Primera publicación el lunes, 17 de junio de 2013, 20:38 en inglés en www.lastcountdown.org
A lo largo de nuestra experiencia con el mensaje de Orión hemos estado caminando por fe. Aunque hemos visto muchas evidencias en el sendero que nos dan la seguridad de que Dios está con nosotros y dirigiendo este movimiento, Él no ha suministrado una prueba de manera clara como cristal que impediría que el mundo discuta. Se plantea la pregunta: ¿por qué?
Y Jehová me respondió, y dijo: Escribe la visión, y declárala en tablas, para que corra el que leyere en ella. Aunque la visión tardará aún por un tiempo, mas se apresura hacia el fin, y no mentirá; aunque tardare, espéralo, porque sin duda vendrá, no tardará. He aquí que aquel cuya alma no es recta, se enorgullece; mas el justo por su fe vivirá. (Habacuc 2:2-4)
Además:
Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan. (Hebreos 11:6)
Por lo tanto, son necesarias para nosotros la fe y la creencia. ¿Es posible ejercer fe cuando ya sabes algo con certeza? ¿Es posible tener fe caminando en plena vista? La definición clara de la Biblia de la fe está aún conectada al pasaje de Habacuc:
No perdáis, pues, vuestra confianza, que tiene grande galardón; porque os es necesaria la paciencia, para que habiendo hecho la voluntad de Dios, obtengáis la promesa. Porque aún un poquito, Y el que ha de venir vendrá, y no tardará. Mas el justo vivirá por fe; Y si retrocediere, no agradará a mi alma. Pero nosotros no somos de los que retroceden para perdición, sino de los que tienen fe para preservación del alma. Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve. (Hebreos 10:35-11:1)
Por definición, la fe no es vista. Una vez que vemos, ya no caminamos en fe. Ahora podemos entender por qué Dios siempre deja lugar a dudas: ¡Él no quiere destruir nuestra fe!
Si bien es cierto que Dios ha dado pruebas evidentes para la fe, él no quitará jamás todas las excusas que pueda haber para la incredulidad. Todos los que buscan motivos de duda los encontrarán. Y todos los que rehúsan, aceptar la Palabra de Dios y obedecerla antes que toda objeción haya sido apartada y que no se encuentre más motivo de duda, no llegarán jamás a la luz.
La desconfianza hacia Dios es producto natural del corazón irregenerado, que está en enemistad con él. Pero la fe es inspirada por el Espíritu Santo y no florecerá más que a medida que se la fomente. Nadie puede robustecer su fe sin un esfuerzo determinado. La incredulidad también se robustece a medida que se la estimula; y si los hombres, en lugar de meditar en las evidencias que Dios les ha dado para sostener su fe, se permiten ponerlo todo en tela de juicio y entregarse a cavilaciones, verán confirmarse más y más sus dudas. {CS 582.1–2}
Este es un principio importante que trataremos en el futuro. Baste decir que esta es una de las razones, por las que Dios no va a confirmar este movimiento de una manera que eliminara toda duda en los ojos del mundo hasta que el tiempo de la gracia haya terminado. Entonces, todas las personas se habrán decidido. No habrá más almas que puedan ser salvadas. Sólo entonces, se dará la prueba inequívoca por el evento de la supernova Betelgeuse y los efectos del ERG (estallido de rayos gamma). A nadie se le niega la oportunidad de creer por la fe, porque todo el mundo ya habrá tenido la oportunidad de decidir. Sin embargo, los últimos siete días desde el 18 al 24 de octubre de 2015 serán especialmente difíciles para aquellos que habrán puesto su confianza en Dios.
En los artículos precedentes, ya hemos destacado lo que La Ira de Dios significa para los infieles, y ahora enfocaré cómo Dios protegerá a Su pueblo fiel en el tiempo de las plagas. Este artículo se basa en el mensaje visible que hemos recibido aquí en nuestra granja en el Gran Sábado de Pentecostés el 15 de junio, que ahora queremos compartir con ustedes.
La lluvia tardía y el fuerte clamor
La lluvia tardía ha estado cayendo desde que el mensaje de Orión fue publicado en 2010. El Espíritu Santo no sólo ha sido líder en los estudios que presentamos, sino también ha estado moviendo los corazones y las mentes de las personas para que entendiesen y aceptasen estos mensajes. La lluvia tardía y el sellamiento están simbolizados en Ezequiel por el hombre con el tintero de escribano. El Espíritu Santo nos sella guiándonos a toda la verdad y efectuando un cambio en nuestros corazones. El requisito es “gemir y clamar” por todas las atrocidades que se hacen en el adventismo.
