Creo que nuestros líderes tuvieron temor de perder el reconocimiento oficial de la iglesia, de manera que acaso no fueron tan fieles a nuestras creencias como hubiera sido necesario”.

Y añadió: “Fue más político que teológico, estoy seguro”.

El principal Templo Adventista de Alemania fue brevemente clausurado por los nazis, destaca Pöhler. Un rápido cambio al respecto por parte del régimen produjo alivio entre los adventistas, pero también un nivel de cooperación con el gobierno que se tornó malsano.

“No sólo nos mantuvimos en silencio, sino que también publicamos cosas que nunca deberíamos haber publicado. Publicamos ideas antisemitas que, desde nuestra perspectiva, no eran realmente necesarias”, dijo Pöhler en una entrevista telefónica. “Fuimos aún más lejos y publicamos cosas que eran realmente antisemitas. ... Salimos de la senda para mostrar que éramos leales al gobierno alemán nacionalsocialista”.

“Tuvimos que haber sabido que una declaración equivocada, una acción equivocada significaba que una persona podía terminar en un campo de concentración”, dijo Pöhler al referirse a esa era. “Fue por eso por lo que excluimos y hemos desfraternizados a adventistas judíos: Si una iglesia local no hubiera hecho esto, los nazis hubieran clausurado el templo, llevado a los ancianos a prisión y eso hubiera significado una prohibición completa para la iglesia”.

Si bien algunos adventistas europeos asumieron la valerosa decisión de proteger a los judíos, otros siguieron con la corriente en parte debido a la preocupación por sus familias e iglesias. Era difícil en sí que un individuo ayudara a un judío, explicó Pöhler, pero arriesgar las vidas de una congregación era aún una carga mayor. Esa precaución puede verse reflejada inclusive en la nomenclatura utilizada por los adventistas alemanes, dijo.

“La Escuela Sabática fue llamada ‘Escuela Bíblica’; no queríamos utilizar el término original porque significaba correr riesgos”, dijo Pöhler. “Podían confundirnos con los judíos. Al rehusar llamarla Escuela Sabática, se efectuaba una declaración; se creaba un espacio entre la iglesia y los judíos”.

El Dr. Daniel Heinz, director de los archivos eclesiásticos de la Universidad Adventista de Friedensau, Alemania, dijo que sus investigaciones acerca de los adventistas que ayudaron a los judíos durante la guerra lo llevó a descubrir a los que actuaron de manera diferente.

“Los líderes de la iglesia adaptaron e inclusive tomaron parte de la ideología antisemita de los nazis; en algunos casos, hicieron más que lo necesario para agradar a las autoridades nazis. Esto es algo que realmente nos resulta extraño”.

Al mismo tiempo, dijo, “sé que muchos adventistas de la gente común ayudaron a los judíos, pero nunca hablaron al respecto”.

En toda Europa se ha documentado fehacientemente la resistencia a las políticas nazis, así como la respuesta compasiva pero valiente de muchos cristianos, entre los que hubo adventistas, con el fin de proteger las vidas de los que sufrieron bajo la persecución nazi. Esto abarca a Polonia, Hungría, Holanda y Dinamarca, entre otros países.

“Hallé algunos relatos sumamente impresionantes de adventistas que ayudaron a los judíos durante el período del Tercer Reich, arriesgando sus vidas, y también hallé lo opuesto”, dijo Heinz. Entre otras, una familia adventista de Latvia albergó a un judío, lo escondió durante la guerra, y sobrevivió. El refugiado llegó a ser un creyente adventista y pastor de la iglesia luego de la finalización de la guerra.

Según el Pastor Machel, “sesenta años después de la Segunda Guerra Mundial es muy tarde, pero vimos que era la última oportunidad de efectuar esta declaración”.

Ya se habían producido intentos de efectuar tales declaraciones, si bien por lo general estos fueron ignorados o anulados por los líderes de la iglesia que habían vivido durante el nazismo y que no querían que la iglesia “juzgara” a sus predecesores. Sin embargo, en 1988, al cumplirse el 50º aniversario del “Kristallnacht” del 9 de noviembre, o “noche de los cristales rotos”, en la cual turbas que apoyaban al nazismo destrozaron las vitrinas de mercaderes judíos y saquearon las sinagogas, la entonces Iglesia Adventista de Alemania Oriental publicó una declaración en su pequeña revista. En 1989, durante las celebraciones de los 100 años de la Iglesia Adventista de Hamburgo, el Pastor Erwin Kilian, presidente de la Iglesia Adventista de Alemania Norte, se refirió al “período oscuro” en su alocución y ofreció sus disculpas. Otra breve declaración fue hecha en 1995, al cumplirse el 50º aniversario de la finalización de la guerra.

Los jóvenes de la iglesia han reaccionado positivamente a las expresiones de preocupación y contrición de la declaración. Dos adventistas de Berlín dijeron que apreciaban el documento.

“El revelar con humildad nuestros pecados y faltas es lo más importante que quiere Dios que hagamos”, dijo Sara Gehler, de 25 años. “Y aunque ya pasaron 60 años, creo que era necesario que como adventistas asumamos una postura clara respecto de la Segunda Guerra Mundial”. Y añadió: “Es nuestro deber como cristianos proteger y ayudar a los débiles, indefensos y necesitados”.

Julian Müller, de 26 años, añadió: “Creo que es nuestra responsabilidad como iglesia confesar nuestros errores y no ocultarlos, especialmente cuando hay vidas humanas de por medio. ... Mi esperanza es que no tengan que pasar otros 60 años para que tengamos el valor de pedir perdón por los errores que cometimos desde entonces”.

El Pastor Machel dijo que la respuesta de los miembros fue también “muy positiva” en la región eclesiástica de Alemania Sur, donde se encuentran ciudades tales como Múnich y Núremberg, bastiones del nacionalsocialismo. “Algunos estaban esperando una acción tal de los líderes”.

La declaración también fue bien recibida en los círculos internacionales de la iglesia. “Durante mucho tiempo estuve esperando un texto como este”, dijo el Pastor Richard Elofer, presidente de la Iglesia Adventista en Israel. “Alabo al Señor porque tocó los corazones de nuestro pueblo de Alemania y Austria para que produjeran esta declaración”.

El Dr. John Graz, Presidente de Relaciones Públicas y Libertad Religiosa de la sede central de la iglesia, añadió: “Para los que creen en el amor divino por cada miembro de la familia humana, en contra de cualquier tipo de discriminación basada en la raza, la religión o el sexo, esta declaración, escrita por una generación que no tuvo responsabilidad en el Holocausto y en la guerra, pero que reconoce la responsabilidad de sus padres, permanecerá como un hito positivo y un gran estímulo”. Hannover Alemania,
Mark A. Kellner/ANN Staff

Es triste que la carta original de disculpas carezca de cualquier afirmación de que la Iglesia ASD en los años de la Primera y Segunda Guerras Mundiales trató exactamente igual como a los hermanos judíos a sus propios hermanos y hermanas que querían guardar el sábado a pesar de todas las circunstancias difíciles, y no quisieron llegar a ser transgresores del mandamiento “No matarás” ... La declaración original de apología dice lo siguiente:

... que ciudadanos de origen judío han sido marginados y excluidos por nosotros, fueron abandonados a sí mismos y por lo tanto han sido entregados a la cárcel, el exilio o la muerte.

Nos duele, escuchar tales excusas “a medias” cuando por otra parte leemos historias acerca de adventistas leales que han muerto por su fe, como también a nosotros nos espera pronto, cuando la última prueba venga sobre nosotros con las leyes dominicales.

Mientras que la Iglesia ASD se corrompió con el régimen nazi en 1936, la Iglesia de la Reforma fue prohibida y sus miembros tuvieron que soportar su cruz. Dos ejemplos deben representar a cientos de fieles Adventistas del Movimiento de la Reforma, que murieron en las cárceles y campos de concentración de los nazis, sin encontrar una mención por sus “hermanos mayores” de hoy.

Leamos las dos últimas cartas del Adventista Reformista Gustav Psyrembel escritas a su esposa:

Berlín NW40, 12 de marzo de 1940

Querida...

¡La paz del señor sea contigo!

Me gustaría aprovechar esta oportunidad para escribirte unas pocas líneas, porque cada nuevo día que pasa puede ser el último para mí... Por lo tanto, no cederé en la hora de la decisión, porque este es el camino recto y la verdad. Esta es Su obra, y Él no la dejará perecer. Es muy lamentable que muchos de nuestros compañeros creyentes [en el triple mensaje angélico] se aparten del camino recto, abandonando a nuestro Líder y a nuestra bandera, se alejan de Él, comienzan a dudar Su amor divino y de Su providencia, y así lo entristecen. Algún día ellos lo lamentarán amargamente y reconocerán su error, pero entonces, quizás será demasiado tarde para siempre y no habrá ayuda ni salvación. Ellos no se dan cuenta que están traicionando a aquellos que se aferran a Dios y que están haciéndoles la batalla inexpresablemente pesada. Cuando un caso, como el mío, es llevado ante el tribunal de guerra,[los oficiales] dicen: “Los otros [adventistas] están convencidos de que están cumpliendo con su deber sin violar sus conciencias y sin quebrantar los mandamientos de Dios; ¿Por qué no pueden ustedes hacer lo mismo?” Es muy, muy difícil en un caso tal, defender la verdad, explicar nuestra posición a las autoridades y decirles que nosotros no podemos actuar de otra manera. Otro reproche vino sobre mí por mi “indisposición de aprender” y “testarudez”.

Estos [creyentes indulgentes], especialmente los ministros, han logrado engañar al pueblo. A través de sus falsas presentaciones de la verdad, ellos nos tachan de criminales y dicen que estamos engañados. No estando satisfechos con evitar el conflicto y tratando de hallar un camino alrededor de las dificultades, ellos también tratan de justificar sus acciones erradas por medio de declaraciones y ejemplos de las Escrituras que son del todo irrelevantes. He visto esto en una extensa carta de siete páginas, de un ministro que usa argumentos que están supuestamente confirmados por los Testimonios. Pero todo esto no nos debería afectar. La verdad sigue siendo verdad, y lo que es correcto seguirá siendo correcto; y el futuro revelará de qué lado la verdad será hallada. . . .

En la fe de que habrá una reunificación, finalizaré ahora. El Señor sea contigo. Recibe mis muchos saludos cordiales y besos de este papá que os ama profundamente.

Los mejores saludos para todos aquellos que siempre se acuerdan de mí.
Tuyo Gustav.


Berlín NW 40, 29 de marzo de 1940

Querida...

Saludos con 2 Corintios 4:16-18.

Por tanto, no desmayamos; antes, aunque este nuestro hombre exterior se va desgastando, el interior no obstante se renueva de día en día. Porque esta leve tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de gloria; no mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven; pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas.

Ya he sido notificado que mañana, el día 30, a las 5:00 a.m., seré ejecutado. Una vez más tuve la oportunidad de fortalecerme con la Palabra de Dios para este último viaje. Me trajeron el Nuevo Testamento para leerlo. (Pero obtuve menos alimento para comer.) Las porciones de pan son aquí mucho más pequeñas y en general todas las cosas son más estrictas que en Plötzensee; pero he sobrellevado todas las cosas alegre y pacientemente, pues sé por quién hago todas estas cosas y que no soy ni el primero ni el único que corre esta suerte. El Señor dice: “Gozaos y alegraos, porque vuestro galardón es grande en el cielo.” “Levantad vuestra cabeza, porque vuestra redención está cerca.” Estas preciosas palabras y promesas son las que nos mantienen avanzando en nuestra pesada, pero maravillosa batalla. El Señor ha prometido su poder y protección, y Él también está preparado para garantizárselo a sus hijos cuando tengan necesidad de ello. He experimentado esto en todos los años de mi lucha hasta esta misma hora. ¡Al Señor sea el agradecimiento y la alabanza! Él me ha guardado en salud del cuerpo y alma y me ha dado su gozo y amor en una rica medida. No me dejará en la última hora. No estaré triste, sino feliz, y consideraré un privilegio el sufrir y morir por su causa. “Se fiel hasta la muerte, y yo te daré la corona de la vida.” Él lo ha prometido, y con fe en este poder y en esta salvación partiré de esta vida, en la esperanza, mis queridos, que les volveré a ver a cada uno en su reino, para estar por siempre con Aquel que nos ha amado hasta la muerte y que siempre ha tenido buenas intenciones para con nosotros. Allí viviremos en la imperturbable paz y en la inseparable felicidad por las cuales hemos aguardado tanto aquí. Seremos como los que sueñan y apenas comprenderemos la felicidad que será nuestra porción, criaturas pecaminosas e indignas, que merecíamos la muerte y el castigo. ¡Qué precioso privilegio es conocer y creer todo esto! Y tú, querida mamá, no permitas que alguna vez te sea arrancado este precioso tesoro; confía en el Señor en todas las circunstancias de la vida, y Él estará a tu lado y jamás te abandonará; vence el dolor y finaliza la carrera; que puedas ser reconfortada y de buen ánimo.

Yo no dejaría esta fe por nada del mundo. Aquel que ama a Cristo nunca puede abandonarlo. El Señor garantizará el éxito a todos sus hijos que perseveren en guardar sus mandamientos. También será un consuelo para ti de que estaré muerto antes de ser enterrado, y no seré enterrado vivo. Espero que el Señor te sostenga. ¡Quiera Él bendecirte y guardarte; y permita que su protección y gracia sean sobre ti y te conceda su paz! Este es mi último deseo y oración. Amén.

Una vez más, y por última vez, muchos saludos de corazón de vuestro querido papá. También, los mejores saludos a la mamá y todos nuestros queridos hermanos y hermanas en la fe, así como también a todos nuestros familiares de ambas partes, del tuyo y del mío.
Gustav Psyrembel.” [¡Y sigan su fe! Pp. 10-13]

Y esta es la última carta del adventista austríaco del Movimiento de la Reforma, el objetor de conciencia Antón Brugger, a su novia Esther. Fue escrito desde la cárcel de Brandenburgo-Gört, el 3 de febrero de 1943:

¡Mi muy amada Esther, apreciado tesoro!