Y la gloria del Dios de Israel se elevó de encima del querubín, sobre el cual había estado, al umbral de la casa; y llamó Jehová al varón vestido de lino, que tenía a su cintura el tintero de escribano, y le dijo Jehová: Pasa por en medio de la ciudad, por en medio de Jerusalén, y ponles una señal en la frente a los hombres que gimen y que claman a causa de todas las abominaciones que se hacen en medio de ella. (Ezequiel 9:3-4)
Los que no han visto la pecaminosidad de la iglesia, y por lo tanto no gimen y claman, no serán sellados y salvados de la destrucción venidera. Por otro lado, el Espíritu Santo (con el tintero de escribano) llega a los que gimen y claman, y escribe en sus frentes. ¿Cómo podemos saber con mejor certeza lo que es el pecado, y sobre cuáles pecados debemos gemir y clamar, si no miramos a Jesús y Sus heridas que Él revela en la constelación de Orión?
Hemos aprendido en un artículo previo lo que implica El Fuerte Clamor. Incluye todo el anuncio (de tiempo) del día de la ira de Dios y de la segunda venida de Jesús, así como los mensajes de los tres ángeles con la mención adicional de los pecados que han entrado en la iglesia:
Juan vino con el espíritu y el poder de Elías a proclamar el primer advenimiento de Jesús. Se me señalaron los últimos días y vi que Juan representaba a aquellos que iban a salir con el espíritu y el poder de Elías para pregonar el día de ira y el segundo advenimiento de Jesús. {PE 154,155}
GRB (ERG) 130427A nos señaló que debemos escribir sobre el tiempo de las plagas en detalle. Golpeó en el primer día festivo de 2013, que cayó en un sábado del séptimo día, y de esta forma se inició el último triplete de la LGS (Lista de los Grandes Sábados) y el tiempo del Fuerte Pregón. El ERG distante del 27 de abril marca el comienzo del Fuerte Clamor, mientras que el cercano ERG mortal de Betelgeuse marcará su fin. Nuestro mensaje no pudo estar completo sin tratar el tema de la ira de Dios, porque es parte del contenido del Fuerte Pregón.
El ERG golpeó en el día de la gavilla mecida (primeros frutos), que se agrupa con Pentecostés en la LGS, ya que siempre caen en el mismo día de la semana. Este año, ambos cayeron en sábados que los hace aún más especial. La señal del GRB 130427A fue seguido en Pentecostés por una señal complementaria suministrando el material para este nuevo artículo para completar el tema de las plagas. El ERG del 27 de abril se aplicaba a todo el mundo, pero la señal que recibimos en el día de Pentecostés era local, y sólo se aplica a los fieles.
Las fechas del ERG y Pentecostés son puestos por relieve por la LGS. El reloj de Orión apunta al año, pero la LGS apunta al día. Es más que interesante observar, que el mensaje de Orión y los estudios asociados llegaron a John en su mayoría en momentos del año especialmente designados por Dios. Los Grandes Sábados son momentos, en los cuales el Espíritu Santo guía este movimiento en forma especial.
Este fenómeno no es nada nuevo en el adventismo. Fue durante el triplete especial de la LGS de 1888, ’89, ’90 que Dios comenzó a otorgar la luz del cuarto ángel a Su pueblo. Esos años se empalman con el ciclo sabático y el ciclo de jubileos, mostrando que Dios está con nosotros de una manera especial, no sólo en Su día de reposo semanal, sino en todos los ciclos de sietes que Él estableció. Él da luz proporcional a la ocasión. El triplete de 1841, ’42, ’43 también se adapta a los ciclos sabáticos y de jubileos. Los que se apoyan en Dios pueden oír Su latido de corazón en todos los ciclos de siete.
Los sábados, sobre todo los Grandes Sábados, son cuando Dios se acerca a los seres que ama, al igual como Adán y Eva disfrutaban la comunión con Él en el jardín. Estos son momentos de intimidad entre Dios y Su pueblo. El Gen de la Vida representado por la LGS, muestra el carácter de Aquel quien puso en primer lugar los días festivos determinados.