Desafortunadamente no se nos ha concedido volver a vernos. ¡Ay!, ¡cuánto he deseado ver tu amoroso rostro una vez más y hablar contigo algunas palabras. Siempre he tenido conmigo tu hermosa foto. En la parte posterior de mi Biblia está tu foto delante de mí. Ahora acepta esta Biblia como un recuerdo mío. Espero que hayas recibido mi última carta. Cuando vas a mi madre, ella te dará estas cartas.

Jamás hubiéramos pensado que nos estábamos viendo, por última vez en Niederroden. Sin embargo, siempre tuve un cierto presentimiento de que una prueba grande y severa acontecería, pero no te dije nada para no atemorizarte. Ahora la misma cosa que temí por mucho tiempo y que esperé sucedería, ha llegado a ser verdaderamente una realidad. ¡Ah!, Cuan feliz hubiera vivido trabajando y haciendo el bien a otros. Me imagino cuán hermoso hubiera sido el poder trabajar contigo haciendo bien. Para mí no podría haber existido una felicidad más perfecta que ésta.

El pensamiento acerca de toda la pena de mi querida y buena madre me es especialmente doloroso. ¡Ah!, Por favor cuídala bien y confórtala. ¡Ay!, Querida Esther, sé que te golpeará también muy severamente. Pero no desmayes y consuélate en el Señor. Hemos de aceptar este triste destino pacientemente de las manos del Señor. Él sabe por qué ha permitido todo esto. No hay otro camino a escoger, porque es imposible para mí, de acuerdo con la convicción de mi fe, participar en la guerra. Yo podría estar libre con sólo obligarme a mí mismo a cumplir incondicionalmente todas las órdenes del gobierno, y no puedo hacer esto sin entrar en conflicto con mi conciencia. Por lo tanto, sufriré mejor la pena de muerte, la cual será ejecutada hoy, 3 de febrero de 1943 a las 6 de la tarde. Aunque es duro, el Señor tendrá misericordia de mí y me ayudará hasta el fin. Ya que el deseo de nuestros corazones de estar unidos aquí en la tierra es ahora hecho imposible por esta cosa triste, nos consolaremos simplemente con la esperanza preciosa de volvernos a ver en el Señor. Confío en la gracia y en la misericordia del Salvador Jesús, que me aceptará y perdonará mis pecados. Sé también fiel al Señor Jesús y ámalo y sírvele con todas tus fuerzas. No desmayes y consuélate. Después de la venida del Señor ninguno nos podrá separar jamás, ni ninguna pena o sufrimiento podrá entonces sobrecogernos.

Saluda a todos los que quiero. Mi corazón siempre ha estado con ellos. Especialmente dale mis mejores afectos a tus queridos padres y a tu querido hermano...

Me hubiera encantado ser sepultado en tierra, pero todos los que son ejecutados son incinerados en el crematorio. Ya le he pedido a mi madre que solicite permiso para enterrar la urna con mis cenizas en Salzburgo, que es el mejor lugar. Espero que no haya vivido en vano.

Ahora, mi querida y muy amada, quiera el Señor bendecirte a ti y a todos los que amas, y te ayude y proteja misericordiosamente a su manera, de modo que podamos volvernos a ver al lado del Señor en Su glorioso reino de paz.

Te amo entrañablemente hasta el fin.
¡Adiós, tesoro!, ¡Auf Wiedersehen!
Muy tuyo, Antón.” [¡Y sigan su fe!, pp. 49-51]

Cuando leí estos testimonios en el libro La Historia de los Adventistas del Séptimo Día Movimiento de Reforma, el cual lamentablemente está sólo disponible en inglés y español, pude entender, por qué Dios ha colocado el Orión en el firmamento. Él quería impedir que estos mártires fueran olvidados, y Él quería mostrar cuánto ama a los que viven y mueren por Él y Su causa. No, queridos Antón Brugger y Gustav Psyrembel, ¡ustedes no han vivido en vano y tampoco han muerto en vano! Nuestro Señor ha levantado para ustedes y sus compañeros en el sufrimiento un monumento especial: las dos estrellas del hombro, (las manos heridas de Jesús), en Orión están dedicadas a ustedes, que han muerto en las dos Guerras Mundiales por su fe y fidelidad a los mandamientos, como aquellos que entregaron sus vidas en las anteriores persecuciones del primer ciclo de los seis primeros sellos. Sus testimonios no se perdieron y todos los que hoy lean este artículo y aprendan y entiendan el mensaje de Orión, estarán muy complacidos de volver a verlos en el cielo con Jesús cuando hayan pasado por su propia prueba, que comenzará muy pronto.

Me gustaría recomendar a todos que lean el capítulo acerca de estos testimonios en el libro mencionado. Se puede descargar en inglés AQUÍ.

¿No sería apropiado a causa de estos testigos de Jesús, el buscar la reconciliación de las tres Iglesias Adventistas? A saber: IASD, IASD Movimiento de Reforma y Sociedad Misionera Internacional. Si Dios mismo indica con toda una constelación que no se ha olvidado de los pecados de Su pueblo, ¿podemos frente a estos humildes hermanos perdonadores, que nunca guardaron rencor a sus hermanos quienes los habían traicionado, sino como verdaderos cristianos, e incluso pidiendo a Jesús que perdone a los que traicionaron, todavía tener alguna duda de que Dios quiere una reunión de las iglesias y la unidad en la fe?

¿Pueden las Iglesias de la Reforma guardar resentimientos y aversiones hacia sus hermanos de la gran Iglesia Adventista del Séptimo Día, si ellos son los herederos de estos héroes de la fe, que han aceptado el consejo de Jesús que dice que siempre debemos perdonar si queremos ser perdonados? ¿Pueden estimarse superiores a todos los demás, cuando al igual que todos los seres humanos, son propensos al error y al pecado, y juzgar a cualquier miembro de la gran Iglesia como estar perdido, como yo tuve que experimentar con los pastores y los líderes del Movimiento de Reforma ASD en América del Sur? No, ese no era el espíritu de estos fieles seguidores de Cristo y no es el espíritu de aquellos que serán sellados y mucho menos el espíritu de aquellos que pronto formarán parte de los 144.000. Recuerda por favor, estoy hablando de algunos líderes del Movimiento de Reforma ASD que conozco personalmente, pero hay también muchos cristianos maravillosos allí que no albergan este espíritu.

Jesús dejó en claro que sólo aquellos que buscan la paz y la unidad de la iglesia serán salvos. Recientemente, fui llamado públicamente por un líder mayor de la Iglesia Adventista del Séptimo Día en Alemania un “gran separatista”. Del mismo modo, fui caratulado por las Iglesias de la Reforma como un “gran hereje.” Mi única preocupación es, cumplir la misión que Dios me ha dado y transmitir el conocimiento, que Él me ha presentado por Su Espíritu Santo, a sus Iglesias organizadas. Me limito a haber reconocido el Orión, y en repetidas ocasiones afirmé que no aseguro que mis interpretaciones sean correctas en un 100%. Estos estudios se dan para fomentar el estudio autónomo. El Internet está lleno de sitios que dicen lo que sucedió en los años 1844, 1846, 1914, 1936 y 1986, los cuales muestra Orión. Y vuelvo a decir: ¡Pongan todo a prueba y retengan lo bueno!

Sin embargo, ¡Qué patéticas, son las reacciones de los líderes! ¡Cuán odiosamente una Iglesia organizada confronta a las otras! Orión muestra los pecados de Su pueblo, la casa de Jacob, pero también muestra que Dios no abandona a Su pueblo. ¿Cómo podemos esperar que un día logremos la reunificación, si nadie quiere dar el brazo a torcer? Todo el mundo habla del zarandeo. Sí, esto comenzó hace mucho tiempo como Elena G. de White declaró. El zarandeo ya había comenzado en su tiempo. Pero no fueron la división de la Iglesia en 1914, ni la redivisión de la Iglesia de la Reforma en 1951, los únicos responsables del zarandeo como lo creen algunos Adventistas de la Reforma. Sí, el primero de estos eventos es marcado por Dios en Orión como evento negativo. Pero el otro evento falta por completo, porque no es la historia de las Iglesias de la Reforma que está escrita en Orión sino la de la gran Iglesia Adventista del Séptimo Día, de la Iglesia elegida de Dios.

Sin embargo, no son los acontecimientos los que causan el zarandeo, sino las doctrinas que están detrás de estas fechas y eventos. El zarandeo se inició a través de falsas doctrinas y dará lugar al aventamiento final que pronto vendrá a través de las leyes dominicales. Y de todas las Iglesias organizadas ASD y de los grupos no organizados de IASD, saldrán aquellos que se reunirán en el marco del mensaje de Orión y pronto formarán los 144.000 mientras reciben el Espíritu Santo y el entendimiento del mensaje de Dios. Ellos comprenderán, cuáles son estas doctrinas falsas, que han causado el zarandeo y corregirán sus puntos de vista - si es necesario - para que las enseñanzas correctas, que se han mostrado en Orión sean aceptadas por ellos. Este y los siguientes artículos, que tratan las “líneas del trono” en Orión, mostrarán, cuáles son las barreras de división que existen entre las Iglesias y muchas de sus ramas, y cuál es la voluntad de Dios y Su verdadera doctrina, que debemos aceptar ahora mismo en todo su esplendor. ¡Dios no deja nada en la oscuridad! Todos los, que lean las siguientes partes de esta serie de artículos sobre las “Líneas del Trono”, brillarán como una luz en un lugar oscuro.

Recientemente tuve que reír cuando estudié el 2º y 3º trimestre de 2010 de la Escuela Sabática de la IASD de la Reforma. En una forma muy obvia, eligieron deliberadamente los temas que se relacionan con el mensaje de Orión y trataron, mediante la republicación y la repetición de antigua luz ya bien conocida sobre este tema, de cimentar firmemente a sus miembros sobre esta base, y de disuadirlos de creer en el Orión como una revelación adicional de Dios. Me encanta esta Escuela Sabática, ya que se basa estrictamente en los textos de Elena G. de White. Además de algunas preguntas, y citas de Elena de White que dan las respuestas, no notarás nada innecesario en ella. Las reseñas teológicas, que siempre encontramos en la Escuela Sabática de la Iglesia Adventista del Séptimo Día, loablemente faltan por completo ahí. Así, en estos dos trimestres pude redescubrir increíblemente muchos textos, que los hermanos mencionan en la Escuela Sabática con la intención de refutar el Orión, y que soy capaz de utilizar perfectamente en mis artículos para confirmar el Orión en una manera especial. No he podido encontrar en una sola línea de las dos Escuelas Sabáticas, ni siquiera una cita de Elena de White, que contradiga el mensaje de Orión. El mensaje de Orión está en perfecta armonía con todas las doctrinas básicas adventistas, y se encuentra en pleno cumplimiento de todas las enseñanzas de la Biblia y del Espíritu de Profecía.

Orión muestra los errores, que la Iglesia, y de hecho toda la Iglesia de Dios, todas las Iglesias Adventistas del Séptimo Día organizadas (e incluso las ramas), han cometido desde 1844. Si todas las Iglesias llegaran al reconocimiento y arrepentimiento de sus pecados a través del Orión, la iglesia purificada de Dios surgiría sin la necesidad de nuevas organizaciones. El mensaje de Orión no es un mensaje de separación, ni una convocatoria de salir de cualquiera de las Iglesias Adventistas del Séptimo Día, sino un mensaje de unidad en la fe. Jesús nos enseña, cómo los diferentes puntos de vista que nos dividen tanto deben ser vistos a la luz de Su voluntad, y cuáles son las falsas y correctas doctrinas en Sus ojos. Vamos a ver, cómo Dios trata en Orión todas las doctrinas que nos dividen. Esto será un impacto para muchos líderes... el aprender que atesoran opiniones falsas y tienen que corregirse si no quieren participar en las plagas. ¿Serán suficientemente humildes y aceptarán la corrección de Jesús?

De este modo, cualquiera de las Iglesias de la Reforma cree de una manera casi inamovible, que es la única Iglesia verdadera, y que la Iglesia grande se ha convertido completamente en Babilonia, y que ya no recibe más ninguna de las bendiciones o la aprobación de Dios. Entonces, ¿por qué Dios se esfuerza para seguir con la historia de la gran Iglesia Adventista del Séptimo Día en Orión? El año 1986, el comienzo de la cuarta iglesia y del cuarto sello de Apocalipsis, es toda la historia Adventista del Séptimo Día, particularmente de la gran Iglesia. Orión muestra, que las iglesias de Apocalipsis existen en paralelo. Lea de nuevo todas las cartas a las iglesias. Siempre, se indican dos grupos. Esto fue, por supuesto, rápidamente comprendido por las Iglesias de la Reforma, cuando les envié, en enero, el primer estudio del Reloj en Orión. Se dieron cuenta de que el Reloj indicaba claramente que la gran Iglesia Adventista del Séptimo Día no perdió toda la gracia de Dios. Esto pondría en duda el monopolio que se alegan de ser la única Iglesia verdadera de Dios desde 1914 o 1951. Por lo tanto, el Orión fue rechazado de inmediato por las Conferencias Generales de las Iglesias de la Reforma, y los pastores recibieron las circulares correspondientes con las instrucciones de que el mensaje de Orión debía ser suprimido. Lo sé por experiencia personal con la IASD Movimiento de la Reforma, pero creo - respaldado por unos pocos e-mails que he recibido - que ocurrió exactamente lo mismo en la Sociedad Misionera Internacional.