Apocalipsis 13 atribuye el fuego del cielo y la imagen subsiguiente (la Ley Dominical) a la bestia, y no a Dios. Por supuesto, Dios permitirá que los agentes satánicos puedan hacer lo que van a hacer, pero el acto no se origina de Dios y no ilustra Su carácter. Satanás es el que quiere destruir y controlar, pero Dios da la vida y el libre albedrío.
También [la bestia que sube de la tierra] hace grandes señales, de tal manera que aun hace descender fuego del cielo a la tierra delante de los hombres. Y engaña a los moradores de la tierra con las señales que se le ha permitido hacer en presencia de la bestia, mandando a los moradores de la tierra que le hagan imagen a la bestia que tiene la herida de espada, y vivió. (Apocalipsis 13:13-14)
El gran fuego del cielo que cambiará el mundo no está marcado directamente por la LGS, porque la LGS muestra lo que Dios hace, y no lo que Satanás hace. Ella representa el gen de la vida eterna, que estaba en la sangre derramada en el Calvario, y no la malicia de los agentes satánicos. Por eso, era incorrecto asumir que las bolas de fuego caerían en Pentecostés. Era un Gran Sábado del Señor, y verán cómo Dios actuaba en nuestro favor a través del Espíritu Santo en este día.
A veces nos pasa que olvidamos lo que habíamos estudiado previamente, o fracasamos en no volver a estudiar material previamente escrito a la luz de nueva comprensión. Estoy seguro de que nuestros lectores han experimentado cosas similares. Los asuntos de los cuales escribimos son tan profundos que cada vez que se repite la lectura de un artículo, se aumenta la comprensión y una persona llega cada vez más lejos en las profundidades insondables de las cosas de Dios. Mientras tanto, las experiencias de vida amplifican los mensajes de una manera personal. En el comienzo, la mente apenas puede comprender cosas tan retiradas de lo común, pero cuando una persona se asienta en la verdad y el gran panorama se vuelve más y más claro, los detalles más finitos y verdades más sutiles pueden ser mejor percibidos.
La LGS indica los tiempos de la obra de Dios, y no del trabajo del enemigo de las almas. Por lo tanto, hemos ajustado nuestra última cuenta regresiva al comienzo de las plagas en el 25 de octubre de 2015 después del Gran Sábado del 24 de octubre cuando Jesús saldrá del Lugar Santísimo. (El sabio, sin embargo, comprenderá que la puerta de la gracia se cierra realmente siete días antes para toda la humanidad.)
La tempestad de advertencia
Hemos tenido algunas experiencias notables con tormentas aquí en la granja en el año pasado. Una de las peores aconteció en la mañana de la llegada del hermano Gerhard aquí hace más de seis meses. Él es nuestro propio leñador, porque él tiene experiencia en la tala de árboles. Al principio, la lluvia no era nada inusual, pero mientras estábamos de rodillas orando durante el culto de la mañana, la intensidad de la tormenta aumentó gravemente. Durante la oración escuchábamos el viento y la lluvia, y luego estallidos y gran estruendo. Jan, que estaba orando, pidió protección en la tormenta, y al fin de su oración la mayor parte de la violencia había dado paso a una fuerte lluvia. Nos asomamos por la ventana para ver lo que había pasado, e inmediatamente vimos que era muy malo.
Una vez que la lluvia hubo escampado, salimos a inspeccionar los daños. Un buen número de árboles había caído, ¡pero no hubo daños importantes en cualquiera de las estructuras! Había pocos daños menores que podían fácilmente ser reparados. La forma en que algunos de los grandes árboles se quebraron, sugirió que un tornado nos había golpeado (véase la foto, por desgracia, el espesor real de ese tronco no es tan evidente). Los vecinos no tenían ningún daño, por lo que parecía que estaba dirigido específicamente a nosotros. Dimos gracias a Dios por Su protección porque no había vidas o instalaciones afectadas. Un árbol cayó justo al lado de una de las vacas, pero no le hizo daño. Árboles cayeron alrededor del relativamente frágil quincho, pero no lo rompieron.
No hace falta decir que eso abrió nuestros ojos a los peligros proviniendo de los muchos árboles grandes que estaban cerca de las casas. Como consecuencia de la tormenta, el Espíritu Santo empujó a Gerhard a cortar los árboles peligrosos como medida de precaución para evitar daños en futuras tormentas. Aunque Dios nos protegió, nos dimos cuenta de que teníamos que hacer nuestra parte para prepararnos sabiamente para lo inevitable.