Por otro lado, la gran Iglesia Adventista del Séptimo Día, por supuesto, se avergüenza de sus errores y no quiere que estos salgan a la luz. Por eso, el Orión también debe ser juzgado por su Conferencia General como siendo absolutamente una falsa doctrina y herejía. También reconocen, que en Orión hay más de lo que he publicado hasta el momento (en la primera versión del estudio del Orión). Los dirigentes, que pertenecen al campo del mal, saben muy bien que el Orión es el comienzo de los rumores del norte (el trono de Dios) y del este (el propio Orión, que está en el este del firmamento) de Daniel 11:44. Y esto les preocupa y así a su cabeza, el papa, el representante de Satanás en la tierra, tal como dice el verso:

“Pero rumores del oriente y del norte lo turbarán, y saldrá con gran furor para destruir y aniquilar a muchos. (Daniel 11:44)

Todos sabemos que estos “rumores”, o mensajes, desde el este y el norte causarán el fuerte pregón, que se describe en este verso también. El Espíritu Santo nos guiará a toda la verdad. No habrá más diferencias acerca de las cuestiones religiosas, no habrá discusión acerca de ciertas doctrinas polémicas existentes desde hace años. El mismo Dios nos muestra toda la verdad en Orión. Tan pronto como la iglesia se una en toda la verdad y ya no exista ninguna frontera entre las diferentes Iglesias y grupos organizados y sus ramas, habrá llegado el tiempo en el que Satanás va a temblar. Esto lo asusta hasta sus entrañas, porque sabe exactamente lo que está escrito en Orión: Las respuestas a todas las controversias en las Iglesias... toda la verdad. Sabe, que habrá 144.000 que se unirán en la iglesia de Filadelfia. Donde reinará la verdadera unidad de fe por la que Jesús oró en Juan 17. Los artículos siguientes asustan tanto a Satanás, porque reconoce el hecho de que el Espíritu de Dios ya ha empezado a surtir efecto en algunos. ¡Satanás sabía desde hace miles de años que esto un día iba a suceder! Él dio la orden para construir las pirámides de Giza en la disposición exacta de las estrellas del cinturón del Orión. Las dedicó a la adoración del sol para hacer que casi todo el mundo crea que el verdadero Santuario de Dios, o su símbolo, la constelación de Orión real en el firmamento, sería una falsa doctrina y engaño. Él quiso prevenir que el Orión indicara al pueblo de Dios, cuáles son las verdades acerca de temas controvertidos, que todavía no se reconocían claramente en la Biblia y que causaron divisiones duraderas entre el pueblo adventista en el tiempo del Juicio Investigador.

Satanás ha informado a sus agentes, quienes se infiltraron ya hace mucho en todas las Iglesias y sus ramas: “¡Tengan cuidado con el mensaje de Orión! ¡Ustedes no deben permitir que los miembros lean este estudio!” Por lo tanto, se oye de muchos “líderes” por todo el lugar, “¡No te metas con las tonterías del Orión! ¡Es toda una pérdida del tiempo!” ¿Dónde estarán estos líderes, cuando vengan muy pronto las leyes dominicales y todo coincida exactamente con las últimas dos fechas en la línea del círculo, 2012/2013 y 2014/2015? ¿Acaso no estarán entre aquellos, que pedirán que caigan las rocas sobre ellos y los escondan?

Si Orión fuera reconocido como lo que realmente es, el mensaje final de Dios y la solicitud de eliminar todos los obstáculos para una unión de las Iglesias Adventistas del Séptimo Día, si se avergonzaran de los errores del pasado y se arrepintieran, y si buscaran el perdón y no repitieran estos errores, nada impediría que la unidad de la fe fuera restablecida, la cual se perdió en el camino de la iglesia desde 1844, y finalmente, se daría el Fuerte Pregón.

En este artículo y los subsiguientes de esta serie sobre las “Líneas del Trono”, aprenderemos que hay cuatro fechas especiales en Orión y que cada una de estas fechas tiene que contar una historia extraordinaria. He trabajado duro y durante mucho tiempo hasta que reuní, con oración, las informaciones que quiero explicar a ustedes en estos artículos. En ocasiones tuve que cavar muy profundo, porque muchas cosas han sido ocultadas y enterradas deliberadamente. Satanás no quiere que ciertas cosas salgan a la luz.

Al principio, pregunté cómo era posible que, a pesar de cierto grado de confesión y arrepentimiento, la Iglesia Adventista del Séptimo Día ha ido tan lejos en el camino de relaciones cada vez más estrechas con Roma, que Jesús se ve obligado a hablar con palabras tan duras contra la Iglesia de Tiatira, e incluso la llama mujer adúltera. Algo debe haber ocurrido en los cincuenta años entre 1936 y 1986, que ha escapado de nuestra atención. Hemos reconocido correctamente el período desde 1936 como la era de Pérgamo que corresponde como un espejo a la época clásica de Pérgamo: la iglesia corrompida, la iglesia en la cual habían entrado falsas doctrinas y finalmente se conformó con el paganismo, y en última instancia, se transformó en Tiatira.

Leamos de nuevo un extracto del curso bíblico adventista (“Seminario Revelaciones del Apocalipsis”), que ya he mencionado en el artículo anterior. El comentario sobre los versículos del Apocalipsis 2:12-17 dice:

Y escribe al ángel de la iglesia en PÉRGAMO: El que tiene la espada aguda de dos filos, dice estas cosas: Yo sé tus obras, y dónde moras, donde está la silla de Satanás; y retienes mi nombre, y no has negado mi fe, aun en los días en que fué Antipas mi testigo fiel [los adventistas fieles mientras las dos Guerras Mundiales], el cual ha sido muerto entre vosotros, donde Satanás mora [Europa, especialmente Alemania en 1936]. Pero tengo unas pocas cosas contra ti: porque tú tienes ahí los que tienen la doctrina de Balaam, el cual enseñaba á Balac á poner escándalo delante de los hijos de Israel, á comer de cosas sacrificadas á los ídolos, y á cometer fornicación [mundanalidad, rechazo del mensaje pro-salud, rechazo de las reglas de la vestimenta]. Así también tú tienes á los que tienen la doctrina de los Nicolaítas [adoración al sol, Santa Claus = Papá Noel], lo cual yo aborrezco. Arrepiéntete, porque de otra manera vendré á ti presto, y pelearé contra ellos con la espada de mi boca [la Biblia]. El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice á las iglesias. Al que venciere, daré á comer del maná escondido, y le daré una piedrecita blanca, y en la piedrecita un nombre nuevo escrito, el cual ninguno conoce sino aquel que lo recibe. (Apocalipsis 2:12-17)

[Pérgamo] cubre los siglos IV, V y la primera parte del VI [en la repetición, el período a partir de 1936 del nacionalsocialismo, el tiempo del comunismo, la Guerra Fría y finalmente el Movimiento Ecuménico]. Como Satanás no pudo destruir la iglesia con las persecuciones, trató de corromperla al meterla en compromisos con el Estado [el compromiso reconocido con el gobierno de Hitler, el ecumenismo y mucho más. ¡Véase los próximos artículos!], introduciendo en la iglesia a paganos no convertidos [por ejemplo Jesuitas] o que conservaron parte de sus ideas. Este paganismo introducido en la iglesia, le fue quitando fuerza espiritual.

Sabemos, que Orión nos informa principalmente acerca de las Iglesias Adventistas del Séptimo Día y su historia. Así que, la pregunta es: ¿qué ocurrió exactamente en la Iglesia Adventista del Séptimo Día para que ella pudiera convertirse en una iglesia ecuménica o, en otras palabras, una adúltera? Para leer más sobre el tema de por qué una iglesia que apoya el movimiento ecuménico está en apostasía, me gustaría que el lector lea los artículos El Adventista Ecuménico en la categoría ¿No Pasó Nada?

¿Es posible que la razón principal que esta horrible evolución todavía exista sea porque muchos acuerdan todavía con el punto de vista equivocado de algunos líderes en las dos Guerras Mundiales, que los adventistas podrían participar en el servicio militar sin violar las leyes de Dios, como lo destacan con tanto fervor los Adventistas Reformistas?

No lo creo. Leamos acerca de la declaración publicada recientemente sobre este tema por el expresidente de la Iglesia Adventista Mundial, Jan Paulsen, que lideró a la Iglesia por largo plazo. Él escribió en AdventistWorld [el original en inglés se encuentra AQUÍ]:

Una Clara Reflexión sobre el Servicio Militar

Por Jan Paulsen

En muchos sentidos, soy un hijo de la Segunda Guerra Mundial. Cuando niño, vi la terrible devastación de aquellos años —vidas arruinadas, familias menguadas, y un trastorno social a gran escala. Mi familia fue evacuada a una zona rural, y durante los cinco años que duró la guerra, vivimos en el apartamento de un conserje de una escuela. Las aulas fueron convertidas en dormitorios albergando más de 300 soldados alemanes.

Recuerdo un día cerca del final de la guerra, en el que pregunté a mi madre “¿Por qué están llorando los soldados alemanes?” Podía oírlos sollozar en sus habitaciones. Mi madre me respondió: “Sólo son muchachos jóvenes. Echan de menos sus casas, echan de menos a sus papás y mamás. Ellos no comprenden por qué tienen que estar aquí, al frío del norte de Noruega. No entienden por qué tienen que ser parte de todo esto”. Eran unos jóvenes, privados de la posibilidad de crecer y experimentar una juventud de otra clase.

Hoy, más de 60 años después de ese entonces, el mundo ha sufrido cambios profundos —políticos, económicos, y tecnológicos. Aun así, el papel del ejército en la vida de muchas naciones, así como en las disputas internacionales alrededor del planeta, continúa planteándonos firmemente una importante pregunta moral y espiritual: ¿Cómo debería relacionarse un cristiano (un Adventista del Séptimo Día) con el ejército? Y cuando enfrente la posibilidad de servir en las fuerzas armadas —como combatiente o en cualquier otra función— ¿qué principios deberían guiarnos?

Principios guiadores

Cada uno de nosotros sentimos una especie de proximidad —cierto sentimiento de solidaridad— con nuestro propio pueblo y con nuestra propia nación. Nuestra ciudadanía en un país conlleva un sentimiento de lealtad, compartir tanto las preocupaciones como las alegrías de la gente entre quienes vivimos. No hay virtud alguna en aislarnos de nuestras comunidades. Es natural sentir orgullo cívico, y es saludable participar en la vida del país al que pertenecemos. A pesar de ello, ¿cómo se debería expresar este sentimiento de solidaridad cuando se refiere al ejército de nuestro país, cuando nuestro deber supremo hacia Dios suscita tensiones que no siempre son fáciles de reconciliar?

Creo que cualquier debate sobre este tema debe basarse en dos fundamentos esenciales.

Primero, la iglesia es llamada a ser una voz de principios sin ambigüedades.

Guerra, paz, y participar en el servicio militar no son asuntos moralmente neutros. La Escritura no guarda silencio sobre estos temas, y la iglesia, interpretando y expresando los principios de la Escritura, debe ser una voz de autoridad e influencia moral. No es una responsabilidad “opcional” —la que podemos poner a un lado cuando se convierte en algo incómodo o en contra del sentimiento mayoritario. Si guardamos silencio, fallamos en cumplir nuestro deber hacia Dios y con la humanidad.

Segundo, la iglesia es el agente de la Gracia divina

Si alguien porta armas, implica que él está dispuesto a usarlas para tomar la vida de otra persona. Esto también es una responsabilidad fundamental. Cada ser humano, sin importar su conducta o sus elecciones, es de valor infinito para Dios. A la vez que la iglesia se expresa sobre este asunto y ofrece consejo tanto a sus propios miembros como al resto de la sociedad, nunca debe permitirse olvidar este hecho inamovible: el Dios al que servimos es Sanador y Salvador. Por lo tanto, sanar y salvar son también las prioridades de la iglesia. Mientras que las personas debaten sobre estas cuestiones —y quizás tomen decisiones que, cuando miren atrás, desearán no haberlas tomado— la iglesia constantemente debe reflejar el infinito y sanador amor de Dios.

Así que, teniendo estas cosas en mente, me gustaría reflexionar sobre dos cuestiones respecto a la actitud de la iglesia hacia el servicio militar, tanto históricamente como hoy día. Estas cuestiones —amplias áreas de preocupaciones— me han llegado una y otra vez a lo largo de los últimos años mientras visitaba laicos por un lado y líderes de iglesia por otro en muchas partes del mundo.

1. ¿Una pérdida de claridad?

La posición histórica de nuestra iglesia respecto al servicio en las fuerzas armadas fue claramente expresada hace unos 150 años —muy temprano en nuestra historia, en contra del trasfondo de la Guerra Civil Americana. El consenso, expresado en artículos y documentos de aquella época, así como en una resolución de la Conferencia General de 1867, fue inequívoca. “... La portación de armas, o enrolarse en una guerra, es una directa violación de las enseñanzas de nuestro Salvador y del Espíritu y Letra de la Ley de Dios” (1867, Fifth Annual General Conference Session). En términos generales, esto ha sido nuestro principio guiador: Cuando usted porta armas es implícito que usted está preparado para usarlas para quitar la vida de otra persona, y quitar la vida de uno de los hijos de Dios, incluso la de nuestro “enemigo”, es inconsistente con lo que sostenemos como un derecho sagrado y justo.

A lo largo de los años, este principio ha moldeado la conducta de los Adventistas del Séptimo Día tanto en tiempos de paz como en momentos de conflicto. Muchos han escogido enrolarse en tareas sanitarias en las fuerzas armadas. Participan como sanadores. Dicen a su país: “No puedo actuar quitando vidas; esto me destruiría como individuo. Pero puedo ayudar a las personas que resulten heridas por el conflicto. Puedo trabajar como cristiano si puedo desempeñarme como un sanador”.

Hoy en algunos países los jóvenes están sujetos al servicio militar obligatorio. Afortunadamente, en la mayoría de los casos se ofrece una alternativa, una que no requiera que un individuo sea entrenado con armas o que tenga que usarlas. Esta opción podría ser simplemente pasar un año y medio construyendo carreteras trabajando duro o ayudando con algún otro proyecto civil.

En cualquier caso, también hay países en los que el servicio militar priva de la opción de comportarse como un creyente adventista. No se puede observar el sábado. No se le ofrece ninguna otra opción que la de portar armas. En estas circunstancias, tiene ante usted una opción muy seria. Aceptar la pena de disidencia o desacato —quizás incluso el encarcelamiento— puede ser la decisión que haga simplemente por ser fiel a sus convicciones fundamentales y a su Señor.