Recibimos beneficios adicionales por cortar los árboles. Se ha ampliado la visión al cielo y se abrió el camino para que más sol iluminara nuestros hogares y pueda dar luz a los árboles frutales.
Como siempre, el Señor nos permite experimentar las cosas antes para que podamos aprender de nuestras experiencias. Tan terrible como será la tormenta inminente de las bolas de fuego, es sólo una advertencia como la tormenta que acabo de describir. Será desastrosa para aquellos que han tenido la luz y la habían apreciado mal, pero incitará a los fieles a prepararse para la tormenta real que está por venir.
Refugio en la tempestad
No sabíamos que íbamos a tener otra fuerte tormenta en la víspera de Pentecostés. Tratamos de cortar los árboles peligrosos antes de esa fecha, y habíamos tenido éxito en la eliminación de los peores de ellos. Algunos de los árboles eran muy difíciles, y muchas veces las herramientas, que tenemos que utilizar en este país, son insuficientes. En muchos casos, los árboles grandes se inclinaban sobre los edificios, haciendo el trabajo excepcionalmente peligroso. En uno de esos casos, ¡el cable se soltó bajo la presión y el árbol bamboleaba hacia el templo siendo atajado solamente por el pequeño resto del tronco con un grosor de un par de centímetros! Otro caso difícil era un árbol que apodamos “la mano del diablo”, que amenazó con aplastar a una de las casas.
De la misma forma que utilizamos las habilidades que Dios nos ha dado para hacer el trabajo difícil y extenuante de despejar los árboles, debemos aplicar esfuerzo para superar nuestras debilidades y librar nuestras vidas de las cosas que arrojan una sombra sobre nosotros y nos impiden reflejar la luz de Dios a los demás. A medida que trabajamos, oramos por ayuda divina y el Señor trabaja con nosotros.
El pueblo que Dios tiene en el mundo es el instrumento humano que debe colaborar con las influencias divinas para la salvación de los hombres. Cristo dice a las almas que se han unido a él: “Sois uno conmigo, ‘colaboradores de Dios’” (1 Cor. 3: 9). Dios es el gran Actor invisible, y el hombre es el humilde instrumento visible, y sólo en colaboración con las inteligencias celestiales puede éste hacer algo bueno. Únicamente cuando la mente es esclarecida por el Espíritu Santo los hombres pueden discernir la influencia divina. Por eso Satanás procura constantemente apartar las mentes de lo divino para dirigirlas hacia lo humano, para que el hombre no coopere con el cielo. Dirige la atención hacia las invenciones humanas, induce al hombre a confiar en el hombre, a apoyarse en la carne, para que su fe no se afirme en Dios. {2MS 140,141}
Una vez que hemos hecho todo lo que podemos hacer, simplemente debemos confiar en Dios. Había un árbol especialmente grande entre las estructuras más débiles de nuestra granja. Cuando el hermano Gerhard lo miró, vio que no importa en qué dirección iba a derribarlo, causaría daño. Por lo tanto, decidió ponerlo en las manos de Dios, señalando que Dios tendrá que talar ese árbol en Su propio tiempo. He aquí, ¡Él lo hizo!
Cuando el “estruendo del viento recio” de Pentecostés vino a nosotros en la forma de una tormenta, era intenso. Llegó el viernes 14 de junio, justo antes del Gran Sábado. Trajo granizos, algunos del tamaño de pelotas de golf. Fue breve, pero intensa, de nuevo se dirigió sólo a nuestra granja. Pero todas las casas estaban a salvo, ya que habíamos hecho nuestro trabajo preparatorio. Varios árboles grandes más fueron derribados, evidenciando que la tormenta era mucho más fuerte que la anterior. [Actualización: ¡Varios de nuestros vecinos presenciaron el embudo del tornado y dijeron que nunca habían experimentado una tormenta tan mal en su vida! También otros fueron afectados en nuestro entorno, pero sólo en el área local.]