¿Hay alguna confusión sobre la posición de la iglesia hoy día? ¿Hemos hecho un buen trabajo articulando esos principios? Esta pregunta no se responderá del mismo modo en cada parte de la iglesia mundial. Aun así, al hablar con miembros de iglesia de muchos países diferentes del mundo he percibido, en algunos momentos, una cierta ambivalencia hacia nuestra posición histórica —un sentir, quizás de que “eso fue entonces, y esto es el ahora”. A pesar de todo no conozco ninguna razón de por qué debería ser así.

2. ¿Una falta de guía moral?

Esto me lleva a mi segunda pregunta. ¿Proveemos una guía adecuada en nuestras iglesias y escuelas para nuestros jóvenes cuando afrontan elecciones difíciles respecto el servicio militar? ¿Hemos sido negligentes a veces en nuestro rol como brújula moral sobre este asunto? En ausencia de una guía por parte de sus iglesias, ¿contemplan nuestros jóvenes el enrolarse en el ejército como “simplemente otra opción para una carrera”, más que una compleja decisión moral con consecuencias de gran alcance, quizás imprevistas, para su propia vida espiritual?

No es difícil comprender las presiones que pueden llevar a alguien a considerar la carrera militar. Su elección puede ser guiada por un deseo de servir a su país, o puede que el ejército le brinde oportunidades educativas u oportunidades profesionales que pueden parecer inalcanzables en otro lugar. Los jóvenes pueden considerarlo como una opción “a corto plazo”, un peldaño necesario para alcanzar algo más. Pueden contemplarlo como “un mal necesario” —un camino hacia el futuro que, por falta de recursos financieros o de otras oportunidades, deben tomar para poder desarrollar su potencial.

En algunos casos, enlistarse voluntariamente en las fuerzas armadas es sacrificar la elección de no portar armas, o de pedir provisión para guardar el sábado. Usted elige libremente renunciar a sus derechos en estos asuntos. Y, por lo tanto, quisiera preguntar: “¿Ha pensado realmente en ello? ¿Ha considerado las consecuencias para su relación con Cristo y sobre sus más profundas convicciones?”

Algunos pueden medir los riesgos y decir: “A pesar de que técnicamente no tengo elección sobre si portaré o no armas, las opciones son nueve de diez, de que no me encuentro en una situación de combate donde tenga la necesidad de usarlas”.

A pesar de si va a entrar en combate o no, ha tomado una decisión sobre ciertos valores básicos y los ha declarado públicamente. Está aceptando la posibilidad de que pueda tener que llegar al final del camino, y esto inevitablemente le afectará como persona. Le cambiará y le moldeará. En la elección proactiva de aceptar circunstancias donde pueda ser requerido portando armas o ser deshabilitado para observar el sábado, le sugiero que ha puesto los fundamentos morales y espirituales de su vida en serio peligro.

Así que, cuando los reclutadores militares vengan a nuestras universidades o facultades, o incluso a nuestros institutos o escuelas de secundaria, exponiendo ante los jóvenes estudiantes las oportunidades que prestan las fuerzas armadas, ¿está proveyendo la iglesia un claro mensaje alternativo? ¿Hay alguien que también esté preguntando? “¿Ha considerado usted esto? ¿Ha considerado qué le hará esto a usted? ¿Ha pensado en el precio que deberá pagar con los valores básicos que atesora?” El departamento de Ministerios de Capellanía en la Conferencia General está desarrollando algunas iniciativas específicas para ayudar en la provisión de consejos más demandados en nuestras escuelas e iglesias, y lo agradezco.

Especialmente lo siento por esos individuos que han tomado “el riesgo calculado” y se encuentran abocados en una situación de combate, la que esperaron y rogaron evitar. No ven salida para ello. ¿Qué les debería decir su iglesia? “¿Te lo dije?” “¿Tú tienes la culpa?” ¡No! La iglesia es una comunidad para ministrar, curar y salvar. Este es el momento en el que una persona joven, a pesar de las pobres decisiones o de acciones equívocas, necesita sentir el abrazo de su iglesia.

Conclusión

Este no es un asunto sencillo, y tampoco está “concluido”, es sólo un aspecto del tema más amplio de la guerra, la paz y la responsabilidad cristiana. Y las preguntas que he realizado no dejan de sonar en sí mismas como unas respuestas sugeridas. Son cuestiones que generan fuertes sentimientos, incluso viscerales. Nos tocan en lo más profundo de nuestra auto comprensión e identidad, tanto como ciudadanos y como miembros de la familia de Dios. Nuestras respuestas están delineadas en gran parte por nuestras propias experiencias y cultura, así como por nuestro amor por nuestro país y nuestro deseo de participar en su historia y futuro.

A pesar de que son temas difíciles, no pueden ser dejados de lado por esta razón. Consideremos juntos estos asuntos —en nuestros hogares, en nuestras iglesias, en nuestras escuelas— y hagámoslo con corazones abiertos y con un espíritu de humildad. [Traducción: Pedro Torres]

Esta es una declaración clara sobre el hecho de que la portación de armas o la participación en el servicio militar es antiadventista, e incluso anticristiana. Tengo muchos amigos en la gran Iglesia que no tienen la misma opinión y todavía creen que las Iglesias de la Reforma son demasiado restrictivas. No, queridos amigos, el presidente de nuestra propia Iglesia lo explicó una vez más con palabras muy claras. Es pecado matar a su prójimo, incluso en casos de guerra, y es pecado incluso portar armas. Sin embargo, los mártires que dieron su vida por esta creencia en las dos Guerras Mundiales no fueron mencionados en alguna frase del artículo completo. Querido Jan Paulsen, ¿no fue posible para Usted, que por lo menos mencionara a sus hermanos que murieron por esta misma convicción que Usted tiene, o tiene Usted todavía que jugar a las escondidas, para que nadie se dé cuenta, de que realmente existen dos Iglesias de la Reforma? Sí, lo entiendo, pero ¿es necesario pisotear con tanta fuerza a los ya doloridos pies de los Adventistas de la Reforma, ni siquiera mencionándoles en su declaración sobre este tema tan polémico? ¿O, tal vez, existe atrás de su declaración incluso una agenda oculta?

Pero espera, ¿dónde está ahora el problema entre las Iglesias sobre esta cuestión? ¡Simplemente ya no hay ningún problema al respecto! Después de una declaración detallada de esta claridad de un presidente de la Iglesia, ¡por lo menos esto debería estar completamente claro! No portar armas, no servicio militar, no matar, no importa cómo y en cuales circunstancias. ¿Por qué entonces tienen todavía un problema con respecto a sus hermanos y hermanas en la gran Iglesia, amados Adventistas de la Reforma?

La verdad es, que hay otros abismos profundos. Pero ¿dónde buscarlos? ¿Y contra qué debemos luchar para asegurarnos que estos obstáculos, aparentemente insuperables, puedan superarse entre las Iglesias? Como todos sabemos, se trata principalmente acerca de preguntas sobre la obediencia a los mandamientos de Dios y el testimonio de Elena G. de White. Las Iglesias Adventistas del Séptimo Día de la Reforma han puesto su atención en el mensaje pro-salud (por lo que casi no pueden ver otra cosa). Y la Iglesia Adventista del Séptimo Día tiene una visión “liberal” de las cosas. Un número de miembros tiene prioridad sobre hacer reproches a hermanos y hermanas desleales. Por lo tanto, la mundanalidad entra más y más a la Iglesia y no debemos sorprendernos de que la mayoría ahora son Adventistas Ecuménicos.

Mientras que algunos en realidad le abren la puerta al mundo (jornadas de puertas abiertas con las iglesias ecuménicas, días mundiales con la iglesia ecuménica, participación pública en todo tipo de eventos ecuménicos, etc.), los demás están acechando delante de las puertas de sus hermanos, armados hasta los dientes espirituales con citas de Elena G. de White y de la Biblia, y si alguien hace un movimiento errado, es inmediatamente puesto bajo disciplina e interrogado en reuniones hasta las tres de la madrugada. Ambos están equivocados, ambos son extremistas. Ser cristiano significa ser equilibrado, no ser extremista. El amor debe ser la base del trato con otros, no la búsqueda de ganancias o crecimiento de la organización, o liberalismo mal entendido y exagerado, o censo fanático.

Pero ¿dónde trazamos la línea? ¿Acaso no recibimos consejo acerca de esto? ¿O es que Dios nos dejó solos y casi provocó que las iglesias se pelearan por completo sobre estos asuntos? ¿Dejó Él intencionalmente algunos puntos en Su Palabra en la oscuridad para lograr una separación de las Iglesias Adventistas del Séptimo Día? Por supuesto que no, y vamos a ver muy pronto que Dios una vez más ha escrito claramente en Orión, cuáles son Sus requerimientos y cuáles son Sus mensajes y qué doctrinas vienen de Él, y cuáles deben ser rechazadas.

Muchos pueden preguntarse, “¿En serio? ¿Está todo esto escrito en Orión?” Sí, el Orión todavía tiene muchas lecciones para nuestras iglesias y nosotros ni siquiera hemos empezado a entender todo. Pero ya hemos identificado el período de tiempo, en el cual se puede esperar que el Orión todavía muestre algo más, es decir, el intervalo de tiempo desde 1936 hasta 1986, que debería explicarnos, cómo fue posible que la Iglesia Adventista del Séptimo Día llegara a su estado apostata de hoy en día. ¡Ahora, juntos comenzaremos a cavar aún más profundo en Orión!

Hasta ahora hemos considerado sólo las estrellas apuntadoras, los cuatro seres vivientes de Apocalipsis 4 y la estrella central del Reloj, Alnitak, la estrella de Jesús. No hemos tenido en cuenta hasta ahora, que la Escritura siempre habla de siete estrellas cuando se trata del Orión como el Reloj de Dios en los versículos bíblicos correspondientes (véase “Siete Pasos a la Eternidad”). Jesús tiene siete estrellas en Su mano y sólo habíamos utilizado cinco de ellas para resolver el enigma del libro con los siete sellos. Entonces, ¿ cuáles de las estrellas están faltando en nuestra investigación?

¡Correcto! Hasta el momento, no habíamos utilizado las dos estrellas que forman el Trono de Dios:

Alnilam, la estrella central de las estrellas del cinturón, el Trono de Dios Padre, y

Mintaka, la estrella de la derecha de las estrellas del cinturón, el Trono del Espíritu Santo.

Hasta ahora no habíamos asignado ningún significado ni líneas a estas estrellas. Esto es lo que quiero hacer ahora mismo. Al igual que antes, trazamos líneas desde el centro del Reloj (Alnitak, la estrella de Jesús), pero esta vez a través de cada una de las otras estrellas del Trono. Cuando observamos Orión, a simple vista parece que las tres estrellas del cinturón están puestas en una línea perfecta. En realidad, no es así. Mintaka está ligeramente por encima de la línea y Alnilam un poco por debajo. Este pequeño desplazamiento da lugar a dos líneas que aparecen como un rayo que crece y brilla sobre dos años en el Reloj de Orión:

Las Líneas del Trono

Como se puede ver fácilmente en la imagen, Jesús nos muestra dos años más, que están marcados en Orión: 1949 y 1950. Ahora quiero enfatizar, y lo indico por el uso del color rojo, que estamos tratando en este caso con líneas y años muy especiales, porque las dos manecillas del reloj apuntando a estos años, no se forman solo por Jesús y serafines (ángeles con seis alas), sino por todo el Consejo Divino, el Hijo, el Padre y el Espíritu Santo. ¡Estas tres Personas de la Divinidad son representadas por un triángulo que apunta a 1949 y 1950! Se trata de temas altamente sagrados y estamos pisando tierra santa. ¡Hablamos de doctrinas y cuestiones relacionadas con la Deidad, porque Dios mismo y Su plan divino de salvación fueron atacados! ¡Por favor, no lo olvidemos nunca avanzando en nuestro estudio!

Vamos a analizar cada una de estas fechas tan especiales de forma individual y trataremos de averiguar lo que ha sucedido en estos mismos años que son de tal importancia para Dios y Su pueblo que son marcados en Orión por las “Líneas del Trono”, como quiero llamar a este triángulo particular a partir de ahora. En este viaje al pasado de la Iglesia Adventista, descubriremos cosas que no solo dividieron a la Iglesia internamente en campos diferentes, pero siguen impidiendo que las Iglesias puedan reunirse.

Descubriremos que Dios ha marcado estos años no solo para mostrarnos claramente lo que nos divide, sino también para aclarar cómo Él estima estos temas religiosos de la mayor importancia, y lo que Él quiere que hagamos. Él quiere que nos unamos y nos muestra que ni una sola Iglesia se mantiene completamente en la verdad. En nuestra investigación se revelará que en realidad ninguna de las Iglesias está cumpliendo perfectamente la voluntad de Dios y enseña claramente, lo que Dios ha confirmado como la verdad en su gran revelación, el libro con los siete sellos del Orión. Los artículos siguientes muestran las terribles consecuencias para muchos líderes que tienen que decidir si quieren seguir sus puntos de vista anteriores llevándolos a la perdición o más bien empezar a enseñar y vivir lo que Dios requiere de ellos. Supongo que muchos de ellos ya están temblando, ya que vieron los dos años nuevos en la imagen arriba, porque saben exactamente lo que significan.

La decisión por Dios requerirá de muchos líderes sacrificio supremo. ¡La verdad tiene su precio! Para muchos significará la pérdida de todo apoyo mundano, si se alistan en las filas de Dios. Que Dios les ayude a conocer la verdad, les conceda la fuerza para las decisiones correctas en favor de Él, a toda costa, y les bendiga, porque ellos son nuestros hermanos y Jesús murió por ellos y los ama, de la misma manera como nosotros debemos amarlos. Orión nos ayudará a distinguir la verdad de la mentira y de corregir a nuestros hermanos y hermanas con el mensaje de amor de Dios proviniendo de Orión.

En efecto, ¡los 144.000 son profesores y forman la iglesia de Filadelfia y “Filadelfia” significa “amor fraternal”!

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