El gran árbol, que estaba más allá de nuestra capacidad de manejarlo sin causar daños, cayó durante la tormenta. En efecto, ¡Dios lo taló al igual que el hermano Gerhard había dicho! ¡El árbol fue arrancado de raíz y cayó perfectamente sin dañar las estructuras o árboles frutales! Cayó en la dirección opuesta del quincho, y no rompió los árboles frutales a su alrededor. Gajos grandes cayeron a pocos centímetros de la parte superior del horno de ladrillos que hubiera sido aplastado si el árbol hubiese caído un poco diferente.
La ira de Dios que vendrá sobre la tierra en las siete últimas plagas será la más grande “tormenta” enfrentada por la humanidad. Isaías la describió de la siguiente manera:
Y Jehová hará oír su potente voz, y hará ver el descenso de su brazo, con furor de rostro y llama de fuego consumidor, con torbellino, tempestad y piedra de granizo. (Isaías 30:30)
El pueblo de Dios haría bien en prepararse en todos los sentidos, haciendo su parte como lo hicimos nosotros. Busquen los riesgos que ponen en peligro la vida espiritual, y trabajen para quitarlos para que el sol de la verdad de Dios pueda enviar sus alegres rayos sin obstáculos a través de las ventanas del corazón. ¡Una vez que la tormenta golpea, es demasiado tarde para prepararse!
Sin embargo, Dios nos ayuda en las cosas que no somos capaces de hacer.
y habrá un abrigo para sombra contra el calor del día, para refugio y escondedero contra el turbión y contra el aguacero. (Isaías 4:6)
Los justos serán protegidos durante el tiempo de las plagas como nosotros lo fuimos. Cuando la tempestad de la ira de Dios viene sobre el mundo, El refugiará a los Suyos. Se habrán preparado y hecho todo en su poder, y Dios los protegerá de las plagas que están más allá de su capacidad para prepararse físicamente. Nuestra tarea es seguir la dirección del Espíritu Santo para trabajar como podemos mientras podemos, pero cuando la verdadera tormenta estalle debemos poner el asunto en las manos de Dios y confiar en Él para que nos proteja al igual que con ese árbol en particular.
Salmo 91 refleja el tema:
El que habita al abrigo del Altísimo Morará bajo la sombra del Omnipotente. Diré yo a Jehová: Esperanza mía, y castillo mío; Mi Dios, en quien confiaré. El te librará del lazo del cazador, De la peste destructora. Con sus plumas te cubrirá, Y debajo de sus alas estarás seguro; Escudo y adarga es su verdad. No temerás el terror nocturno, Ni saeta que vuele de día, Ni pestilencia que ande en oscuridad, Ni mortandad que en medio del día destruya. Caerán a tu lado mil, Y diez mil a tu diestra; Mas a ti no llegará. Ciertamente con tus ojos mirarás Y verás la recompensa de los impíos. Porque has puesto a Jehová, que es mi esperanza, Al Altísimo por tu habitación, No te sobrevendrá mal, Ni plaga tocará tu morada. Pues a sus ángeles mandará acerca de ti, Que te guarden en todos tus caminos. En las manos te llevarán, Para que tu pie no tropiece en piedra. Sobre el león y el áspid pisarás; Hollarás al cachorro del león y al dragón. Por cuanto en mí ha puesto su amor, yo también lo libraré; Le pondré en alto, por cuanto ha conocido mi nombre. Me invocará, y yo le responderé; Con él estaré yo en la angustia; Lo libraré y le glorificaré. Lo saciaré de larga vida, Y le mostraré mi salvación. (Salmo 91)
Recuerden el principio de que Dios no va a aportar la prueba irrefutable, ya que siempre hay que ejercer fe. Incluso durante las plagas, la protección de Dios puede aparecer no tan segura. Mientras la tormenta ruge, podríamos estar preguntando en cada momento qué peligros están a punto de caer sobre nosotros, al igual que nos preguntábamos qué daño la granja hubiera sufrido mientras oímos el viento y el granizo furioso afuera. El tiempo de las plagas es el tiempo en que la fe es lo único en lo que podemos aferrarnos. Es el tiempo de angustia para Jacob:
¡Ah, cuán grande es aquel día! tanto, que no hay otro semejante a él; tiempo de angustia para Jacob; pero de ella será librado. (Jeremías 30:7)
Sé que muchos de nuestros lectores serán capaces de relacionarse con nuestras experiencias a causa de sus propias tormentas. El Señor nos habla en términos que entendamos. Voy a cerrar este artículo con un video: